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Activistas reflexionan sobre las marchas LGBTI que se celebran en el Caribe

Un grupo de líderes y lideresas LGBTI se reunió el pasado jueves 3 de noviembre en el paraninfo Rafael Nuñez de la Universidad de Cartagena, para participar en un foro sobre las visibilidades y resistencias de lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex, de esta región del país.

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Este panel organizado por la Corporación Caribe Afirmativo, con el apoyo de las organizaciones y colectivos que constituyen la Mesa LGBT de Cartagena,  tuvo como propósito reflexionar desde experiencias de los actores los sentidos, y posibilidades de las marchas y desfiles LGBT en la región Caribe,  como espacios de expresión cultural y/o ejercicio político de derechos en el marco de las tensiones que genera la movilización en la región y la visibilidad de las diversidades sexuales y de género.

Este espacio se presenta a la ciudadanía como una forma de reivindicar y reconstruir memoria a través del relato y las experiencias sociales y culturales de personas que desde sus inicios en el activismo le han apostado al cambio social de imaginarios excluyentes y prejuiciosos a través de la cultura y actos importantes de movilización social.

En la Constitución Política de Colombia de 1991, en el artículo 37 dice que: “Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho”. Esta garantía constitucional, es el fundamento de las marchas ciudadanas lo cual permite que pocas o muchas personas se reúnan y protesten frente a lo que consideren injusto, que atente contra su bienestar o  contra su dignidad humana, frente a una entidad pública, el espacio público, entre otros muchos escenarios.  Sin embargo, cuando hablamos de personas LGBTI y de sus procesos de movilización social, del cómo han surgido y su desarrollo en el tiempo, hablamos entonces de una población que ha resistido por muchos años, la exclusión y la discriminación social, incluso cuando en su ejercicio ciudadano salen a las calles a manifestar una inconformidad o  vulneraciones graves a sus derechos.

En este panel participaron activistas de diferentes departamentos del Caribe colombiano, quienes se reunieron para contar desde sus experiencias, la historia, la importancia y los retos y desafíos que representa la movilización social y las expresiones culturales dentro de las agendas de reivindicación de derechos de las personas LGBT en la región Caribe.

Como panelistas estuvieron invitados los siguientes  activistas:

Pedro Julio Apresa Pérez, de Santa Marta. Es el presidente de la Fundación Volver a Vivir, que trabaja por la población LGBTI en situación de vulnerabilidad, también es director del encuentro diverso, cultural, folclórico y deportivo LGBTI; y Reinado nacional trans del mar.

Daniel Eduardo Santana Castañeda, de Valledupar. Voluntario de la Fundación Matices y activista LGBTI.

Elkin Adanies Martínez, del municipio de Maicao. Activista LGBTI y líder del proyecto del Fondo Mundial en La Guajira.

Juan Carlos Salas Zabaleta, de Sincelejo. Vicepresidente de la Fundación Sucre diversa, organizador de la semana de la diversidad de Sincelejo, semana fiestas de la tradición del porro canta’o en San Marcos, Sucre. Marcha exhumaciones simbólicas futuro Colombia y el Carnaval de Corozal LGBT.

Heriberto Mejía Mercado, cofundador de la Mesa LGBTI de Barranquilla, coordinador de la sexta marcha LGBTI de la capital del Atlántico, director de la Fundación Arenosa Vive Fundarvi, asesor de Caribe Afirmativo, Carnaval gay de Barranquilla y el Atlántico, y la Fundación Rasa de Antioquia.

También asistieron representantes de las organizaciones que integran la mesa LGBT en Cartagena: el colectivo Calle shortbus, el colectivo El Voltaje Aquel, Transformado, Tordiversus, y algunos funcionarios de la Administración Distrital.

Como conclusiones comunes y generales del evento se pueden plantear las siguientes:

  1. Las marchas y desfiles LGBT son expresiones de movilización social que para el caso Caribe se presentan desde dos escenarios; el primero vinculado a las tradiciones festivas, los carnavales y fiestas populares de las ciudades y municipios, en ellos se busca visibilizarse como actores y ciudadanos que desde sus sensibilidades también construyen cultura. El segundo, está vinculado a movilizaciones con un tinte reivindicativo de derechos y en estas últimas se rescatan las movilizaciones por el día de la no homofobia y las que se realizan en el marco de la semana del orgullo.
  1. En el caribe se presenta una paradoja que tiene que ver con el reconocimiento y respeto a estas movilizaciones; por un lado cuando estas se dan en las fiestas y carnavales son “aceptadas” y valoradas socialmente, Cuando la calle es sólo para la fiesta y los LGBT son una actor festivo más; pero por otro lado ha existido un rechazo contante a las marchas que son convocadas y propias de los grupos LGBT, estas desde donde se busca defender derechos se consideran por ciertos actores y administraciones locales, como espacios denigrantes que afectan valores familiares y derechos de niños y niñas, se consideran que transmiten un mensaje negativo y como tal son señaladas y coaccionadas.
  1. En las movilizaciones son las personas trans quienes mayor visibilidad han asumido, son quienes se exponen mayoritariamente y de manera más vehemente a los señalamientos de una sociedad transfóbica, que ve en sus cuerpos figuras pecaminosas, erotizantes, caricaturescas de la mujer y de lo femenino y se desconocen las identidades trans.
  1. los reinados trans han sido el espacio más político que las personas trans han encontrado para ganar reconocimiento y visibilidad en la sociedad, por ello es necesario dotarlos de sentido simbólico y político, de construyendo su aparente frivolidad con las que son percibidos y evaluados por diferentes sectores sociales. Desde estos espacios se ha logrado rescatar las simbologías de lo trans y se han convertido en un espacio convocante de ciudadanía.
  1. En muchas localidades como Sincelejo, Valledupar y Cartagena se ha intentado sabotear recientemente las marchas, no se cuenta con un apoyo de las administraciones locales e incluso, para el caso de Valledupar se viene evaluando la pertinencia de su continuidad puesto que el miedo y temor a ser señalados ha llevado a que las personas LGBT cada vez se movilicen menos. En el caso de San Marcos, un municipio de Sucre, se comenzaron hacer hace diez años desfiles y reinados trans, hoy eso se ha perdido, a las mujeres trans que dinamizaban estos espacios los actores armados las asesinaron u obligaron a desplazarse.
  1. Se plantea que uno de los grandes obstáculos a estas movilizaciones tiene que ver con los procesos internos de endodiscriminación, que llevan a que se desconozcan al interior de los sectores, las luchas y expresiones singulares. Señalamientos, descalificación o buscar normalización de las diversidades hacen parte de una cultura patriarcal que también se arraiga en las personas y grupos LGBT de la región.
  1. Se analiza que las relaciones con las administraciones locales han estado relacionadas a vínculos de amistad, más que de una apuesta clara de los gobernantes por garantizar los derechos de la población. En ese sentido la política juega a favor de si los LGBT son amigos cercanos de los y mandatarias de turno.
  1. Es necesario hacer pedagogía, espacios como este panel son prueba de que es necesario construir colectivamente, articularse en la región e incidir en imaginarios que la sociedad históricamente ha construido acerca de las visibilidades y resistencias LGBT como actos sólo de exhibición y no de derechos.