Plan Decenal Afro, también pertenecemos
Las políticas para promover la igualdad de oportunidades para la población Negra, Afrocolombiana, Palenquera y Raizal hacen parte de las acciones que el Gobierno Nacional debe impulsar para beneficio de dichas poblaciones. Las exigencias por parte de sociedad civil –organizada o no– generan compromisos y frentes de ‘lucha’ que permean el discurso y la ‘opinión pública’, para que las agendas compartidas de los movimientos sociales afro no sean invisibilizadas y que las acciones que pretendan mejorías en la calidad de vida de los pueblos, comunidades y territorios afro sean concertadas, respetuosas de las identidades culturales diferenciadas y sean acciones afirmativas que reivindiquen derechos.
A partir de la Constitución Política de 1991, en sus artículos 7 y 13, se reconoce la diversidad étnica y cultural de la Nación, lo que demanda al Estado colombiano la adopción, expedición y ejecución de leyes e implementación de políticas, planes, programas y proyectos orientados al reconocimiento, protección y promoción de los derechos territoriales, culturales, políticos y sociales de la población afrocolombiana. Asimismo, Colombia ha ratificado convenios internacionales sobre derechos humanos, derechos económicos, sociales y culturales, Derecho Internacional Humanitario, incluyendo asuntos ambientales y educativos, que incorporan directrices y obligaciones en relación con los derechos de los grupos étnicos.
En este sentido, Colombia acoge lo dicho en la Resolución 68/237[1], del 23 de diciembre de 2013, la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual proclama el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2024, con el tema “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo”. La proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes estuvo precedida por el programa y plan de acción de Durban (Sudáfrica) y las actividades de seguimiento y evaluación impulsadas por la sociedad civil afrodescendiente organizada, gobiernos y Naciones Unidas; y
“Reconociendo que la esclavitud y la trata de esclavos, en particular la trata transatlántica, fueron tragedias atroces en la historia de la humanidad, no solo por su aborrecible barbarie, sino también por su magnitud, su carácter organizado y especialmente, su negación de la esencia de las víctimas, y reconociendo asimismo que la esclavitud y la trata de esclavos, especialmente la trata transatlántica de esclavos constituyen un crimen de lesa humanidad y son una de las principales fuentes y manifestaciones de racismo, discriminación racial. Xenofobia y formas conexas de intolerancia, y que los africanos y afrosdecendientes, los asiático: y las personas de origen asiático y los pueblos nativos fueron víctimas de esos actos y continúan siéndolo de sus consecuencias“[2].
El Plan Decenal para las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras es un plan indicativo que debe contener los principios rectores de la política para cada uno de los sectores del desarrollo social aplicado a las necesidades de las comunidades Afro. Además, debe estructurarse en la medida de los enfoques de derechos humanos -individuales y colectivos-, territorial, de género y diversidad sexual; y conservación de biodiversidad[3][4].
Se resalta la riqueza y biodiversidad de la cultura afro y su aporte a la Nación, en especial de los espacios creados con re-existencia y resiliencia y como parte del patrimonio inmaterial de la humanidad como el plan de salvaguardia de la partería, el plan de marimba y música, la gastronomía, las celebraciones –muchas de estas en una mezcla sincrética de misticismo, religiones monoteístas, santería–.
Las diversidades vividas, percibidas y autopercibidas dentro de las comunidades afro, negras, palenqueras o raizales, deben entenderse desde las diferentes formas de ser y de existir, importantes a la hora de propender por la reivindicación de los derechos de las mujeres, personas LGBTI, personas en condición de discapacidad, todos estos grupos poblacionales que desarrollan vivencias en contextos afro. Es decir, pone sobre la mesa la palabra “interseccionalidad”.
Esta palabra resulta vital a propósito de la discriminación que constantemente viven las personas LGBTI afro. La interseccionalidad permite entender cómo se articulan las formas de dominación, así como las múltiples características socioculturales y políticas que atraviesan a los seres humanos[5].
Categorías como género, clase y etnia/raza, solo por nombrar algunas, hacen que dentro de las relaciones sociales algunos seres humanos sean apreciados y tratados de mejor manera que otros y que unos dominen y otros sean dominados.
