Es importante generar incidencias en torno a las situaciones de riesgo. Esto le permitirá, tanto al colectivo, como a la comunidad en general, apropiarse de la lucha y generar estrategias conjuntas que mermen los riesgos.
Foto: Revista Cromos
30 de marzo de 2023. Ante una situación de emergencia donde la vida o bienestar de los miembros de colectivos LGBTIQ+ se vean amenazados y sus derechos vulnerados, es imprescindible implementar planes de protección colectiva. Estos planes permiten desarrollar estrategias más complejas y eficientes para la auto protección, al mismo tiempo que fortalece los lazos de solidaridad y de identidad colectiva.
El primer paso para la construcción de estas estrategias, es identificar los riesgos, aliados y opositores dentro de cada contexto territorial específico; segundo, reconocer las particularidades del colectivo, sus necesidades, vulnerabilidades, capacidades, potencialidades, mecanismos de organización y la relación que han establecido con las instituciones del estado.
Con este análisis se identifica el estado de emergencia que presenta el contexto para la población LGBTIQ+, permitiendo generar las rutas de protección y las estrategias de autoprotección mediante el fortalecimiento de las capacidades colectivas, los mecanismos de afrontamiento, el reconocimiento de las redes de apoyo comunitarias e institucionales.
¿Cómo hacer esto? Para la identificación de los riesgos es necesario el registro oficial, es decir, denunciar situaciones de amenazas, hostigamientos, discriminación, u otras; ante las entidades competentes. El ignorar estos sucesos es un error común que impide a las instituciones comprender las situaciones de riesgo y al mismo tiempo impide a los colectivos solicitar servicios de protección de mayor complejidad.
Como colectivos es importante generar hábitos en atención a la seguridad, que cada miembro ante situaciones de riesgo trate de registrar detalladamente, fechas, lugares, actores, existencia de cámaras, vehículos, personas, etc. Asimismo, es importante mantener el contacto con las redes de apoyo, generando círculos de protección que fomenten el trabajo en conjunto, para la prevención sobre violencias comunes en determinados espacios.
Dentro de los colectivos, es importante delegar la responsabilidad a una o varias personas de prepararse en temas de seguridad y protección, esto favorecerá enormemente la reducción de riesgo y construcción de rutas.
Por último, es importante generar incidencias en torno a las situaciones de riesgo ya identificadas; esto le permitirá tanto al colectivo como a la comunidad en general, apropiarse de la lucha y generar estrategias conjuntas que mermen los riesgos.