El director de esta organización, David Rodríguez, cuenta cómo surgió esta iniciativa que desde su creación ha contado con el apoyo de Caribe Afirmativo.
Parece que indígenas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, son víctimas de una doble discriminación por pertenecer a dos grupos históricamente excluidos y marginados. Las crecientes agendas sobre diversidad sexual en Colombia no tocan el tema, ni las acciones que los gobiernos han implementado en los últimos años para restituir los derechos de estos pueblos, se refieren a este asunto, como sí ocurre en otros países como México, Perú y Bolivia, que han avanzado tanto al interior del movimiento social como en la respuesta del Estado, que le ha ofrecido garantías a esta población.
Caribe Afirmativo ha constatado que a esta dificultad se suma la pobreza y la falta de educación de la mayoría de los pueblos indígenas del país. En La Guajira, por ejemplo, algunos wayúu han empezado a documentar casos de discriminación, sobre todo en las mujeres y los niños. Pero aún hace falta trabajar más con las personas con orientación sexual e identidad de género diferentes.
En Uribia, uno de los 15 municipios de ese departamento, hay una fundación que trabaja en pro de las personas LGBTI de esta región. ‘Wanejana Wayaa’ es el nombre en wayuunaiki (lengua de esta etnia) de esta organización que en español traduce ‘Somos diferentes’, y que desde hace tres años lidera jornadas de capacitación y sensibilización a funcionarios y miembros de la fuerza pública, sobre temas de derechos humanos.
La fundación se creó luego de que el 12 de marzo de 2012 apareciera muerto un hombre gay, conocido como el ‘Chocho’. A partir de ese año, David Rodríguez, director de esta organización, y más de 15 personas LGBTI empezaron a trabajar por sus derechos.
Rodríguez asegura que antes de que se creara esta fundación, las mujeres trans casi que permanecían escondidas para evitar que las agredieran y discriminaran; pero que ahora la historia es otra, porque en ese municipio es fácil toparse con mujeres trans que lideran trabajos comunitarios, aunque todavía siguen siendo discriminadas. “Uribia además de ser la capital indígena del país, es una región machista y sexista; pero gracias a la fundación las cosas han cambiado un poco”, dice el director de ‘Wanejana Wayaa’.
Caribe Afirmativo los ha acompañado en la lucha por la reivindicación de sus derechos. Entre 2012 y 2013, la corporación realizó trabajos de articulación y análisis de contexto con los miembros de ‘Somos diferentes’, que sirvió para realizar la investigación ‘Voces y Sentidos’, que cuenta los retos de la agenda LGBTI del Caribe colombiano; y en 2015 se realizó una reflexión colectiva sobre las afectaciones que dejó el conflicto armado en esta población, y cómo se restituirán sus derechos con la aplicación de la Ley de Víctimas.
El Observatorio de Derechos Humanos de esta corporación también ha documentado un sin número de actos en los que se han violado los derechos de las personas LGBTI de esta región, y algunas de las víctimas son indígenas de Uribia, Maicao y Manaure, en La Guajira; y de los municipios de Montelíbano y San José, en Córdoba
“Es urgente construir estrategias de interlocución con autoridades y comunidades indígenas para comprender, aprender y desaprender desde su cosmovisión las preconcepciones que existan frente a esta población para que cuenten con todas las garantías de su realización personal, sin perder su pertenencia y calidad de vida al interior de su comunidad; y ello debe estar plasmado en políticas públicas, planes de desarrollo y acciones estatales”, dice el director de Caribe Afirmativo, Wilson Castañeda.
‘Wanejana Wayaa’ es la expresión del avance del movimiento LGBTI en Colombia, porque está en un departamento que no solo es lejano a la capital del país, sino que está aislado del desarrollo sostenible, el bienestar social y las condiciones reales de calidad de vida, y que también pone en discusión la vida digna que deben tener las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans, dentro una etnia indígena.