Y a lo anterior, se suma la información errónea o distorsionada que algunas personas afro conocen frente a temas como género, sexo, orientación sexual, identidad o expresión de género, lo que conlleva a juicios prejuiciosos y arbitrarios, acciones violentas y discriminatorias que se pierde dentro de discursos propios de moral y moralidad. Este tipo de discursos contradicen argumentos tanto ideológicos como políticos, sociales y culturales, creando un ambiente injusto, difícil y violento para las y los ciudadanos, las y los sujetos de derecho, las y los participantes en la construcción de democracia, como también lo son las personas gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersex; convirtiendo la oportunidad en imposibilidad, el acceso en negación, la participación en inhibición y el convivir en soportar una realidad que no merece ningún ser humano indiferentemente de su vivencia.
La idea de “ser diferentes” empieza a ser instrumento de “descontento social” cuando la sociedad no logra concebir desde diversos puntos de vista la sexualidad y el género. Es decir, se cree que se está rompiendo el orden social y moral que han construido durante siglos y que por consecuencia es la degradación de la sociedad, orden que pretende concebirnos como personas sin derecho a expresar de distintas formas los sentimientos, emociones y pensamientos íntimos, pretendiendo que se viva de formas iguales y limitadas, sin evidenciar el inminente cambio y transformación en el que se está impuesto a vivir a diario.
Cuando se topa con toda esta variedad de diferencias, de situaciones y de costumbres se empieza a colisionar con todo lo “nuevo” que se presenta, y se empieza a reaccionar frente a estas ignoradas situaciones, personas y conflictos; y es allí de donde emergen acciones discriminatorias, violentas e injustas hacia lo que es nuevo, pero que además es “malo”, pecaminoso, inadecuado e inmoral, porque eso es lo que se ha instruido, lo que conlleva algunas veces a actuar de forma equivocada y violenta.
Los anterior da razón frente al hecho de que las personas LGBTI constituyen un grupo poblacional vulnerable, que ha sido históricamente discriminado y excluido en razón de su orientación sexual, identidad o expresión de género, y como la población LGBTI afrocolombiana, o pertenecientes a otros grupos afectados por discriminación racial, a diario debe enfrentar la estigmatización, violencia y discriminación de personas que aún no entienden que la igualdad es un derecho efectivo y no una mercancía.
También es importante el respeto que cada ser humano independiente de su orientación sexual, identidad y/o expresión de género y/o raza merece, por el solo hecho de serlo. Por tanto, que la lucha por alcanzar el gran objetivo de la equidad se vuelve más que un campo de acción, en una oportunidad de hacer de esta sociedad una más justa, más ecuánime y menos difícil de concebirla.
Y es desde aquí en donde empezamos a concebir que existen ciertas formas de violencia que afectan y/o alteran emocional, física, moral, y/o psicológicamente a personas LGBTI afro de manera diferenciada, concluye el Centro Nacional de Memoria Histórica que:
“ser LGBTI y, además, afrodescendiente o indígena, incrementa la visibilidad, los reproches y los imaginarios negativos en contra de la persona, por lo cual esta se encuentra expuesta a un mayor riesgo. También advirtió que la pertenencia étnico/racial puede agravar la situación de vulnerabilidad de la persona cuando se relaciona con un nivel socioeconómico bajo”[6].
La interseccionalidad nos brinda la oportunidad de pensar y reconocer que existen cuerpos que por las múltiples categorías por las que son atravesados merecen un reconocimiento.
Hay que destacar la relación entre homofobia o transfobia y el racismo, muy particulares que viven las personas LGBTI en contextos racializados y esta relación interseccional entre ambas discriminaciones. A lo largo de la historia de Colombia la población afro, negra, palenquera y raizal, en especial las personas abiertamente LGBTI dentro de estas comunidades, soporta niveles de marginación y exclusión social, en muchos casos de esta sociedad machista que se empeña en no reconocer que todos somos iguales.
Para Caribe Afirmativo,
“poder empezar a trabajar en el reconocimiento y promoción de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas afro LGBTI es un logro que espera continuar alimentando y articulando con otras organizaciones y colectivos que lo han hecho durante años desde la sombrilla LGBTI y/o desde la Afrodescendiente De igual manera, insta a las autoridades locales y nacionales a pensarse las políticas desde un enfoque interseccional que identifique las diferencias que hay en la misma diversidad”[7].
