El Vuelo del Turpial

¡Tomamos vuelo! Llega a Caribe Afirmativo: El vuelo del Turpial, diversidad en movimiento

8 de mayo de 2021. Desde el año 2018, a través de diversas estrategias y proyectos sobre movilidad humana, CARIBE AFIRMATIVO ha contribuido en contrarrestar la discriminación hacia las personas LGBTI migrantes y refugiadas, generar igualdad y apoyar en la construcción de sociedades más justas que garanticen derechos y oportunidades para todas las personas que conviven en un mismo territorio, favoreciendo la integración social, política, cultural y económica.

Al sistematizar e identificar las principales dificultades en el ejercicio de los derechos humanos de las personas en movilidad humana, vemos que estas son causadas por la discriminación y la xenofobia. Es debido a esto que, con el fin de interpelar los imaginarios y estereotipos, presentamos El vuelo del Turpial: diversidad en movimiento, un espacio que presentará testimonios e historias de migrantes y refugiadas LGBTI venezolanas que han participado en los diferentes procesos de movilidad humana de CARIBE AFIRMATIVO. Estas narraciones buscarán recuperar la voz de las personas en movilidad y el significado que éstas han dado al proceso migratorio, viendo más allá de los estigmas.

De colorido esplendor y sonoro canto, el turpial es el ave nacional de Venezuela, conocido por alcanzar en sus viajes los llanos orientales de Colombia y Panamá, así como el resto de la zona norte de Suramérica. En representación de la libertad, la alegría y la curiosidad de las personas del país hermano hemos escogido a esta ave como guía de nuestra campaña #EsParaTi, dentro de la que se enmarca este espacio.

Las personas venezolanas LGBT que contaran su historia semanalmente han compartido con nosotras espacios de diálogo que han permitido que ellas formulen soluciones colectivas a los conflictos que enfrentan, además de empoderarse de su propia realidad.

Hoy contamos un poco de la historia de Isaac Matías, un hombre trans de 31 años, oriundo de Puerto La Cruz del Estado Anzoátegui en Venezuela, quien desde octubre del 2019 se encuentra en Colombia, aunque su estadía no ha sido la más satisfactoria, porque un grave acto de discriminación y transfobia lo llevó a quedar gravemente herido llevándolo a luchar por su vida, aunque en este momento está en una intensa recuperación.

Isaac Matías, migrante LGBT venezolano.

Colombia, según relata Isaac, no fue el primer país al que llegó luego de partir de Venezuela, ya que Chile le abrió primeramente las puertas a sus deseos y ganas de iniciar una nueva vida. “Yo vine a Colombia, porque quería estar más cerca de mi país, buscar mejores oportunidades de trabajo y mejorar mi calidad de vida, pero encontré todo lo contrario. He vivido discriminación por ser un hombre trans y a eso se suma ser de Venezuela, lo cual termina con ataques xenófobos”, expresa Isaac, destacando que cuando se ha presentado a ofertas laborales, en varias ocasiones, no le han permitido continuar con el proceso porque en sus documentos no está su nombre identitario. “En Venezuela no hay todavía procesos para poder cambiar el nombre en nuestros documentos, por lo tanto, debo cargarlos con un nombre y sexo con el cual ya no me identifico. He pasado pruebas para obtener un trabajo, pero cuando me piden los documentos, enseguida me rechazan. Eso se ha repetido muchas veces. Podré tener una buena hoja de vida, pero solo por ser un hombre trans soy discriminado. Pensé en Barranquilla encontrar esas oportunidades, pero solo enfrenté desilusiones, aunque agradezco a organizaciones como Caribe Afirmativo que me ayudaron, pero aun así las cosas no mejoraron”, enfatiza.

Es por lo anterior que Isaac no se desanimó y saco energías para dedicarse a otras actividades como ser vendedor ambulante y, en ocasiones, atender un puesto de comidas rápidas, ya que debía buscar maneras que le permitieran sostenerse en un país donde solo conocía a unas cuantas personas, “la experiencia ha sido bastante negativa, por lo cual, cuando decidí devolverme a Chile, luego de haber pasado un tiempo en Venezuela, ocurrió algo que lo cambió todo, y que hasta esta fecha me ha mantenido en Colombia. Yo solo iba a pasar por este país”, afirma.

