Líderes y lideresas de Magdalena se reunieron el día 3 de marzo del presente año en la ciudad de Santa Marta para discutir sobre el nuevo Acuerdo de Paz y mecanismos para hacerle seguimiento al mismo. Grupos de mujeres, jóvenes, víctimas afros y personas LGBTI se dieron cita para reflexionar y construir agendas de paz regional.

Cansados de la imposición de agendas, de la corrupción y de la invisibilización de sus grupos poblacionales, se crearon propuestas de acción en el mediano plazo para materializar los 5 puntos del acuerdo de acuerdo a sus necesidades, las cuales responden a las necesidades propias de la región.

A lo largo de la jornada se discutieron y se generaron propuestas para poder realizar incidencia con base al Nuevo Acuerdo. Un punto de gran preocupación son las garantías de seguridad a los defensores de derechos humanos, quienes están siendo víctimas de atentados y asesinatos. Los asistentes a este encuentro se preguntaron en reiteradas ocasiones ¿Quiénes son los asesinos? ¿Quiénes nos están matando?

Siendo también de gran preocupación el papel de la mujer y cómo se protegerá a las mujeres en el posconflicto; muchas lideresas fueron víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y se deben de dar garantías verdaderas de no repetición y protección.

De igual forma, la libertad de movilización significa un aspecto clave para los asistentes, considerando que es una importante forma de participación política y que no puede ser cohartada por el nuevo código de policía.

Otro punto de gran preocupación es el referente a la a la restitución de la tierra y la importancia de garantizar una serie de aspectos básico para la vida digna de las personas a quienes se les restituya.

La veeduría se convirtió en un aspecto básico y de gran importancia para los y las asistentes, siendo necesaria no sólo realizarla de forma general al nuevo Acuerdo, sino también en aspectos focalizados como sobre el tema de enfoque de género, poblaciones vulnerables, personas LGBTI, etc.

De igual forma, se deben de realizar veedurías para la escogencia de Magistrados para la Jurisdicción Especial para la Paz, quienes sean capaces de representar a las víctimas y personas que han apoyado al proceso de paz.

Una gran preocupación radica en la asignación de recursos, entendiendo que en el departamento ha habido poco apoyo por parte de los empresarios para la paz. Siendo necesario dialogar con otros actores, cooperación internacional, actores privados, etc. Para garantizar la redistribución de recursos suficientes para la paz en los territorios.

Hay también una preocupación sobre la participación de las víctimas siendo necesario que estas sean el epicentro de la implementación de este Acuerdo, quienes deben de tener voz de forma constante para evitar la impunidad.

El aspecto local también fue abordado, siendo necesario que las medidas que se tomen respondan a las necesidades de cada municipio o Departamento, por lo tanto se debe iniciar un dialogo con autoridades locales, víctimas y ciudadanía en general.

En cuanto al tema de las drogas ilícitas, se requieren acciones contundentes, siendo necesario que se prevenga este tema (en vez de simplemente “curarlo”), buscando invertir en actividades para el tiempo libre de los y las jóvenes. Así mismo, se deben de crear Hogares de Rehabilitación para el tratamiento de los y las adictas.

Para las circunscripciones especiales para la paz se reflexionó sobre la necesidad de crear estrategias de unidad entre líderes y lideresas de la región que eviten que sean las mafias políticas las que se adueñen de este espacio.

Los grupos poblacionales históricamente vulnerables exigen que se garantice el enfoque diferencial y sean tenidos en cuenta de manera transversal en todos los puntos del Acuerdo. Es de gran relevancia que se desmitifique la mal llamada ideología de género que tanto ha afectado a la población LGBTI.

A su vez, los y las asistentes se mostraron muy preocupados sobre el incumplimiento del gobierno a las FARC-EP, quienes se han encontrado con zonas veredales en mal estado y sin ninguna condición de vida digna.

Este encuentro, realizada por Caribe Afirmativo, Común Acuerdo y FESCOL es la antesala del Encuentro regional de Paz, que se realizará en la ciudad de Cartagena los días 9 y 10 de marzo y buscara reunir a ciudadanos y ciudadanas de toda la región Caribe  para crear una agenda de trabajo en miras de garantizar una verdadera paz territorial.