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Una mujer trans de Galapa participa en congreso sobre derechos LGBT en España

Carolina Fonseca es una activista y estilista de Galapa, Atlántico.

Caribe Afirmativo participó en el Sexto Congreso Internacional de Cooperación y Derechos LGBT que se celebró en la ciudad de Badajoz, España. Carolina Fonseca Anaya, una mujer trans que forma parte de la corporación, estuvo en este encuentro y habló acerca de la violencia en contra de las mujeres trans en el Caribe colombiano. A continuación compartimos su ponencia.

 

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Muy buenas tardes a TODOS Y TODAS

Mi nombre es Carolina Sofía Fonseca Anaya, tengo 28 años y soy una mujer trans de Colombia. Nací en Galapa, un pequeño municipio que queda en la región Caribe, al norte del país; y hago parte de la Corporación Caribe Afirmativo.

Una organización que defiende y protege los derechos de lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex, las personas LGBTI del Caribe colombiano. Realizamos seguimiento, investigación, jornadas de capacitación y formación, movilización social, asesoría jurídica y acompañamiento psicosocial a las personas LGBTI, PARA QUE TODOS Y TODAS VIVAMOS PLENO.

Quiero hablar sobre la violencia contra las mujeres trans en el país de donde vengo, las mujeres trans víctimas del conflicto armado, las mujeres trans que han sufrido violencia policial. Las mujeres trans que como yo han sido maltratada física y verbalmente por tener una identidad de género diversa.

La violencia a la que nos han sometido es sistemática, y tiene un alto índice de impunidad. Nos han violentado grupos armados ilegales, la fuerza pública y UNA SOCIEDAD MACHISTA Y PATRIARCAL, QUE ABUNDA SOBRE TODO EN EL CARIBE COLOMBIANO.

Recuerdo cuando no podíamos estar en lugares públicos, principalmente en horas de la noche. Nos discriminaban y hostigaban todo el tiempo. No solo tuvimos que vivir con el miedo, la discriminación y el odio, sino también con la soledad. Para mí, CRÉANME, es triste recordar ESO…

Muchas personas que querían ser mujeres trans desistieron de serlo por temor a que  algo malo les pasara. Lo hicieron para evitar los señalamientos de una sociedad llena de prejuicios, que todo el tiempo nos ha comparado con criminales, y nos ha acusado MIL Y UNA VEZ de inmorales, de causar un daño a las familias, COMO SI FUERAMOS UNA ESPECIE DE PLAGA que ocasionara graves enfermedades.

Tamara Adrián, Lidia Delgado, Carolina Fonseca y Fanny Gómez.

Los grupos armados ilegales, como las Autodefensas Unidas de Colombia y las Bandas Criminales, nos han amenazado en varias oportunidades. Utilizan panfletos para asustar a las personas LGBTI. NO SE IMAGINAN CUÁNTO MIEDO CAUSA LEER SU NOMBRE EN UN PAPEL EN EL QUE SE ANUNCIA QUE NOS DAN 24 HORAS PARA HUIR DE LA REGIÓN EN DONDE VIVIMOS, PORQUE DE LO CONTRARIO, NOS MATAN. Y no son simples amenazas, ya han asesinado a mujeres trans y a muchos hombres gais.

Por ejemplo en el último año, Caribe Afirmativo conoció de 47 panfletos amenzantes hacia personas LGBTI en todo el país, de estos 27,  más del 50% circularon en la región caribe, y en 21 de estos se amenazaba de muerte a mujeres trans.

La Ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras reconoce que las personas LGBTI fuimos víctimas del conflicto armado por tener una orientación sexual e identidad de género diversas. Esa es la primera Ley en Colombia que protege nuestros derechos, que fueron pisoteados por el Estado, las guerrillas de las Farc y el ELN, y las Autodefensas, en una guerra que duró más de 50 años.

A pesar de esto, el proceso de aceptación por parte de la sociedad es aún más lento y MÁS DIFÍCIL. Las mujeres trans hemos sido violentadas históricamente y esto ocurre desde antes del conflicto. La guerra agudizó y exacerbó esa violencia estructural que afectó a quienes no seguimos las normas de géneros y sexualidad, pero la violencia en contra de las mujeres trans ha sido persistente. Esto también se explica en el informe ‘Aniquilar la diferencia’ del Centro Nacional de Memoria Histórica, la primera investigación que realizó un establecimiento del Estado qué cuenta cómo lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex, fueron víctimas del conflicto.

