24 de mayo de 2022. Desde el 17 de mayo de 1990 se conmemora a nivel internacional el día en contra de la homofobia, bifobia y transfobia, como celebración por la decisión de la Organización Mundial de la Salud quien en ese día eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, en esta fecha se busca visibilizar cualquier acción de discriminación por objeto de la orientación sexual o la identidad de género.

Hablar de las violencias que viven las personas con orientaciones sexuales e identidades de genero diversas implica una revisión particular, dejando a un lado el asumir una visión totalizadora u unificada. En este caso, cuando se trata de las situaciones discriminatorias y violentas vividas por parte de mujeres lesbianas, en el marco de este día, es importante desplegar la categoría de lesbofobia, permitiendo que esta sea analizada de forma diferenciada.

La lesbofobia se relaciona con el miedo o rechazo hacia mujeres que se autorreconozcan como lesbianas, es decir, que se sientan atraídas erótica y afectivamente hacia otras mujeres; sin embargo, este concepto no puede ser entendido de manera aislada del sistema patriarcal el cual, ha sido aprendido y reproducido socialmente y relega a las mujeres, sin importar su orientación sexual, a una posición de obediencia, cuidado, maternidad, a lo privado.

Cuando se trata de ser una mujer con una orientación sexual diversa, el no cumplimiento de estos roles muchas veces legitima la violencia hacia sus cuerpos. Algunas de las manifestaciones de violencia experimentadas por mujeres lesbianas son: la heterosexualidad obligatoria, las violaciones correctivas, sexualización de sus cuerpos o maternidad obligatoria.

A todo esto, se le suma como en lugares públicos como plazas, parques o centros comerciales existe una tendencia por el perfilamiento a parejas lésbicas por parte de policías y vigilantes quienes discriminan, limitan las demostraciones de afecto o expulsan de los sitios a estas parejas basados en el prejuicio hacia ellas.

La recomendación para la conmemoración del 17 de mayo es el reconocimiento de la otredad, de la existencia de violencias particulares, de formas de resistir, ser y amar que se tornan de colores y tonalidades diferenciadas.

El 17M debe ser una posibilidad para la visibilización, la solidaridad como una herramienta de construcción para el trabajo mancomunado, la critica frente a la reproducción de prácticas lesbofóbicas, la reflexión para la emancipación y la cercanía para lograr tejer lazos sororos.