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Los retos del Acuerdo de Paz con las personas AfroLGBT

A 5 años del Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las FARC-EP, es importante reconocer la transformación de los territorios en las distintas regiones del país gracias a la articulación de agendas de construcción de paz que han impulsado las organizaciones de base desde el uso del acuerdo como una de las herramientas para superar el conflicto armado y apostarle a un país reconciliado.

Esta apuesta de construcción de paz que se hace desde el Acuerdo ha buscado materializarse en las regiones a través de diferentes enfoques diferenciales que buscan generar garantías y acciones afirmativas enfocadas en reparar los hechos victimizantes que diferentes grupos poblacionales sufrieron.  Así las cosas, desde Caribe Afirmativo exaltamos la transversalización del enfoque étnico en el Acuerdo como un logro trascendental para las personas afrodescendientes, negras, indígenas, rrom y raizales en el país, ya que esto ha permitido reconocer y visionar formas de reparación individual y colectivas para resarcir las múltiples violencias sistemáticas que vivieron los cuerpos racializados durante el conflicto armado.

A su vez, este enfoque tiene la misión de garantizar que la paz sea una plataforma para la incidencia, la gobernanza y la participación de los pueblos étnicos en el país en miras del respeto a la libre determinación, autonomía, consulta previa y el derecho a la identidad e integración social, económica y cultural de las personas afrodescendientes, negras, indígenas, rom y raizales en Colombia.

Sin embargo, esta misión no ha sido una prioridad dentro de la agenda política del actual gobierno, situación que ha expuesto a los pueblos étnicos a un repunte de los índices de violencia en sus territorios, debido a la presencia diferenciada que el Estado mantiene en estos y a las economías de guerra que aún sobreviven y se sostienen de la explotación de la tierra y los cuerpos que la transitan.

Por ejemplificar esta situación, desde la firma del Acuerdo de Paz han asesinado aproximadamente 80 defensores afro de Derechos Humanos en diferentes regiones del país, entre ellas el Pacífico sur y el sur de Bolívar, territorios con dinámicas sociales permeadas por la violencia como expresión de los conflictos por la tierra, la seguridad alimentaria, la incertidumbre y expresiones machistas sobre los cuerpos con sexualidades, identidades y expresiones de género no hegemónicas.

Ante este panorama, Caribe Afirmativo, desde su informe ‘Nos decían: “tras de negras, maricas”’ expone los contextos sociales, geográficos y las violencias diferenciadas que sufrieron las personas AfroLGBT durante el Conflicto Armado a razón de las dinámicas sociales antes mencionadas, especialmente la intersección de vulnerabilidades en lo étnico-racial y las orientaciones sexuales y las identidades y expresiones de género diversas en cada uno de estos territorios.

Por tal razón, nos preguntamos sobre ¿cuáles son los retos para la garantía de los derechos de las víctimas AfroLGBT desde un enfoque diferencial a 5 años de la firma del Acuerdo de Paz?

Así las cosas, identificamos siete retos en miras al próximo quinquenio:

En primer lugar, las instituciones del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición deben reconocer las violencias sistemáticas que recibieron las personas AfroLGBT a razón de la intersección, anteriormente mencionadas, que existe sobre sus cuerpos. Es imperante que se materialice el Estado en acciones afirmativas que garanticen justicia restaurativa con un enfoque de género que pueda dialogar con el enfoque étnico para así poder asegurar un proceso de reparación que responda a las realidades de estas personas en sus regiones.

Es indispensable que la construcción de paz en Colombia se piense y se accione desde el reconocimiento de las violencias sistemáticas que vivieron y viven las personas AfroLGBT.

En segundo lugar, el próximo gobierno nacional y el Congreso de la República deben comprometerse con una mayor voluntad política para facilitar la implementación del capítulo étnico, según datos del Instituto Kroc[1], a la actualidad sólo se ha implementado el 10% de las 80 disposiciones generales con enfoque étnico del Acuerdo de Paz. Por tanto, aumentar la implementación de este capitulo es fundamental para la garantización de la participación de las personas AfroLGBT en las plataformas y espacios donde se piense y actúe en pro de la construcción de paz territorial.

En tercer lugar, las agendas que nacen del Acuerdo de Paz deben suscribirse a un trabajo mancomunado e intersectorial que le apunte a resolver el subregistro que existe de datos desagregados sobre las personas AfroLGBT en el país. Así, la escasez de cifras tiende a expresarse en la impunidad y la inoperancia del Estado para reconocer las realidades de estas personas y poder garantizar sus derechos que día a día se enfrentan a las limitaciones individuales y colectivas.

En cuarto lugar, el Acuerdo de Paz debe servir como hoja de ruta para que el gobierno nacional y los territoriales puedan abrir espacios para que las personas AfroLGBT participen activamente en las agendas sociales, culturales y económicas del país. Es crucial integrar la consulta libre y accesible con estas personas como un paso clave en la construcción de políticas públicas y el reconocimiento de sus hechos victimizantes para así garantizar una implementación interseccional del Acuerdo de Paz.

En quinto lugar, hacemos un llamado a robustecer los mecanismos de participación e incidencia de las personas AfroLGBT en el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso ilícito (PNIS), especialmente para aquellas que habitan el sur de Bolívar y el Pacifico sur colombiano. A su vez, es primordial que el Fondo de Tierras pueda aplicar un enfoque interseccional para desmantelar las practicas patriarcales existentes sobre la titulación de tierras.

En sexto lugar, es importante fortalecer la incidencia de las personas AfroLGBT en la ruta de Implementación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), ya que las renovaciones del territorio deben ser en clave de construir, pensar y generar espacios geográficos con oportunidades de superación de las dinámicas coloniales y extractivitas para así apuntarle a regiones donde se cultiven proyectos de vida que cuentan con las posibilidades de superar las condiciones de empobrecimiento en las que se encuentran.

Finalmente, debe aumentar la participación de las personas AfroLGBT en La Instancia Especial del Alto Nivel con Pueblos Étnicos (IEANPE), el Consejo Nacional de Paz Reconciliación y Convivencia (CNPRC) y los Consejos Territoriales de Paz, Reconciliación y Convivencia (CTPRC) con el fin de garantizar su participación sociopolítica ante estos espacios sustanciales en el proceso de construcción de paz en Colombia.

Por lo anterior, invitamos al gobierno nacional, a las organizaciones sociales y de base y a la ciudadanía en general a reflexionar entorno a estas recomendaciones en miras de construir conjuntamente iniciativas que le apunten a reparar las experiencias e impactos del conflicto armado en las personas AfroLGBT del país como un ejercicio de responsabilidad colectiva para eliminar aquellos patrones de violencia que tienen base en prejuicios racistas y LGBTfóbicos de todo el territorio nacional.

[1] Puede leer más en el informe Reconocimiento y garantías para la protección y participación de los pueblos étnicos en la construcción de paz: https://peaceaccords.nd.edu/wp-content/uploads/2021/01/200122-Final-Ethnic-Report-Spanish.pdf