Relación de la pobreza y con la identidad Trans
Uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), consiste en reducir el número de personas pobres alrededor del mundo a la mitad, en un plazo no mayor a 15 años. Es decir, todos los países firmantes hicieron el compromiso de bajar el número de pobres a la mitad en sus respectivos países o en su defecto la erradicación potencial de la pobreza extrema.
Hay para quienes, que la pobreza es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable.
Sin embargo, para la población Trans, quienes en muchos casos no tiene ningún tipo de oportunidades, encontrándose totalmente invisibilizadas, sesgadas y apartada de la sociedad, la pobreza se puede significar otra cosa, frente a su realidad. Aun no hay un registro o un informe, que puntualice de forma exacta la cantidad de mujeres Transgeneristas que se encuentra viviendo en condiciones de pobreza, ante el desconocimiento de los estamentos públicos. Es por ello, que la población Transgenero, aún se encuentra en una situación de vulnerabilidad triple, el hecho de ser mujer, de ser Trans y debido al estigma y la discriminación.
Para las mujeres Trans el mercado laboral, está sumergido de diversos obstáculos que van desde su documentación, la exigencia de libreta militar, sus bajos niveles educativo, las escasas ofertas de trabajos, el no desarrollo de políticas destinadas hacia ellas, la jerarquización a valores asociados a la belleza y fealdad. Que desde esta perspectiva, el mundo laboral para las mujeres Trans instaura una lógica de marginalidad y exclusión sobre la subjetividad de su identidad Transgenerista.
Según el libro, Raros y Oficios: Diversidad sexual y mundo laboral discriminación y exclusión (2003) de la Corporación Caribe Afirmativo, afirma:
para el/a travesti y el o la transexual el mercado laboral formal es casi una ficción, las prestaciones y demás beneficios son privilegios de otro socialmente legitimando (que incluye al gay socialmente permitido). El trabajo debe ser reinventado en la ficción del show de media noche, en las simulaciones teatrales de ser una gran cantante o un buen artistas que durante unas horas lo vincula al mundo de los aceptados. El cuerpo es el lugar del trabajo, es la posibilidad de su oficio, su plasticidad supone mayor recursividad laboral, pero a su vez es el lugar del peligro, la amenaza de la mutilación y el riesgo de salir de circulación
Siendo así, que las mujeres Trans son quienes sufren más en la esfera laboral, por una parte, ante la falta de empleo digno con las garantías correspondientes. Y por otra parte, si en caso tal si consiguiera trabajo, seria bajo la obligatoriedad de sueldos mínimos, trabajos informales o de calles y asociados a espacios llenos de prejuicios, violencias sistemáticas y discriminación a connotaciones estéticas y de hiperfeminización.