El 23 de septiembre de 2015 se realizó un anuncio muy particular y esperado por muchas personas en el mundo, en el cual se señalaba que el 23 de marzo de 2016, después de más de 50 años de conflicto armado, se firmaría un acuerdo de paz entre el Estado colombiano y el grupo armado insurgente Farc.
Llegó la tan anhelada fecha, pero la firma del acuerdo no pudo ser. No es que los diálogos hubieran cesado, que el ánimo de diálogo se haya acabado o que se haya tomado la decisión de seguir con el cruento y degradado combate en el que nosotros, la población civil, hemos sido los más afectados; el día fijado es hoy, pero las negociaciones aún continúan porque hay varios temas sobre los cuales aún no hay consenso y eso está bien.
Este día, que pudo ser y no fue, no será el primer día límite que se proponga y no se cumpla, tampoco devela falta de voluntad de las partes para alcanzar la meta común de llegar al acuerdo de paz, solo es un plazo que no se pudo cumplir, pero que ante los reclamos que hacemos desde la sociedad civil sí toma una significación importante, consistente en que los colombianos y colombianas en todo el mundo estamos a la espera de tener los resultados de las negociaciones y así alcanzar más pronto la paz.
Desde Caribe Afirmativo reflexionamos que un día como hoy el gobierno no puede limitarse a dejar que sean únicamente las filtraciones de la prensa y los esfuerzos periodísticos los que revelen porque no se pudo cumplir el plazo, ni comentarios de las partes en días anteriores, ni que sean lecturas interpretativas de lo que se ha hablado en los últimos meses lo que no revele las causas por las cuales hoy no se firma el acuerdo. Hoy, es necesario que públicamente quienes están negociando expliquen qué ha pasado y por qué no se pudo llegar finalmente al acuerdo en la fecha planeada, que den las razones por las cuáles se han tenido que tomar más tiempo del esperado, asumiendo responsabilidades, y revelen, con total honestidad, cuál es el nuevo rango de fechas en los cuales se espera llegar a un acuerdo, porque si bien es cierto no pueden seguirse poniendo un día límite para firmar, sí es importante que se planten unos términos en que se llegará a los resultados esperados.
Los colombianos y colombianos seguimos esperando la paz, sin desfallecer en nuestras exigencias de responsabilidad y respeto para las garantías de los derechos de todas las personas. Caribe Afirmativo considera que es necesario que nos apropiemos del proceso de paz como una realidad que puede promover que realmente se salvaguarden los derechos de las personas, que estemos en un Estado que promueva la igualdad ante la ley y que empiece a concentrar esfuerzos en agendas distintas al combate bélico. Asimismo, recuerda que el acuerdo de paz al que se llegue necesita estar construido en perspectiva de diversidad sexual e identidades de género, respetando las diferencias y la pluralidad, protegiendo así a las personas LGBTI.
Finalmente, Caribe Afirmativo aprovecha la oportunidad para destacar el papel que ha habido en las Mesas de Víctimas por parte de quienes han cumplido un papel como representantes de quienes se han visto afectadas por el conflicto armado y abogan por la defensa de los derechos humanos; en esos espacios, Caribe Afirmativo ha reiterado la necesidad no sólo de alcanzar la paz, sino de reconocer también las acciones realizadas por las personas LGBTI en la construcción de paz, las afectaciones por causa del conflicto, las deudas históricas pendientes con la garantía de sus derechos y cómo con la firma del acuerdo se puede contribuir a la construcción de una sociedad más respetuosa de la diversidad.