30 de julio de 2020. Daniel* es un hombre gay venezolano de 33 años que decidió venir a Colombia en busca de una mejor calidad de vida y mejores oportunidades laborales. Cuenta que un primo de él, le ofreció un trabajo como mesero en un restaurante en un municipio de Norte de Santander. Decidido a encontrar un trabajo con el que poder mantener a su familia que se quedó en Venezuela viajó hasta Norte de Santander, sin embargo, al llegar no encontró lo que le habían prometido.
“Cuando llegué no había nada, era una construcción sin nada, me dijeron que era que el restaurante estaba construyéndose, que tenía que trabajar como obrero. Teníamos que dormir en colchonetas con otras 5 personas, nos pagaban cuando querían y menos de lo que debían”. Así como Daniel, otras personas fueron engañadas para venir a trabajar como obreros en esta obre, bajo engaños y en condiciones de múltiple vulnerabilidad de sus derechos humanos.
Por medio de la Ley 800 de 2003 el ordenamiento jurídico colombiano ratifico el “Protocolo de Palermo” que definió la Trata de Personas y dentro de la cual contempla el engaño y el abuso de poder en condiciones de vulnerabilidad como componentes claves de este. Así mismo, la trata de personas incluye este aprovechamiento de la vulnerabilidad con fines de explotación sexual. Este es el caso de Rubí*, mujer trans venezolana de 22 años, quien llego a Colombia hace más de 1 año.
Un amigo de Rubí le contó sobre el trabajo como “modelo webcam”, lo fácil que era ingresar y como ella, por su físico, podría ganar muy buen dinero. Según comenta Rubí “Llegué y me dijeron que ellos me daban todo, donde vivir, computador y cámara y me dijeron cuanto tenía que hacer diario, es normal, uno lo puede hacer, te quitan un porcentaje pero me va mejor que muchos que trabajan por ahí y yo no considero que sea prostitución porque nadie me toca”. Si bien Rubí conoció del trabajo como “modelo webcam” a través de su amigo, Caribe Afirmativo ha logrado conocer que estás organizaciones cuentan con reclutadores en los puntos fronterizos de Cúcuta y Maicao.
Tanto Daniel como Rubí son víctima de trata de personas en su proceso de movilidad humana. Aunque Daniel tenga más claridad sobre la situación y Rubí haya ingresado a el negocio de los “modelos webcam” sin ser obligada, ambos están expuestas a vulneraciones de sus derechos de distintas formas. Y no solo Daniel y Rubí, son muchos los casos de personas venezolanas migrantes LGBTI que se enfrentan a este tipo de situaciones quienes por temor a ser deportados o por necesidad callan su voz ante las violencias a las que las que son sometidos y sometidas.
En la realidad, se puede ver como muchas personas venezolanas LGBTI se encuentran inmersas en explotación sexual, laboral y tráfico de personas durante su proceso de movilidad humana. El nivel de exposición al que se encuentran es alto, y es que las condiciones de vulnerabilidad en la que realizan su viaje desde Venezuela hacia Colombia las obliga a optar por callar las violencias a las que son sometidas; en muchas ocasiones por desconocimiento de sus propios derechos.
En Colombia, la ley 985 de 2005 tipifico la trata de persona como un delito, “El que capte, traslade, acoja o reciba a una persona, dentro del territorio nacional o hacia el exterior, con fines de explotación, incurrirá en prisión de trece (13) a veintitrés (23) años y una multa de ochocientos (800) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes”. Así mismo esta ley contempla otros elementos como trabajo con víctimas, implementación de una estrategia nacional, un comité interinstitucional y acciones contra la trata de personas.
No obstante, al hablar sobre población LGBTI la ley carece de in enfoque diferencial para la atención de población sexo-género diversa víctima de la trata de personas. Así mismo, esta ley no responde a la realidad vivida actualmente en el fenómeno de migración venezolana, dejando en un vacío legal las nuevas formas de trata de personas que han surgido en medio de esta. Si bien las organizaciones sociales y las agencias de cooperación internacional han adelantado trabajo referente a este tema, los esfuerzos pueden llegar a ser insuficientes debido a la complejidad del delito.
Desde Caribe Afirmativo se ha adelantado trabajo con población migrante venezolana LGBTI+ para el reconocimiento de sus derechos y de la desnaturalización de las distintas formas de violencias que viven en su proceso de movilidad humana. Este trabajo con una fuerte apuesta comunitaria le ha permitido a las personas venezolanas LGBTI en situación de movilidad verse como personas sujetos de derecho, validando sus vivencias desde la diversidad sexual.
Caribe Afirmativo, en conjunto con otras organizaciones que le han apostado al trabajo con población migrante venezolana LGBTI han realizado ejercicios de incidencia para visibilizar estas nuevas formas de trata de personas. Este trabajo ha permitido que poco a poco se consolide redes sociales de apoyo que ha medida que van creciendo van instaurando nuevos mecanismos y nuevas herramientas para la protección de personas LGBTI en situación de movilidad contra la trata de personas y otras formas de violencia que se dan en el marco del fenómeno de migración venezolana LGBTI.
Desde el 2018 Caribe Afirmativo viene trabajando en procesos de formación, incidencia política y social y atención primaria con personas venezolanas migrantes LGBTI+ en Colombia. En Marzo de 2019 fundó junto con otras organizaciones de Latinoamérica la “Red Regional de Protección de Personas LGBTI+ refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes”. A través del trabajo conjunto en la red se ha trabajado en la protección en el acceso y defensa de los derechos de las personas migrantes LGBTI+ ratificando lo establecido en el Plan de Acción de Brasil, el Pacto Mundial sobre Personas Refugiadas, y el Pacto Mundial para Migración.
Actualmente el proyecto INTEGRA trabaja con población migrante venezolana LGBTI+ en territorios del Caribe Colombiano. A través de este proyecto formamos a líderes y lideresas venezolanas LGBTI+ de las comunidades de acogida de estos territorios con el fin de concientizarles sobre sus derechos y generar acciones de incidencia en los gobiernos locales. Así mismo, se viene adelanto una campaña de sensibilización que tiene como objetivo la erradicación de expresiones xenofóbicas hacia personas venezolanas LGBTI+ migrantes.
De igual forma, se han realizado proyectos de investigación junto con la OIM y ACNUR para conocer la situación en el proceso de tránsito migratorio y en los procesos de integración social de personas venezolanas LGBTI migrante en Colombia. Estas investigaciones han permitido realizar un diagnóstico de las condiciones de vulnerabilidad de las personas venezolanas LGBTI que han decidido asentarse en Colombia.
* Nombres cambiados para proteger la identidad de las personas.