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Personas LGBTI víctimas de discriminación racial

Las personas LGBTI constituyen un grupo poblacional vulnerable, que ha sido históricamente discriminado y excluido en razón de su orientación sexual e identidad de género. En este contexto resulta de especial preocupación la situación de las personas LGBTI afrodescendientes, o pertenecientes a otros grupos afectados por la discriminación racial, porque estas se encuentran expuestas a un mayor riesgo de violencia.

Para abordar este tema, es importante tener en cuenta, como punto de partida, que la relación entre la homofobia o la transfobia y el racismo ha sido históricamente invisibilizada en el marco de los análisis sobre la discriminación en razón de la diversidad sexual o la raza. Generalmente, la temática no es abordada desde una perspectiva que analice la intersección entre ambas discriminaciones; aunque desde el cine se ha contribuido para que esto cobre importancia en los debates sociológicos y jurídicos actuales.

En este contexto, en el que la discriminación contra las personas LGBTI afrodescendientes o pertenecientes a otros grupos afectados por la discriminación racial ha sido escasamente abordada, se pueden destacar los aportes de algunas de las instituciones que han reconocido y manifestado su preocupación en relación a dicha problemática. En octubre de 2014 Caribe Afirmativo presentó un informe sobre este tema ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el marco de la audiencia ‘Denuncias sobre violencia contra personas LGBTI en el Caribe colombiano’. En esa oportunidad, la organización señalaba que desde 2007 se habían registrado 114 muertes violentas de personas LGBTI en la región Caribe, que 58 de ellas habían ocurrido en zonas de conflicto armado, y que la mayoría pertenecían a población afrodescendiente, negra, palenquera o raizal.

A su vez, esta problemática fue reconocida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el informe Violencia contra Personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersex en América (2015). En el marco de ese informe, la Comisión se refirió a la discriminación racial contra personas LGBTI en Colombia, Nicaragua, Estados Unidos, Brasil y los países del Caribe Anglófono, y recomendó que:

“(…) los Estados de la región adopten medidas efectivas para erradicar la discriminación racial y su impacto diferenciado en las personas LGBTI, y que garanticen de una manera efectiva los derechos de las personas afrodescendientes y aquellas afectadas por la discriminación racial. Para tal fin, los Estados deben recopilar información desagregada, y destinar recursos humanos y financieros suficientes y específicos para la prevención y sensibilización, dirigidos a eliminar las prácticas culturales, prejuicios, y estereotipos raciales y mejorar las condiciones de vida de las personas LGBTI de descendencia africana con respecto a la salud, vivienda, educación y trabajo. Los esfuerzos en la prevención deben ser parte de una estrategia integral para proporcionar reparación por los actos de violencia y discriminación, así como rectificar las causas estructurales y la discriminación histórica subyacentes que perpetúan la violencia contra personas afrodescendientes, incorporando una perspectiva de género e intercultural (…)” (p.214)

Asimismo, el Centro Nacional de Memoria Histórica, en Aniquilar la diferencia. Lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en el marco del conflicto armado colombiano (2015),  señaló que ser LGBTI y, además, afrodescendiente o indígena, incrementa la visibilidad, los reproches y los imaginarios negativos en contra de la persona, por lo cual esta se encuentra expuesta a un mayor riesgo. También advirtió que la pertenencia étnico/racial puede agravar la situación de vulnerabilidad de la persona cuando se relaciona con un nivel socioeconómico bajo.

A continuación se pueden observar algunas cifras -obtenidas en el marco de investigaciones y trabajos de campo realizados por Caribe Afirmativo- que permiten dar cuenta de la situación de vulnerabilidad de las personas LGBTI afrodescendientes en la región Caribe:

  • 35 de las 123 personas LGBTI asesinadas en la región Caribe entre 2007 y 2016 se autoidentificaban como afrodescendientes.
  • 62 de los 123 homicidios contra personas LGBTI en la región Caribe entre 2007 y 2016 ocurrieron en contextos afrodescendientes.
  • 29 de las 62 mujeres trans víctimas agresiones policiales entre 2007 y 2016 eran afrodescendientes.
  • 28 de las 78 personas LGBTI víctimas de amenazas en la región Caribe entre 2007 y 2016 eran afrodescendientes.
  • 31 de las 78 amenazas contra personas LGBTI en la región Caribe entre 2007 y 2016 ocurrieron en territorios mayoritariamente afrodescendientes.
  • 3 de cada 5 mujeres trans víctimas de agresiones o violencia ocurrida en espacio público son afrodescendientes.
  • 97 de los 178 casos de personas LGBTI víctimas del conflicto armado documentados por la Unidad de Víctimas en la región Caribe se presentaron en territorios o contextos afrodescendientes.

