Los mal llamados crímenes pasionales esconden en su lenguaje, la violencia de género. Las características que se estudiaban de este tipo de delito y que se expresaban hace algunos años en los medios de comunicación e instituciones del Estado, no son muy lejanos hoy en día. Los celos, el dominio y el control sobre la pareja como un derecho natural, que lo hace ser violento, es ese impulso del dominar y someter a quien ejerce supuestamente la traición y que a su vez es más débil, influyendo además que, socialmente, no es lo mismo nacer hombre que mujer en un Estado como el colombiano. Los casos mayoritarios presentados como crímenes pasionales son víctimas las mujeres, habiéndose configurado una ley de feminicidio debida a estas constantes violaciones.