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“Colombia me llora”, un canto a la resiliencia y a la memoria de las personas LGBTI víctimas del conflicto armado.

Esta canción es un testimonio de los que ya no están. Un canto que responde que les ocurrió a las personas LGBTI en la guerra y que en medio de tanta sangre y tanta muerte aún tenemos luz y esperanza”.

La Poderosa

 

04 de abril de 2022.  “Colombia me llora”, es el sencillo de un álbum de once canciones que presenta Eco del Tambó, agrupación de bullerengue en San Juan de Urabá liderada por La Poderosa. Está canción nace desde una propuesta que Caribe Afirmativo le hace a La Poderosa, cantante y compositora de bullerengue, con el fin de que en una melodía se haga un ejercicio de memoria sobre las violencias que vivieron las personas LGBTI en el marco del conflicto armado colombiano.

El proceso de composición de esta canción comenzó con una experiencia personal de La Poderosa, él describe que su mamá se encontraba hospitalizada y que en ese momento de acompañar su enfermedad surgió el primer verso de esta canción: “Sufriendo, la madre mía llorá, el pueblo me ataca”, y lo que siguió después fue una investigación y lectura minuciosa de los testimonios de personas LGBTI de todo el país que han sido víctimas del conflicto armado y cuyos relatos hacen parte de varios informes que Caribe Afirmativo ha presentado ante la Jurisdicción Especial para la Paz y la Comisión de la Verdad.

Él recopiló las historias más representativas de cada uno de los territorios de Colombia, describiendo en sus letras relatos de hombres trans, mujeres lesbianas, mujeres trans y hombres gais que vivieron las hostilidades de la guerra. “Colombia me llora” es una cartografía sonora de la memoria, que en aproximadamente siete minutos viaja por los diferentes departamentos del país y cuenta las experiencias de personas sexualmente diversas que vivieron una violencia diferenciada durante los años más intensos del conflicto.

La primera grabación de esta canción en un primer momento fue en una casa en el barrio Dos de Abril en San Juan de Urabá, su municipio de residencia. Fue un proceso que él describe como artesanal, pues lo hicieron con los recursos que tuvieron en su momento, estando allí La Poderosa ensayó con sus estudiantes y jóvenes que integran Eco del Tambó y posteriormente gracias al apoyo de diferentes organizaciones de la sociedad civil logró realizar una grabación más profesional en Bogotá.

Recientemente se lanzó el vídeo oficial de esta canción y primer sencillo del álbum. El vídeo se grabó en octubre del año pasado en el corregimiento de Damaquiel en San Juan de Urabá; se eligió este lugar por su arquitectura y ruralidad, porque representa las condiciones y contextos en los que se encontraba el Urabá durante el conflicto armado, pues es un lugar dónde aún se conservan casas de bareque y su paisaje alude a esos años en dónde no había infraestructura para energía eléctrica y servicios públicos, y además se ubica a orillas del mar. La grabación duro desde la 2 de la tarde hasta las 12 de la noche y se hizo con luces de vela recreando la violencia histórica y como se enterraban los muertos en aquel entonces.

“La inspiración de esta canción tiene el objetivo de visibilizar a las víctimas de Antioquía, Montes de María, Urabá, Putumayo, Tumaco, entre otros”, describe La Poderosa. Para él esta melodía representa como han desaparecido a las personas LGBTI hasta el día de hoy y como a pesar  de tanta sangre y muerte aún hay una luz de esperanza.

Se espera que el álbum completo se suba pronto a las diferentes plataformas musicales y se pueda realizar un lanzamiento en una Rueda de Bullerengue, que es un evento tradicional que se lleva a cabo en algunos lugares del caribe colombiano en el que convocan a grupos folclóricos representantes de este mismo ritmo.

Para La Poderosa son el arte y la cultura los que lo fortalecen para enfrentar los obstáculos de la vida, y es con esa misma fortaleza que está canción le aporta a la construcción de paz. No sólo desde su experiencia personal como víctima del conflicto armado, en donde para él leer cada uno de estos relatos fue sentir la vivencia de cada una de estas personas, sino que es una forma de entender la guerra, de hacer memoria de quienes ya no están, un canto que responde ¿Qué paso? ¿Cuándo paso? ¿Dónde paso y a quiénes les pasó?, es decir, que escuchar la canción nos lleve a las vivencias de las personas LGBTI en el conflicto armado. Es por eso que cada letra es una manifestación que visibiliza el pasado como ancla y recuerdo que reivindica como el dolor también se puede transformar en arte.