3 de enero de 2022. El pasado 2 de enero se presentaron enfrentamientos entre grupos armados ilegales en la zona rural del departamento de Arauca, puntualmente en los municipios de Saravena, Tame, Fortul y Arauquita. Se calcula que hay más de 20 personas asesinadas y hasta el momento se ha identificado una mujer dentro de las víctimas, como también se reportan 50 personas desaparecidas en el marco de estos hechos.
Esta situación ha generado una tensión generalizada entre los habitantes de Arauca, tanto de la zona rural y urbana, pues para el día de hoy se han presentado tiroteos en los cascos urbanos de Tame y Saravena. Además, las autoridades informan que como consecuencia de estos ataques se han tenido que desplazar forzosamente más de 2.000 personas que viven en la ruralidad de estos municipios. Esta podría considerarse la primera masacre del año, porque se han encontrado cuerpos de personas asesinadas en las carreteras, terrenos baldíos, caminos rurales, entre otros.
Dichos enfrentamientos ocurrieron entre disidencias de las FARC e integrantes del ELN, quienes por décadas se han disputado el control del territorio, en particular las zonas fronterizas del departamento que limitan con Venezuela. Ambos grupos han tenido una presencia histórica en esta región del país, causando terror y violencia en los años más intensos del conflicto armado colombiano, especialmente contra personas de la sociedad civil, como mujeres y personas LGBT.
Las lideresas, lideres sociales, defensoras y defensores de derechos humanos junto con los colectivos y organizaciones de la sociedad civil se han pronunciado rechazando estos hechos y exigiendo la presencia del Estado, como también que los actores armados se acojan al derecho internacional humanitario, y den un cese al fuego, prevaleciendo la protección de la vida e integridad de la población civil. Por el momento los y las habitantes de Arauca se encuentran tomando medidas de autoprotección evitando salir de sus hogares por el miedo y la tensión que se vive en toda la zona fronteriza de este departamento, como también se ha solicitado la presencia de instituciones especialistas en derechos humanos que brinden ayuda a la población civil desplazada que requiere atención inmediata.
Es importante mencionar como las organizaciones de mujeres se han sentido afectadas no sólo por la violencia histórica que viven a diario, si no porque ante estos hechos ya ha habido desapariciones de hijos, hermanos, sobrinos, y demás personas que integran sus núcleos familiares o son parte de las dinámicas comunitarias de los municipios. Principalmente el caso de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans, quienes son visibles en el departamento y cuyo proceso de liderazgo se ha caracterizado por la construcción de paz, la visibilidad de las personas LGBT y la defensa de los derechos de las comunidades más vulnerables y que por tanto, al ser lideresas y personas con una orientación, expresión e identidad de género diversa se encuentran en un alto riesgo.
Por su parte la Defensoría del Pueblo el año pasado emitió una alerta temprana ante la situación de riesgo y de violencia permanente en la zona, alertando sobre posibles masacres, homicidios, feminicidios, y hechos de violencia que podrían ocurrir por la presencia y la reconfiguración de actores armados presentes en la zona fronteriza del departamento de Arauca.
Desde Caribe Afirmativo rechazamos estos hechos que vulneran los derechos humanos de las personas, especialmente de las comunidades anteriormente señaladas que se encuentran en riesgo, como también exigimos al Estado tomar acciones frente a lo ocurrido y atender al llamado que hacen las organizaciones sociales para la protección y seguridad de sus habitantes, como también una respuesta humanitaria ante el desplazamiento forzado de las personas que han abandonado sus hogares por temor a vivir algún hecho que ponga en riesgo su vida y la de sus familias.
Es importante mencionar que Arauca es uno de los departamentos del país que se destaca por sus iniciativas de construcción de paz, siendo así una apuesta fundamental desde la interseccionalidad de sus habitantes, es decir, procesos que nacen desde la población LGBT, como las personas afro, las mujeres, indígenas y personas migrantes y es por esto que es urgente que el Estado garantice su protección, haga una presencia inmediata y blinde a la comunidad para que siga adelante con estos proyectos de paz y convivencia que se ven amenazados por la violencia.