En este sentido, Caribe Afirmativo impulsa una estrategia comunicativa llamada #OrgullosamenteAfroLGBTI, con la cual espera promover la reflexión nacional y regional sobre las formas diferenciadas de violencia que experimentan las personas afrodescendientes LGBTI, así como la visibilización de los procesos de resistencia y liderazgos afrodescendientes LGBTI.
Esta campaña está enmarcada entre tres fechas fundamentales para el movimiento LGBTI y el movimiento afro: el día internacional de la no homo/lesbo/bi/transfobia (17 de mayo), el día de la afrocolombianidad (21 de mayo) y el día del orgullo LGBTI (28 de junio), pues pretende impactar dichas conmemoraciones atendiendo a su objetivo, que es reivindicar la diversidad étnica, sexual y de género desde la interseccionalidad.
De igual manera, se insta al movimiento afro, negro, palenquero y raizal colombiano a pensarse las políticas, estrategias y exigibilidad de derechos desde un enfoque interseccional que identifique las diversidades y vivencias particulares de personas afro LGBTI que conviven dentro de las comunidades. Con el propósito de generar mejores condiciones para el pleno goce de garantías económicas, sociales, políticas, organizativas e institucionales para este sector de la población colombiana.
Caribe Afirmativo presenta una serie de estrategias cuyo objetivo es lograr la eliminación de las “barreras invisibles” que obstaculizan la igualdad de oportunidades, y el aprovechamiento de capacidades y potencialidades para disfrutar de los beneficios del desarrollo humano sostenible[8] de las personas afro LGBTI.
Pensemos esto desde/con liderazgos LGBTI-Afro
Frente a esta serie de realidades, se identificó la necesidad de iniciar un proceso que retome los adelantos que en algunos territorios se han llevado a cabo sobre la interseccionalidad étnico-racial y la diversidad sexual y de género, con el fin de documentar las condiciones de vida de personas LGBTI afros, de sistematizar las experiencias que colectivos locales y grupos de base de la sociedad civil han logrado, de generar espacios de diálogo con autoridades indígenas y afros para promover las reflexiones en torno a estas realidades, a su visibilización y a posibles actuares que transformen socialmente; a fortalecer las capacidades de exigibilidad de DESC de personas LGBTI afros.
En el marco del Primer Encuentro de liderazgos afrodescendientes e indígenas LGBTI de La Guajira, Cartagena y Tumaco, se identificaron diez (10) barreras invisibles que se considera limitan el avance en el desarrollo de dicha población y para las cuales se presentan recomendaciones a cada una de ellas y se sugiere que sean presentadas, debatidas, tomadas por el movimiento afro en su conjunto, como medida de exigibilidad de derechos de personas LGBTI en contextos racializados. Las barreras críticas que se consideran limitan el desarrollo de la población Afro LGBTI son:
- Racismo, discriminación racial, homo/lesbo/bi/transfobia, como fuente que nutre muchos miedos, imaginarios, estigmas y expectativas raciales de los cuerpos, modos y usos del ser afro en Colombia.
- Baja participación y representación de la población afro en espacios políticos e institucionales de decisión. Asimismo, de personas afro LGBTI en los consejos comunitarios de comunidades negras, palenqueras o raizales.
- Mayores dificultades para el acceso, permanencia, y calidad en el ciclo educativo, que limita el acceso a empleos de calidad, el emprendimiento, dificultando la superación de la pobreza.
- Escaso reconocimiento y valoración a la diversidad étnica y cultural como uno de los factores que definen la identidad nacional.
- Desigualdad en el acceso al mercado laboral y vinculación a trabajos de baja calidad (empleos no calificados, bajos salarios y escasa vinculación a la seguridad social).
- Baja disponibilidad de información sobre población afro, que limita la cuantificación y focalización de beneficiarios, así como, la definición de política pública ajustada a las particularidades étnicas y territoriales.
- Débil capacidad institucional de los procesos organizativos de la población afrocolombiana.
- Deficiencias en materia de seguridad jurídica de los derechos de propiedad de los territorios colectivos.
