Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) son, en términos positivos, la nominación de derechos que permiten medir y garantizar el acceso de todas las personas en sus territorios a una vida en condiciones sociales, económicas y culturales dignas, que permitan el desarrollo integral y armónico de sus proyectos de vida, con un Estado respetuoso de la privacidad y garantista de la ciudadanía plena de sus miembros. Esto se refleja en acciones concretas como: acceder a educación de calidad, obtener un trabajo decente, atención óptima en el sistema de salud, alimentación necesaria como derecho, disfrutar del agua como mínimo vital, gozar de un medio ambiente saludable, tener mecanismos de seguridad integral, poder tener una vivienda digna y acceder a espacios culturales y lúdicos sin discriminación.
Si bien desde la concepción moderna de los derechos se propuso un proceso jerárquico de estos, por aparecer primero – en la historia – las luchas por los derechos civiles y políticos, luego los DESC y más adelante los derechos de conectividad llevándonos a hablar de “generaciones de derechos”, hoy, tanto el Estado como garante y la sociedad civil en proceso de reclamación de ellos, entienden que para tener condiciones de vida dignas es necesario una perspectiva de complementariedad e integralidad, puesto que, como bien se afirma, su fundamentación son los derechos humanos que se caracterizan por ser universales, inalienables, interdependientes e indivisibles.
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