Bogotá, 17 de enero de 2024. El día de hoy, el presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a la escalada de violencia que este grupo armado ha desplegado en la subregión del Catatumbo. Esta decisión se toma luego de que el Gobierno calificara los recientes hechos de violencia como “crímenes de guerra”, los cuales han resultado en la trágica pérdida de vidas humanas, incluidas de civiles, líderes y firmantes de paz.
El Catatumbo ha experimentado dinámicas sociales, económicas, políticas y de conflicto armado similares en sus diversos municipios, debido a su posicionamiento estratégico. Con zonas montañosas, áreas fronterizas, extracción de petróleo y cultivos de coca, esta región se ha convertido en un sitio clave para la constitución y establecimiento de grupos guerrilleros como el ELN y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), así como paramilitares como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). La presencia de fuentes de financiación como los cultivos de coca y los impuestos ilegales sobre la renta del petróleo ha convertido a esta subregión en un terreno de competencia entre diversas organizaciones armadas, situando a la población civil en medio de un fuego cruzado.
En este contexto, las personas LGBTIQ+ han sido víctimas de violencias específicas y diferenciadas debido a su orientación sexual e identidad de género. La Corporación Caribe Afirmativo ha documentado hechos de violencia en diversas regiones como Arauca, Nariño, Sur de Bolívar y el Caribe, evidenciando un patrón de agresiones adaptadas a las dinámicas locales.
Reconociendo la gravedad de los actos de violencia, instamos al ELN a expresar su voluntad y compromiso real con la paz y la vida histórica del país. Es imperativo que cese inmediatamente cualquier acción que ponga en riesgo los derechos humanos de la población civil, especialmente aquellas basadas en prejuicios de género o identidad.
A su vez, exhortamos al Gobierno Nacional a reconsiderar su postura y retomar las negociaciones de paz. Es fundamental establecer mecanismos efectivos que permitan la desescalada del conflicto y garanticen la protección de la población civil, especialmente en los territorios donde la violencia de los grupos armados sigue siendo una amenaza constante.
La construcción de una paz duradera es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso sincero de todos los actores involucrados. Desde Caribe Afirmativo, destacamos la importancia y urgencia de continuar apostando por la Paz Total, como una oportunidad para poner fin al conflicto armado y saldar la deuda histórica con las víctimas que han sufrido los horrores de la violencia de los actores armados, incluido el ELN. Si bien la construcción de paz puede enfrentar tropiezos, la defensa de la vida sigue siendo el acto de valentía que el país necesita con urgencia.