La mayoría de las mujeres trans hemos sido expulsadas de nuestras casas. A mí, cuando tenía 13 años, mis papás me golpearon apenas supieron mi orientación sexual e identidad de género.  Me maltrataron tanto que quedé inconsciente. ¿Cómo tus padres, que se supone que te quieren, pueden causarte tanto daño? Esa fue la pregunta que rondó por mi cabeza varias semanas, hasta que los denuncié por maltrato infantil. Luego me tocó dejar la escuela, cansada de que me humillaran mis compañeros de clase.

Para muchas mujeres trans la familia y el colegio han sido los primeros escenarios de violencia. Luego no tenemos oportunidades laborales, o eres estilista o eres prostituta. Y en Colombia, para colmo, aparecen los grupos armados ilegales, que TE HACEN LA VIDA MÁS MISERABLE.

El informe ‘Cuerpos excluidos, rostros de impunidad’ de Caribe Afirmativo junto con Colombia Diversa y Santamaría Fundación, otras dos organizaciones de Colombia que también trabajan por los derechos LGBTI, cuenta cómo las personas con orientación sexual e identidad de género diversas fuimos víctimas del conflicto armado, el modus operandi de las guerrillas y las Autodefensas, y CUÁNTAS VERDADES HACEN FALTA REVELAR PARA QUE SE CONOZCA QUÉ PASÓ CON NOSOTRAS DURANTE el conflicto.

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En la región caribe se vive con más fuerza la discriminación por ser parte de alguna comunidad étnica, los recursos económicos son los que  cada personas cuenta se vuelven un factor DECISIVO  para la formación en la que te tratan, y suma el machismo, la presión social aumenta, y la situación para las personas LGBTI es  peor porque la violencia crece y la brecha social  se expande más.

Los grupos armados ilegales se ubicaron en la región Caribe. Era un punto estratégico para el negocio del narcotráfico. AHÍ ASESINARON A MÁS DE 200 MIL PERSONAS, DESAPARECIERON A OTRAS 20 MIL, COMETIERON CERCA DE DOS MIL MASACRES Y DESPLAZARON A MÁS DE SEIS MILLONES DE PERSONAS. TODO ESTO HIZO QUE NOS ACOSTUMBRÁRAMOS A LA VIOLENCIA, COMO SI SE TRATARA DE UNA RUTINA.

Caribe Afirmativo ha establecido que, en varios territorios del Caribe colombiano, como en los municipios de El Carmen de Bolívar, Maicao, Uribia, Riohacha, Ciénaga, Soledad y Barranquilla, las personas LGBTI fueron víctimas del conflicto por tener una orientación sexual e identidad de género diversas.

En los registros de la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Victimas, 12 personas LGBTI en Barranquilla han declarado hechos victimizantes, que van desde desplazamientos hasta desaparición forzosa y homicidio.

Miembros del frente José Pablo Díaz de las Autodefensas, que habían operado en el norte de Colombia, admitieron que mataron a tres mujeres trans en Barranquilla. Y en esta misma ciudad, 12 personas LGBTI han declarado que fueron desplazadas, según la Unidad de Víctimas, que hace seguimiento a estos casos en todo el país.

Según la Unidad de Víctimas a la fecha aparecen registradas 1.859 personas LGBTI víctimas del conflicto armado, quienes han declarado los hechos victimizantes que sufrieron por miembros de los grupos al margen de la ley que operaban en el territorio nacional y que hoy son sujetas y sujetos de reparación dentro de las garantías que dispone la ley 1448.

Del universo de victimas que se auto reconocen como personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e intersex y residen en el Caribe 478, en su mayoría en los departamentos de Bolívar (157), Córdoba (118), Magdalena (104) Cesar y Guajira (105), Sucre (66), Atlántico (35), situación que nos llama la atención pues en más de la tercera parte del total de víctimas residen en la región Caribe colombiana, afectando significativamente  a mujeres trans.

