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Tutela reconoce que un joven gay y su pareja fueron discriminados por el centro comercial Nuestro Atlántico

17 de noviembre de 2021 El Juzgado Primero Civil de Soledad, falló a favor de Esteban Gallardo, representado por el equipo jurídico de Caribe Afirmativo contra el Centro Comercial Nuestro Atlántico y la empresa de Seguridad Privada VIPERS debido a que el pasado 9 de septiembre de este año fue vulnerado su derecho fundamental a la dignidad humana, el libre desarrollo de la personalidad, igualdad y no discriminación en las instalaciones del lugar.

El 9 de septiembre él fue interceptado por vigilantes de la empresa de seguridad privada Vipers cuando se encontraba con su pareja sentados en los muebles de un local donde comercializan picadas de mango. Al día siguiente 10 de septiembre ellos estaban esperando para entrar a cine y decidieron ir a comprar una picada, cuando fueron abordados por un vigilante de la Empresa de Seguridad Privada VIPERS que sin mediar palabras les solicitó que se retiraran de las instalaciones del centro comercial bajo el argumento de que “las muestras de afecto y/o cariño estaban prohibidas”, teniendo en cuenta que cerca de ellos se encontraba una pareja heterosexual, a la cual no le llamaron su atención.

Ellos interpelaron al vigilante, preguntando si sus actos derivaban del prejuicio contra su orientación sexual y posterior a esto los vigilantes se alteraron, los empujaron y lanzaron palabras y frases ofensivas hacia Gallardo y su pareja. Esteban Gallardo mencionó que no era la primera vez que sufrían un tipo de discriminación dentro de las instalaciones del Centro Comercial “Nuestro Atlántico” pues el pasado 25 de agosto, mientras compartía con su pareja un servidor de la misma empresa de vigilancia los obligó a retirarse del establecimiento bajo el argumento de que “las personas se sienten incómodas con su presencia y sus actos”.

Esta situación refleja un tratamiento diferenciado que evidencia una discriminación en razón de su orientación sexual y por tal motivo el juzgado reconoce que fueron vulnerados sus derechos fundamentales a la intimidad, libre desarrollo de la personalidad a la igualdad y no discriminación. Es por esto que las actuaciones realizadas por los funcionarios de seguridad incurren en actos de exclusión y discriminación que exceden las competencias establecidas por el ordenamiento jurídico.

Esteban Gallardo y su pareja presentan una sensación de miedo frente a posibles represalias o escándalos en espacios públicos, miedo de que su familia se entere de toda la situación sufrida en el centro comercial y un temor generalizado en cuanto a sentirse observados en espacios públicos, causando una sensación de paranoia y actitud defensiva frente a una posible agresión y daños en su salud mental.

Desde Caribe Afirmativo hemos acompañado jurídicamente estos hechos y brindado una orientación y atención psicosocial a las personas afectadas, por este motivo observamos que existe un patrón de discriminación y violencias en espacios públicos y de manera particular en los centros comerciales de la ciudad, ya que estos hechos se han presentando de  forma reiterativa y sistemática, además  es  preocupante que se estén presentando este tipo de situaciones lamentables, destacando que el Observatorio de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo en lo que va del 2021 reconoce 3 casos de discriminación a parejas homosexuales, y 2 casos corresponden a actos de discriminación por la orientación sexual en este tipo de escenarios.

A su vez esta situación es similar al que vivieron dos mujeres lesbianas en el Centro Comercial Viva que ocurrió el año pasado, en el que también fueron vulneradas y violentadas por el personal de seguridad del lugar y que a raíz de esto el 9 de abril del 2021 la Corte Constitucional en la sentencia T-068 de 2021 que comprende este caso señala que “existe un patrón de discriminación que tiene como objeto a las personas del mismo sexo que realizan manifestaciones de afecto en espacios públicos y semipúblicos”. Es por esto que la Corte reitera una vez más, que no puede haber ningún tipo de justificación para la discriminación y que no se puede seguir naturalizando la discriminación y la vulneración de derechos fundamentales de las personas LGBTI bajo ningún tipo de excusa.

Ante esto el juzgado resuelve y ordena que el Centro Comercial Nuestro Atlántico y la Empresa de Seguridad Privada Vipers que “en adelante se abstengan de realizar actos como los narrados en esta acción y adopten mecanismos efectivos y eficaces para manejar situaciones por discriminación sexual o de cualquier otra índole, que se llegasen a presentar en el futuro. De igual forma, que adopten las medidas adecuadas y necesarias para evitar que sus empleados vuelvan a cometer actos de discriminación a causa de la orientación sexual de las personas”.

En ese sentido, desde el año 2017 se han proferido 7 decisiones judiciales relacionadas con los centros comerciales del área metropolitana de Barranquilla, en las cuales se ha reconocido por parte de la justicia la existencia de actos de discriminación que ponen en riesgo la vida de las personas LGBTI. En 3 de estos 7 casos, la Corte Constitucional ha emitido sentencias sentando el precedente discriminatorio y exigiendo acciones contundentes para las garantías de no repetición, en 4 de estos casos se ha solicitado a los centros comerciales actos de disculpas públicas a las personas afectadas.

En 5 de ellos se han encontrado responsables a las empresas que prestan seguridad y se las ha pedido activar procesos de formación y capacitación en derechos humanos y finalmente en todos los casos se ha pedido a las autoridades de los centros comerciales por el tipo de servicio que prestan abierto al público, garantizar el reconocimiento de los derechos LGBTI. Este número de casos  en menos de cinco hace a los centros comerciales del área metropolitana de Barranquilla, un foco de expresión de discriminación y lugares no seguros para las personas LGBTI.

Situación que amerita no solo medidas por cada uno de los  establecimientos para responder a los hechos, sino preventivas, educativas y de cultura ciudadana por parte de la superintendencia y de las autoridades locales. Pues no podemos seguir reaccionando solo cuando ocurren los casos que seguirán siendo cotidianos, si no se toman medidas transformadoras en la apropiación y el uso de los centros comerciales que combinan acciones público privadas y por ende deben ser garantes de derechos y libertades.