- Acceso limitado a programas de subsidio.
- Políticas públicas que no recogen las iniciativas y propuestas que surgen de la población Afrocolombiana, mucho menos, desde las disidencias frente a las orientaciones sexuales, identidades y/o expresiones de género diversas.
Propuestas para ‘seguir trabajando’
- En educación se propone garantizar la cátedra afrocolombiana en todos los niveles educativos; formación etnoeducadores; y la educación bilingüe.
- También identificar las causas singulares de los problemas de deserción, analfabetismo, ausentismo y repetición de años escolares en la población afro, negra, raizal y palenquera de los territorios.
- En salud se plantean acciones de Asuntos Étnicos y Secretaría de Salud para llevar a que la partería reduzca la mortalidad y morbilidad materno-perinatal; y con la academia a la transformación, comercialización y uso de plantas medicinales.
- Propiciar espacios en las Secretarías de Salud para integrar los saberes y prácticas culturales de las comunidades afro a los modelos de atención integral con enfoque diferencial.
- También se propone incluir en los programas de vivienda nueva y/o mejoramiento a nivel departamental, el enfoque diferencial étnico y con sistemas biosostenibles y sustentables.
- Una sección de literatura afrocolombiana incorporada en cada municipio; deporte para procesos de convivencia, incluida la infraestructura y la creación de un programa de recuperación de juegos tradicionales.
- Desarrollo económico y etnodesarrollo: Impulsar procesos de desarrollo económico dirigidos a garantizar la seguridad alimentaria; aprovechamiento sostenible de la biodiversidad terrestre y marina; Promover procesos asociativos e incubadoras, etc.
- Medio ambiente y territorio: Titulación colectiva en el Pacífico y explorar posibilidades de titular tierras baldías en otras zonas; mercados verdes; definir mecanismos para reconocer los derechos de aprovechamiento de recursos costeros y marítimos de la población ancestral ubicada en estos territorios.
Gobernabilidad y Sostenibilidad Institucional: Diseñar e implementar un programa de fortalecimiento institucional; Fortalecer modelos de gestión territorial; Fortalecer los procesos organizativos, etc.
[1] Organización de las Naciones Unidas (ONU). Resolución 68/237 de la Asamblea General “Proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes” A/RES/68/237 (7 de febrero de 2014). Disponible en: [http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/68/237].
[2] Ibídem.
[3] República de Colombia. Ministerio del Interior. Dirección de Asuntos para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras. “Colombia es decenio afro”. Disponible en [https://dacn.mininterior.gov.co/decenio-afro/colombia-es-decenio-afro].
[4] República de Colombia. Ministerio de Cultura. Dirección de Poblaciones. “Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2015-2024)”. Disponible en [http://www.mincultura.gov.co/prensa/noticias/Documents/Poblaciones/Progrmaci%C3%B3nDecenioAfro2015.pdf].
[5] Ruiz Trejo, M. (2014). Intersecciones: cuerpos y sexualidades en la encrucijada. Raquel (Lucas) Platero. Barcelona: Bellaterra, 2012. Universitas Humanística, 79. Disponible en [https://doi.org/10.11144/Javeriana.UH79.icse].
[6] Centro Nacional de Memoria Histórica. Aniquilar la diferencia. Lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en el marco del conflicto armado colombiano. Bogotá, CNMH – UARIV – USAID – OIM, 2015. Disponible en [http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2015/aniquilar-la-diferencia/aniquilar-la-diferencia.pdf].
[7] Corporación Caribe Afirmativo. (2018). #OrgullosamenteAfroLGBTI, la nueva apuesta de Caribe Afirmativo por las personas afrodescendientes LGBTI. Disponible en [https://caribeafirmativo.lgbt/2018/05/17/orgullosamenteafrolgbti-la-nueva-apuesta-caribe-afirmativo-las-personas-afrodescendientes-lgbti/].
[8] Se entiende por desarrollo humano sostenible aquel que genera crecimiento, distribuye sus beneficios equitativamente, protege y preserva el medio ambiente, potencia a las personas en vez de marginarlas; amplía las opciones y oportunidades y les permite su participación en las decisiones que afectan sus vidas. Fuente PNUD.