También es posible señalar que las personas LGBTI afrodescendientes en la región Caribe manifiestan que su origen étnico configura una de las principales causas que les dificulta el acceso al espacio laboral. Esto se relaciona con el hecho de que el racismo sea la tercera causa de ausencia de formación y oportunidades laborales para personas LGBTI, después de la pobreza y la discriminación por su orientación sexual o identidad de género.

Estos casos deben ser analizados desde dos perspectivas: por un lado, la de quienes han vivido la doble discriminación y, por otro lado, la de quienes, con una mirada escéptica, siguen radicalizando las discriminaciones por raza y relativizando aquellas que se dan por la  orientación sexual o identidad de género. En ese sentido, se puede destacar, desde la primera perspectiva, la experiencia de Manuel, para quien ser y reconocerse como hombre negro, pobre y gay le ha llevado a ser víctima de discriminación constante.

Manuel es un hombre de 28 años que se auto-reconoce como negro palenquero y como hombre gay. Nació  cerca de Palenque de San Basilio y  desde hace  algo más de nueve años fue desplazado como producto de amenazas por las disputas territoriales de grupos armados. Durante este tiempo ha estado lejos de su tierra y su deseo es retornar. Sin embargo,  manifiesta que retornar a su comunidad será toda una tensión si no renuncia a su orientación sexual:

“En mi comunidad no va ser negro y gay, eso es una cosa que ni se piensa y antes de que pueda pasar algo, la gente prefiere irse… así como digo, huir, alejarse y na’ ma’. En mi caso cuando me desplace fue que pude darme cuenta de quien          realmente soy y lo que quiero en mi vida; pero sé que eso me trae consecuencias; no sólo en mi comunidad, para la sociedad es muy mal visto esas dos cuestiones juntas, es como ser el más dañado, me entiende”

(Entrevista,  marzo 17 de 2017- Maicao)

Por otro lado, desde la segunda perspectiva, se puede observar la percepción de un líder del movimiento afro en la ciudad de Cartagena, para quién la homofobia y el racismo tienen poca relación. Para este activista de derechos humanos,

“El racismo es simplemente la discriminación por tener un color de piel diferente, algo que es innato e imposible de cambiar, la homofobia por el contrario es no aceptar el estilo de vida, ni el sistema de valores que tienen estas personas”

(Entrevista líder organización afro, Cartagena.  Febrero de 2015).

Es posible interpretar que este último relato expresa un sentido en el cual la naturaleza y la cultura emergen en dos jerarquías diferenciadas: para el caso de la raza, se nace y no  hay otra posibilidad de ser; por el contrario, frente a la orientación sexual e identidad de género, se parte de la idea de que es un estilo de vida que puede cambiarse, ajustarse u ocultarse. En contextos étnicos como el afro, e incluso el indígena, esta idea persiste y se materializa en discursos en los cuales la diversidad sexual es un asunto de blancos o arijunas (termino Wayuu para referirse al que no pertenece a esta etnia), y las sexualidades no normativas son generalmente silenciadas u ocultas. A su vez, esta idea, y estos discursos, están relacionados con el hecho de que al interior de los colectivos LGBTI de la región se presenten expresiones de racismo hacia personas LGBTI, y que en el marco de algunos colectivos afros, palenqueros y raizales se den expresiones de homofobia y transfobia hacia personas LGBTI que pertenecen a dichas comunidades.

Estos discursos riñen, sin embargo, con la vivencia compartida por Manuel, la cual deja entrever una relación de control y regulación a su sexualidad por parte de su comunidad y por lo que implica la lealtad a unos valores constituidos en una lógica binaria y naturalizante. Por ello explorar esa interconexión, la manera cómo se representa, se construye discursivamente y se vive en los territorios, es un interrogante que requiere ser abordado desde las singularidades y bajo una perspectiva hermenéutica, que permita develarlas y dotarlas de significado a la luz de sus configuraciones  y formas relacionales de construir y constituir comunidad.   En ese sentido, y en el  marco  de la semana de la solidaridad  con las víctimas del racismo y la discriminación racial, Caribe Afirmativo destaca la necesidad de que el movimiento LGBT Caribe piense sobre la discriminación racial en su interior, y que, a su vez, el movimiento afro Caribe piense sobre la existencia de expresiones homofóbicas, transfóbicas y prejuiciosas hacia personas LGBT en contextos afros, palenqueros y  raizales.