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El Estado colombiano debe saldar su deuda con el trabajo decente LGBTQ+

En este Día Internacional de los Trabajadores, alzamos nuestra voz para denunciar la deuda histórica que el Estado colombiano tiene con los derechos laborales de las personas LGBTQ+. Pese a los avances normativos como la expedición del Decreto 062 de 2022 que establece la Política Pública para la Garantía de los Derechos de las Personas LGBTIQ+, la realidad de exclusión, discriminación y precariedad en el mundo laboral dista mucho de la equidad e inclusión plena que merecemos.

Las cifras son inapelables. Según el más reciente Censo Nacional LGBTI realizado por el DANE en 2022, el 42,7% de la población LGBTI en Colombia se encuentra en situación de desempleo o trabajos informales, sin garantías de derechos y prestaciones sociales. Para la comunidad trans, esta cifra se eleva dramáticamente al 72%, lo que evidencia las barreras estructurales que enfrentan por el heteropatriarcado y la transfobia imperantes.

La precariedad e indignidad laboral golpea con especial crudeza a las mujeres trans trabajadoras, muchas de las cuales se ven abocadas al trabajo sexual por falta de oportunidades dignas en otros campos. El Informe de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo reveló que el 89% de las mujeres trans ejercen el trabajo sexual en Colombia, expuestas a la violencia, la estigmatización y la vulneración sistemática de sus derechos fundamentales.

Pero la exclusión y la vulnerabilidad no se detienen ahí. Las personas LGBTQ+ migrantes de Venezuela que han huido de la crisis humanitaria compleja en su país enfrentan una doble condición de riesgo en Colombia. Según la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), el 65% de los migrantes LGBTQ+ venezolanos en el país no tiene empleo formal, viéndose forzados a dedicarse a la economía informal, en muchos casos en espacios de alta inseguridad.

Ya es hora de que el Estado colombiano asuma su responsabilidad de garantizar el derecho al trabajo decente para todas las personas, sin discriminación. Por ello, exigimos:

  • Programas efectivos y con enfoque diferencial de empleabilidad e inclusión laboral para personas LGBTQ+, con especial atención a la grave situación de exclusión de la comunidad trans.
  • Acceso real, sin barreras por orientación sexual e identidad de género, a la formación técnica, tecnológica y profesional de calidad que permita la movilidad socioeconómica ascendente.
  • Estrategias contundentes, con sanciones severas, contra la discriminación laboral por motivos de orientación sexual e identidad de género en los sectores público y privado.
  • Garantías plenas de trabajo digno, con derechos y prestaciones, para migrantes LGBTQ+, acompañadas de políticas de regularización migratoria e integración socioeconómica reales.

El trabajo decente es un derecho humano fundamental! En esta jornada reivindicativa del Primero de Mayo, nos sumamos al grito plurinacional de las luchas obreras y sociales: ¡Ni un derecho laboral menos, viva la lucha de la clase trabajadora LGBTQ+! 

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