Es por ello que nosotras, LAS MUJERES TRANS, no hemos peleado en la guerra, no hemos portado armas, pero SI que hemos sabido lo que es la LUCHAR, esa guerra nos ha marcado, hemos sufrido en carne propia el conflicto armado y sus consecuencias.

En mi país se firmó la PAZ entre el gobierno y las Farc. Tarea que no fue fácil porque la mayoría de los colombianos que votaron en el plebiscito, mecanismo que se utilizó para refrendar los acuerdos, se opusieron a los puntos que se habían pactado en La Habana, Cuba. El Acuerdo de Paz, sin embargo, se firmó en Bogotá en noviembre del año pasado, y tiene un enfoque de género, con el que se analizará la violencia que vivieron hombres y mujeres de forma diferenciada, y que solo habrá postconflicto cuando haya igualdad real para los grupos poblacionales como nosotras las mujeres trans.

A pesar de esto, grupos religiosos realizan campañas en las que se malinterpreta el enfoque de género. Afirman que es un proceso ideológico que afecta a las familias colombianas y también impulsan iniciativas para que mi país retroceda en derechos, como la reasignación del componente sexo, la adopción igualitaria y el matrimonio entre parejas del mismo sexo, con el argumento de que esas luchas no son necesarias.

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Es ilógico, pero la fuerza pública también nos ha hecho un enorme daño. En vez de defendernos, nos han violentado muchas veces por ser mujeres trans. En 2015 se contabilizaron 91 casos de violencia policial contra lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex. Y entre 2010 y 2015 se han denunciado 110 amenazas, según el informe de Caribe Afirmativo.

Lo peor es que hay ocasiones en las que no hemos sido violentadas por agentes de la policía, pero sí por la Fiscalía, que no hace bien su trabajo, y sin tener pruebas lanza hipótesis tan triviales, como que a las trans las matan por un hurto, por un crimen pasional o por un ajuste de cuentas. Casi que descartan de inmediato que un crimen haya sido motivado por la transfobia, por la discriminación contra las personas trans.

Angelina Lucía Martínez, LA MUJER TRANS QUE ESTÁN VIENDO EN LA PANTALLA, tenía 19 años cuando el agente de policía Cesar Antonio de Lima Granados, le disparó en la cabeza. Ella, que era una líder de derechos humanos de un barrio popular de la ciudad histórica de Cartagena, al norte de Colombia, murió en el acto. Y el uniformado fue capturado por el homicidio. Es, aunque parezca increíble, uno de los pocos casos en los que se ha aprehendido al victimario, la mayoría quedan en la impunidad.

Por eso es que Caribe Afirmativo insiste en defender los derechos de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas, en capacitar a las personas LGBTI para que conozcamos nuestros derechos y exijamos reconocimiento, para así tratar de alcanzar la igualdad real para todos y todas.

Colombia y el resto del planeta debe entender que las mujeres trans somos más que vestidos llenos de piedras brillantes y de tacones enormes. NOSOTRAS SENTIMOS. TENEMOS DERECHOS. Y QUEREMOS, ANTES DE TODO, SER FELICES, COMO SEGURO PIENSA LA MAYORÍA DE LOS QUE ESTAMOS AQUÍ REUNIDOS.

Hay que hacer un llamado al respeto para que los padres entiendan que ser una persona trans no está mal, que nosotras también queremos estudiar, que queremos lograr un proyecto de vida diferente al que nos han encasillado, que queremos enamorarnos, casarnos, caminar por la calle sin que nos agredan verbal y físicamente. Entrar a un restaurante, ir a un hospital sin temor a que nos  señalen.

Las mujeres trans en mi país ya estamos cansadas de tanta violencia. Ya está bueno, ya hubo muchos muertos, muchos traumas. Ya hubo muchas lágrimas. ¡Ya no más! Ya es hora de exigir que se reconozca que las mujeres trans, somos personas.

Ya está bueno, ahora solo queremos vivir, VIVIR EN PAZ.

AHORA SOLO QUEREMOS, SIQUIERA POR UNA VEZ EN NUESTRAS VIDAS, SER FELICES. SER FELICES DE VERDAD.

Muchas gracias.