Y es que, tras encontrar refugio en la Casa Migrante, en Arauca, hacia los últimos días del mes de noviembre de 2020, comenzó a viajar con rumbo hacia Ipiales (en la frontera sur de Colombia con Ecuador); valiéndose de la buena voluntad de algunos conductores que le ofrecieron espacio en sus vehículos.

En Ipiales, en una parada de descanso para ir al baño, un hombre que viajaba con él y otras familias venezolanas, comenzó a insultarlo sin razón aparente. “El hombre pensaba que era un hombre gay y estaba molesto con mi presencia. Me empezó a insultar, luego siguieron los golpes y, finalmente, me arrojo de una altura de casi dos metros. Hasta la fecha llevo 6 meses en recuperación. Al principio no podía caminar. La Secretaría de Salud tuvo que contactar a OIM, para poder apoyarme y encontrar un lugar dentro de este municipio para estar. Ahora estoy en un albergue de paso y con muletas. Me tienen ahí por mi situación”, comenta, resaltando que colocó la respectiva denuncia ante este hecho que lo puso en riesgo y, por poco, le hace perder la movilidad total de sus piernas.

Con dolor evoca ese hecho y recuerda que lloró por la dolencia insoportable, y que algunas personas lo auxiliaron, ya que siendo insuficiente haberlo empujado, el hombre comenzó a patearlo y gritarle, “todas las personas estaban el shock. No sabía que ocurría, yo estaba confundido. Aunque después el hombre se marchó después de que algunos le reclamaron”.

Luego del hecho, que ocurrió en altas horas de la noche, tuvo que seguir el recorrido. “El conductor me dejo a mí y unas personas que iban al salir del país en un hotel, ya que por ser migrantes irregulares no sabíamos a dónde ir. Al día siguiente tomé un taxi que me llevo al Hospital Civil de Ipiales, donde duré 4 días hospitalizado”, dice.

Una vez recibe su salida del Hospital, Isaac no sabía qué hacer, “no podía caminar, no conocía a nadie. Estaba solo. Qué iba a comer, a dónde podría llegar. Miles de preguntas me hice, ahí fue donde apareció de un momento a otro la Secretaría de Salud a ofrecerme su apoyo, contactando a una organización LGBTI de ese territorio y esto apoyado con OIM”, explica.

Al principio no quiso informar a su familia para evitar preocupaciones, pero ante las insistentes llamadas e inquietudes de ésta respecto a su bienestar, él les comenta lo ocurrido y los mantiene informados de la situación.

Con este caso, que CARIBE AFIRMATIVO respalda con una denuncia de discriminación y lesiones personales, se visibiliza que las personas migrantes y refugiadas LGBTI no solo enfrentan violencia verbal o física por parte de comunidades de acogida, sino también por compañeras de viaje, que como ellas desean conseguir espacios para vivir y formar un futuro seguro. A su vez exhibe las dinámicas de ser una persona trans (hombre o mujer) en Venezuela, Colombia y Chile, “en Chile nunca viví discriminación y fue allá donde pude realizar mi transición; en Venezuela mis padres nunca se opusieron a mi decisión de ser un hombre trans, pude trabajar como persona trans, y creyendo que Colombia sería igual, pasan todas estas cosas, que me quitan muchas veces la alegría. Yo me devolvía a Chile, porque allá sí hay oportunidades, allá no vivía con miedo”, detalla.

Los hechos de violencias como los sufridos por Isaac, no son casos aislados, ya que muchos de ellos se convierten en herramientas que utilizan las personas LGBTfóbicas para invisibilizar las experiencias de diversidad sexual en el proceso de movilidad humana. Así mismo, esto demuestra de que la expectativa que tienen las personas LGBT venezolanas sobre Colombia como un paraíso de igualdad, representa una gran distancia de lo que sucede en la realidad social, donde la norma social no siempre va en congruencia con la norma jurídica.

En este sentido, Caribe Afirmativo buscará continuar visibilizando este y otros casos de violencias ocurridos en territorios fronterizos y comunidades de acogida, donde hemos llevado nuestras acciones para construir paz desde hace más de 4 años. Con relación al caso de Isaac y otros que presentaremos a través de El vuelo del Turpial haremos seguimiento y trabajaremos junto con ellas en busca de soluciones y mejorar su situación en el proceso de movilidad humana.