5 de junio de 2021. ¿Qué significa para ti la palabra Colombia? Para muchas mujeres y hombres trans de Venezuela esas 8 letras conforman una nueva palabra: H-O-G-A-R, aún cuando han enfrentado rechazo y discriminación ya sea por xenofobia o violencia por prejuicio a causa de su nacionalidad u orientación sexual o identidad de género diversa en este país.
Semanalmente, a través de El vuelo del turpial, CARIBE AFIRMATIVO busca hacer público un poco de las historias de aquellas personas trans venezolanas que quisieron tener una mejor vida y que fueron forzados a salir y soportar peligros insólitos, permitiendo así comprender el contexto que existe en Venezuela y por qué ocurre la emigración, asimismo, las conversaciones con las y los migrantes nos proporcionan datos sobre las experiencias personales en cuanto a la movilidad humana en nuestros países.
Se debe entender que decir adiós a Venezuela significa iniciar un viaje de 195 kilómetros a pie, un recorrido al que se lanzan un gran número de personas venezolanas que huyen¸ bajo el inclemente sol, con un morral que quizás solo tenga un par de mudas de ropa y zapatos, del hambre, la pobreza y las pocas o casi nulas oportunidades para salir adelante.
Se ve en sus ojos y en diálogo con ellas que regresar no es una opción, ya que en Colombia han conseguido trabajo y un nivel de vida mejor, aunque desde inicios del 2020, con la llegada de la pandemia a nivel mundial, tuvieron que afrontar el cierre de fuentes de trabajo, la imposibilidad de pagar alquiler y poder subsistir.
Dos años antes, en 2018, no había nada que mitigara el hambre de miles de familias en Venezuela. La desesperación llevó a que cientos de personas se lanzaran a las carreteras para llegar a la frontera y pasar hacia Colombia, ese fue el caso de Nicole Díaz, una joven trans de 24 años, hoy en día, quien en esa época con 21 años inició su travesía hacia este país, “yo tomé unas cuantas prendas de vestir y dos pares de zapato, mi viaje solo duraría 3 meses y ya van más de 3 años. La situación de Venezuela era muy difícil y yo quería tener una mejor calidad de vida, aunque no pensé que duraría tanto tiempo aquí, alejada de mi mamá”, comenta.
Originaria del Estado de Zulia, Nicole dice que el tiempo y las experiencias vividas desde su salida de Venezuela la han hecho sentirse una barranquillera más, ella encontró en la capital del Atlántico, un lugar donde ha podido ser una persona diversa libre y sonreír todo el tiempo, “en mi país enfrentamos una fuerte discriminación, somos señaladas y nos condenan por ser diversas. En Venezuela no podía vestirme como quería y ser como yo deseaba. Mi familia pensaba que era un chico gay, pero al llegar a Colombia, con el tiempo, comencé a expresarme como me sentía. Mi mamá supo que era una mujer trans debido a las fotos que iba colocando en mis redes sociales, hasta que un día lo dialogamos y pude sentirme libre”, expresa Nicole.
Actualmente, es estilista en un salón de belleza en la ciudad y gracias a eso ha podido apoyar económicamente a su mamá, “me dedico a lo que me gusta, me ha ido muy bien. Aquí en Colombia he aprendido más de mis derechos y a no tener miedo a expresarme como quiero. Me he adaptado a las costumbres de este país y a sus problemáticas, además, desde mi trabajo aporto en la creación de espacios de respeto a la diversidad”, indica.
Alegre y risueña, Nicole cuenta que nunca le ha tenido miedo a nada y que se considera una mujer valiente, responsable, inteligente y con ganas de brillar, “cuando vivía en Venezuela vendí raspao, trabajé en peluquerías, ayudé a mi mamá haciendo pudines para vender. Nunca me he detenido, siempre he buscado maneras de dar lo mejor de mí”, señala.
Esta joven lideresa, quien participa en las diferentes actividades del proyecto INTEGRA de Caribe Afirmativo hace una invitación a que “ser diferente haga parte de la naturaleza y, de la vida misma. Como seres humanos también debemos comprometernos con las acciones cotidianas, construir relaciones respetuosas y legitimadoras de las diferencias”.
Su historia como la que cada sábado presentamos muestra que ante cada riesgo que puedan enfrentar las migrantes trans venezolas vale la pena ante la esperanza en encontrar un lugar donde vivir con la seguridad que en su país de origen no tienen.
Finalmente, agrega: “Los sueños de esperanza que te brinda Colombia no son comparables con nada. Es preferible mil veces a que quedarse atrás o agonizar en Venezuela. Es difícil, hay que vivirlo, hay que estar en un país donde no tengas nada para saber que es preferible irse para poder vivir”, concluye.