El 5 y 6 de septiembre participamos en el Seminario Internacional ‘La obligación estatal de búsqueda de personas desaparecidas: avances, retos y perspectivas’, que contó con la participación de organismos internacionales, entidades estatales y organizaciones de la sociedad civil*. Presentamos un resumen de la ponencia de John Restrepo, parte del grupo de expertas LGBTI para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
12 de septiembre de 2022. La búsqueda de personas dadas por desaparecidas nos ha llevado a pensar que la desaparición ha sido una condena con la que hemos nacido las personas con orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones de género diversas, porque las violencias históricas y estructurales que hemos estado sufriendo en el mundo, y particularmente en Colombia, lo que han buscado es justamente borrar toda huella de la existencia -no sólo de nuestros cuerpos, sino de nuestras identidades, de nuestras memorias-. Han buscado que nuestras voces y nuestras vidas sean inaudibles, que estén enterradas en la historia y la guerra de este país, y han tenido como responsables al Estado, a la sociedad y a todos los actores que han hecho parte de esta guerra.
En ese sentido, la desaparición forzada ha implicado la expresión máxima de violencia y la estocada final que deja sin recipiente, sin cabida y sin espacio la evidencia de la existencia de las maricas en este país. El contexto pone un reto mayor frente a la tarea del esclarecimiento del universo de las personas dadas por desaparecidas, especialmente en términos de subregistro, pues la tarea de esclarecer, identificar y encontrar la información frente a las personas LGBT desaparecidas en este país es mucho más compleja.
Este contexto nos ha permitido plantear una pregunta que cuestiona el paradigma de la investigación y de la búsqueda, no desde el inicio del caso ya establecido, sino de la pregunta de quién nos falta, de quiénes son las ausentes. Porque sobre las víctimas en el marco de la guerra en este país, quienes hemos hablado históricamente también hemos sido los sobrevivientes. Pero hoy nos preguntamos por quién nos falta, quién es ese que no está, y dónde no está. ¿Dónde están esos espacios en blanco, ese arcoíris multicolor en este país?
Es un primer logro poder poner esa pregunta en el movimiento social, en las instituciones, en el Estado, en las organizaciones sociales y en las organizaciones que históricamente han venido buscando a las personas desaparecidas forzosamente en este país. Esto nos ha implicado pensar nuevas metodologías frente a la investigación y la búsqueda de personas LGBT, entendiendo que hay que desentramar una red de vínculos invisibles, pues todas esas violencias que han buscado desaparecernos en diferentes lugares nos han llevado a cohabitar, a re-existir desde las periferias de esta sociedad, y a estar fuera del sistema y de las grandes bases de datos del país.
Estas metodologías implican hacer ejercicios creativos e innovadores en términos de metodologías de investigación y búsqueda que permitan desmantelar esa red de vínculos sociales de las personas LGBTI en este país y en cada uno de los territorios. Desde allí, hemos tenido la oportunidad como movimiento LGBT no sólo de estar frente al Estado, sino de compartir con otras organizaciones que nos han traído aprendizajes maravillosos. Hemos podido fortalecer, o evidenciar la necesidad de fortalecimiento, de las personas LGBTI en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas.
Evidenciamos entonces un logro fundamental en el trabajo que han adelantado personas de todo el país aportando a la construcción del Plan Nacional de Búsqueda, teniendo a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas como una aliada dentro de los lineamientos de la búsqueda de personas LGBTI. Otro logro es la realización de mesas técnicas que han liderado organizaciones como Caribe Afirmativo, pues hemos tenido una apuesta evidente en los esfuerzos de búsqueda. El logro más significativo en este aspecto es la creación del grupo de Expertas LGBTI, conformado por cinco expertas de cada una de las regiones del país, quienes tienen el trabajo de acompañar los planes regionales de búsqueda, transversalizar el enfoque de orientaciones sexuales e identidades de género de personas que han resistido al margen de las normas binarias de este país, y que tenemos la apuesta por resolver esa pregunta inicial de quién nos falta.
