El homicidio de Rolando Pérez (43 años) ocurrió el 23 de febrero de 2007. Acabaron con su vida con un objeto contundente. Rolando fue hallado muerto en su residencia en el barrio Torices de Cartagena, un sábado en la mañana. Tan pronto se conoció del crimen, hicieron presencia en el lugar la Policía, la Fiscalía, estudiantes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde él dictaba clases, y amigos y oyentes de la emisora Comfenalco, donde también trabajaba. El ambiente era de aflicción y pesadumbre. El cuerpo de Rolando mostraba signos de múltiples actos de violencia física, especialmente en su rostro, totalmente desfigurado. Posteriormente, estos hechos fueron ratificados por el Instituto de Medicina Legal.
Rolando Pérez era un profesor cubano, líder comunitario y locutor en una emisora local en la que defendía derechos humanos de personas LGBT. Estudió Administración de Empresas y Comunicación Social en la Universidad de la Habana, también hizo maestría en Comunicación Organizacional en la Universidad Jorge Tadeo. En 1995 llegó a Colombia con miras a radicarse luego de superar las dificultades que en aquel entonces se sufrían en Cuba para salir de la isla, consiguiendo la ayuda de una compatriota y amiga cercana -que gozaba con permiso de salida en razón de su carrera de artista- con quien simuló un contrato de matrimonio para efectos de partir de su país (sobra decir que para la década de los 90 Cuba había tomado medidas coyunturales en la política migratoria, sufriendo periodos con fuertes restricciones para la salida del país paralelos a episodios de oleadas de migraciones ilegales -véase, https://goo.gl/h5hZpO-). Rolando trabajó como profesor en la Universidad Jorge Tadeo desde el mismo año de su llegada a Colombia hasta el día de su muerte. Fue altamente estimado por sus estudiantes y colegas de trabajo, y reconocido por dirigir un programa radial llamado ‘Siempre Comfenalco’, que se emitía los sábados en la mañana.
Hoy en día, la memoria de Rolando Pérez continúa haciendo parte de la agenda del equipo de Caribe Afirmativo, que años tras año lo rememora en el aniversario de su fallecimiento. Sin embargo, una década después de su fallecimiento, su memoria no ha podido ser presentada a la justicia porque han ocurrido múltiples obstáculos. Las instituciones del Estado se han mostrado insuficientes en el curso de la investigación penal y el manejo del caso de Rolando. Concretamente, se ha impedido el acceso a la justicia a través de dilaciones injustificadas, y la negación de participación de personas muy cercanas a Pérez que puedan intervenir como víctimas del proceso penal.
Una de las razones que hace emblemático el caso Rolando Pérez es el tratamiento que las autoridades le han dado en razón de la orientación sexual diversa de Rolando. Retumban todavía las palabras de Carlos Mena Bravo -en aquel entonces comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, hoy Inspector General de la misma institución-, quien, en un acto de homofobia, acudió a los medios de comunicación sin tener mayor información del caso y afirmó: “todo indica que los móviles fueron absolutamente pasionales por cuanto este ciudadano llevaba una vida desordenada, era promiscuo y, en su condición de homosexual, tenía varias personas como pareja”. Sufrida esta antesala al inicio de la indagación penal, el caso de Rolando se ha mantenido en indagatoria durante los últimos 10 años, pasando por el despacho de tres fiscales distintos y enfrentando complicaciones en la labor investigativa.
La última asignación del caso fue en 2014, a la Fiscalía 47 Seccional de Cartagena, como fiscal destacado en casos de priorización de homicidios sobre población LGBTI de la capital de Bolívar. La expectativa era que esta figura de fiscal destacado diera como fruto la individualización de un presunto autor y su posterior captura. Sin embargo, en lugar de observar avances, se han detectado retrocesos al impedirle a Edgar Plata, quien fue pareja de Rolando hasta el momento de su muerte, ser reconocido como víctima en el proceso o a Caribe Afirmativo vincularse como actor civil popular. La fiscalía fundamenta la negación a estas peticiones en un cambio en la percepción del caso, pues explica que el vínculo matrimonial que Rolando tomó de excusa para la salida de su país, al haber estado vigente hasta el momento de la muerte, contradice su orientación sexual diversa o la ocurrencia de una unión marital con Plata. En principio, podría pensarse que la teoría del caso que actualmente se maneja en despacho de la fiscalía se basa en la “heterosexualidad” de Rolando Pérez, sin embargo, el desprecio de los elementos materiales probatorios recolectados se muestra como una excusa inclinada a procurar el archivo de la investigación penal.
A pesar de las solicitudes de priorización a nivel central de la Fiscalía General de la Nación, la asignación de un fiscal destacado, y la presentación de solicitudes para el esclarecimiento de los hechos realizadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al gobierno colombiano (2011 y 2014), promovidas por Caribe Afirmativo, los resultados observados en la indagatoria han frustrado las constantes acciones para obtener cualquier grado de justicia.
Caribe Afirmativo ha seguido solicitando a la Fiscalía General de la Nación la priorización del caso para esclarecer los hechos que circunscriben la muerte de Rolando Pérez y, al mismo tiempo, ha procurado esfuerzos para acudir nuevamente al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y para hacerse parte activa de la investigación penal. Es imperativo que el Estado asuma su responsabilidad por desconocer a esta víctima en razón de su orientación sexual diversa, y por hacer uso tergiversado de su imagen para conveniencia y eventual archivo del caso. Todavía se conserva la expectativa de que el ejercicio de priorización sirva de precedente para esclarecer decenas de homicidios que han afectado a personas LGBTI del Caribe colombiano.
Es importante señalar que en los últimos 7 años en esta región se han reportado más de 145 asesinatos y más de 40 amenazas contra personas LGBT. Estas cifras dan cuenta de la situación de riesgo e inseguridad a la que se enfrentan muchas personas LGBTI de la región en razón de su orientación sexual o identidad de género, y evidencian la necesidad de que desde el mismo Estado se tomen medidas orientadas a prevenir la ocurrencia de estos hechos de violencia. Lamentablemente, la policía –cuyos miembros deberían proteger y salvaguardar los derechos de todas las personas en condiciones de igualdad- han sido los perpetradores de más de 50 casos de violencia contra personas LGBTI oficialmente reportados durante el mismo periodo. Esto ha ocurrido a pesar de las reiteradas peticiones y jornadas de formación que Caribe Afirmativo ha desarrollado con la policía.
Vale la pena hacer hincapié en que la Corporación Caribe Afirmativo surgió después de que mataran a Rolando Pérez. Claudia Ayola, presidenta de la junta directiva de esta organización, y un grupo de amigos del profesor cubano emprendieron una cruzada por defender los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales, personas trans e intersex, víctimas de agresiones por parte de grupos armados y del propio Estado. Y por supuesto, también buscan saber cómo va e impulsar el proceso de Rolando, quien al fin al cabo inspiró la creación de esta organización.