En lo corrido del presente año, se han registrado 15 homicidios a personas LGBTIQ+ en el área metropolitana de Medellín y otros tipos de violencias de este tipo en otras ciudades del país.
Lunes 08 de agosto de 2022. La continuidad en la ocurrencia de diferentes tipos de violencia dirigidas hacia personas LGBTIQ+ en Colombia –que, solo en el área metropolitana de Medellín, durante este año, ha cobrado las vidas de 15 personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas– es una problemática que da cuenta de la activación de la violencia contra las personas LGBTIQ+. Esto, está evidenciando la urgencia de que el Estado active estrategias de acción preventiva para evitar muertes y sistematicidad de casos, tanto en Medellín, como en el resto del país.
“El homicidio de Jeison Vásquez fue el último en ocurrencia. Afecto directamente el movimiento social, como miembro del voluntariado LGBTIQ de la ciudad, hacía parte de los procesos colectivos, liderando acciones en la Comuna 13, de Medellín. Fue clave su participación en la preparación de la Marcha del Orgullo de este año. Además, participó activamente en los plantones de rechazo a los homicidios anteriores”, expuso Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo.
Sobre lo mencionado, Castañeda detalló que, en la mayoría de los casos ocurridos en el área metropolitana de Medellín, se han identificado unos patrones de sistematicidad de violencia ejercida contra personas LGBTIQ+ que se dedican al activismo. A través de un mapeo realizado por Caribe Afirmativo, fue posible tener conocimiento sobre las características en común de los asesinatos, entre las cuales destacan las agresiones en espacios privados, permitiendo un ejercicio de violencias sin posibilidad de recibir ayuda o socorro. También se identificó la situación de indefensión en la que se coloca a la víctima, debido a que estas personas han sido encontradas atadas de manos, lo cual permite que se ejerza una violencia sin posibilidad de resistencia.
En esa misma línea, el director de Caribe Afirmativo también agregó que existe una constante en la forma de asesinar a las víctimas, siendo esta la asfixia mecánica empleando cinturones, surcos, cables de extensión. Además, detalló que, de los 15 homicidios registrados contra personas LGBTIQ+ en este sector del país –14 hombres gays y una mujer lesbiana– se tienen tres capturas materializadas, tres órdenes de captura, cinco victimarios no individualizados dos sin información y otros dos sobre los cuales Caribe Afirmativo no ha tenido información adicional por parte de la Fiscalía General de la Nación sobre capturas y demás procesos.
Del mismo modo, Castañeda explicó que, además de los casos en los cuales personas LGBTIQ+ del área metropolitana de Medellín fueron víctimas de diferentes tipos de violencia, también se tiene registro de agresiones en Bogotá, donde se han presentado acciones discriminatorias hacia hombres gays en el espacio público; Barranquilla, donde una pareja de jóvenes bisexuales quienes fueron discriminados por transeúntes y personal de vigilancia por el hecho de darse un beso en la Plaza de la Paz; y Cartagena, donde una pareja de hombres gays fue retirada de un hotel –pese a estar pagando un servicio– bajo el argumento de que no eran permitidas sus expresiones de afecto, que eran iguales a las de las de parejas heterosexuales que estaban en el mismo lugar.
Urge que el Estado implemente acciones. Ante este panorama, desde Caribe Afirmativo se hace un llamado al Estado a que active una ruta en cinco aspectos. Primero, en la investigación no solo se debe indagar sobre quién lo hizo, sino por qué lo hizo; conociendo las motivaciones, se puede prevenir la violencia. Como segundo punto, Trabajar la cultura ciudadana, para que los asuntos morales o religiosos no terminen validando la violencia por prejuicio y sigan siendo usadas como motivadores por los victimarios que creen que con su actuación hacen un favor a la sociedad.
El tercer aspecto responde a la necesidad de acompañamiento a las víctimas en la denuncia, tanto en materia jurídica, como psicosocial, evitando la revictimización y buscando mecanismos de seguridad y reparación transformativa. Este, seguido del cuarto aspecto a considerar, que es el hecho de atacar los problemas en sus casusas, sin satanizar. Sobre esto, se debe mencionar que el problema no son las aplicaciones sexuales, ni las prácticas de sexo, sino la ausencia de mecanismos de protección de datos, rutas o espacios de las personas.
Como quinto aspecto, desde esta organización se hace un llamado al Estado a tomar decisiones judiciales ejemplares que no solo individualicen, sino que contribuyan a transformar prácticas estructurales que naturalizan la violencia contra las personas LGBTIQ+.
“Requerimos que el estado, en un proceso de implementación del acuerdo de paz, traslade el concepto de una ciudadanía que sobrevive a una ciudadanía que pueda construir un proyecto de vida, desde su dignidad y autonomía que urge un Estado garante y una sociedad que les reconozca integralmente”, sostuvo Wilson Castañeda.
Además, el director de Caribe Afirmativo enfatizó en que hay una percepción de los riesgos del activismo LGBTIQ+ donde el Estado no solo no estaría protegiendo a la ciudadanía diversa, sino que sus mismos agentes de seguridad –como la fuerza pública– son generadores de violencia. En ese sentido, explica que la seguridad, entendida como control policivo, “no fortalece proyectos de vida y se pone en contra del libre desarrollo de la personalidad”.
Sobre esto, detalló que hay un escenario particular para el activismo LGBTIQ+ que se organiza en cuatro factores. El primero, serían las agendas, como la implementación del acuerdo de paz y la atención a la crisis humanitaria en la frontera con Venezuela, las cuales ha activado atención a las personas LGBTIQ+ desde los enfoques diferenciales, aumentando el nivel de visibilidad y riesgo. También expuso que la crisis estructural de pobreza que está viviendo la sociedad colombiana afecta mayoritariamente a los grupos más periféricos, donde se ubican las personas LGBTIQ+.
Por otro lado, destacó que hay un florecimiento de un activismo más feminista y trans –desde el feminismo– con formas creativas de resistencia, las cuales llaman la atención del Estado y la sociedad. Por último, Castañeda hizo especial énfasis en que la firma de la paz no ha significado pacificación de los territorios. “El aumento de amenazas a liderazgos sociales en territorios donde se retiró las FARC, pero que no han sido copados por el Estado, está haciendo que a muchas personas aporten a la participación, cueste la vida”, ratificó.