Finalmente, en términos de los retos o las dificultades, un reto inicial y principal es seguir fortaleciendo la participación de las personas LGBTI en la investigación y la búsqueda, reconociendo además las familias sociales en la investigación y en la búsqueda. Hace algunos años en Medellín Casa Diversa, una organización LGBTI, sujeto de reparación colectiva, preguntaba en un evento quién reclama estas vidas, quién las busca, quién busca la vida de las maricas, de las trabajadoras sexuales. En un primer momento decíamos “nadie”. Pero hoy, las organizaciones sociales, activistas, líderes, defensores y defensoras de derechos humanos nos reconocemos como familia social y hemos asumido el reto de la búsqueda de nuestros pares.
Fortalecer la participación implica, en un primer lugar, el reconocimiento de esa familia social, no sólo desde las organizaciones sociales, sino desde el Estado. Es importante celebrar el ejercicio de la UBPD en el avance de ese reconocimiento, en esos lineamientos diferenciales para la población LGBT. En segundo lugar hay un asunto fundamental en el reconocimiento de la familia social: que no puede estar dado sólo desde la legitimidad del movimiento social, sino que implica que las familias sociales podamos tener garantías jurídicas para la búsqueda, pues hoy sólo podemos construir metodologías para la elaboración del duelo o la reconstrucción de esas identidades. Pero si una familia biológica o consaguínea no reclama a sus personas desaparecidas, nosotros no lo podemos hacer.
Necesitamos seguir fortaleciendo a las instituciones del Estado, de cara a entender que la búsqueda de las personas LGBTI inicia por ejercicios diferenciales y por la construcción de metodologías que nos permitan responder la pregunta de quiénes son los, las y les ausentes en Colombia, en nuestros territorios. Esa es una tarea muy grande porque implica un trabajo efectivo y directo de todo el Estado y sus instituciones en los planes regionales de búsqueda. De la mano de la UBPDD el Equipo de Expertas espera poder seguir avanzando en territorialidad y transversalizar ese enfoque, pero son muchos los retos que aún tenemos en la posibilidad dentro y fuera de la Unidad para materializar este asunto.
Finalmente, es fundamental decir que frente al tema de seguridad, no somos ajenos a la realidad del país y de lo que se está viviendo en los diferentes territorios. Enfrentamos los riesgos y las amenazas históricas que hemos tenido que sobrellevar por ser diferentes, pues preguntarnos por nuestras personas desaparecidas ha aumentado nuestros riesgos. Hay situaciones muy complejas en diferentes territorios que han atravesado diferentes organizaciones o activistas, quienes hoy vienen participando alrededor de la búsqueda, en donde las instituciones del Estado se tiran la pelota y se niegan a entender el riesgo que vivimos en razón de nuestra orientación, identidad o expresión de género en Colombia.
Desde Caribe Afirmativo sabemos que podemos ir avanzando en este asunto con el reconocimiento de lo que implica vivir desde las diferencias en cada uno de los territorios del país. Creemos que una tarea es la construcción de rutas y protocolos dentro de la Unidad y en las diferentes instituciones, replanteando además las medidas de valoración del riesgo que se hace hoy a líderes y lideresas en el país, particularmente a quienes pertenecen a los sectores LGBT. Seguiremos construyendo medidas, metodologías, procesos y demás herramientas que nos permitan entender, finalmente, dónde están las personas que hoy nos faltan.
*Resaltamos la participación de organismos internacionales, entidades estatales y organizaciones de la sociedad civil como:
– Luz Marina Monzón, directora de la UBPD.
– Carmen Rosa Villa, actual presidenta del Comité de las Naciones Unidas contra la desaparición forzada.
– Julissa Mantilla, actual presidenta de la Comisión Interamericana.
– Luciano Hazan, actual presente relator del Grupo de Trabajo sobre las desapariciones forzadas o involuntarias.
– Gloria Gómez, coordinadora de ASFADDES.