Madres de Soacha y la Jurisdicción Especial para la Paz.
El 10 de agosto de 2018 acudieron ante la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la Jurisdicción Especial para la Paz catorce implicados en las ejecuciones extraoficiales en el municipio de Soacha, ocurridas durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Entre los exmilitares que fueron vinculados se encontraron el mayor Henry Mauricio Blanco Barbosa, el sargento Medardo Ríos Díaz y el coronel Gabriel de Jesús Rincón Amado, quien pidió perdón y se comprometió a decir toda la verdad antes de la firma del acta de sometimiento y de régimen de condicionalidad.
Estos procedimientos consisten en una diligencia procesal previa que es determinante para el conocimiento y la competencia de la Jurisdicción Especial para la Paz sobre hechos ocurridos con ocasión al conflicto armado. Si bien el movimiento de víctimas y de madres Soacha, bajo el lema “no somos víctimas del conflicto armado, somos víctimas del Ejército Nacional“, rechazan que el caso sea de conocimiento de dicha jurisdicción en razón de los beneficios del sistema, es muy importante destacar el paso que se ha logrado para la construcción de una paz estable y duradera sobre las bases de una justicia transicional. Por ello no sobra decir, que el compromiso que se pacta para la condicionalidad es crucial, y en las mejores palabras, dichas por Idaly Garcerá, madre de Diego Alberto Tamayo Garcerá que intervino en la audiencia:
“que de verdad que se acojan a la justicia plena para saber la verdad que es muy importante para nosotras las víctimas (…) yo siempre sufro por él –su hijo- porque me hace mucha falta, lo extraño mucho, y lo único que deseo es que se sepa la verdad, verdad plena”.
El que la Jurisdicción Especial para la Paz centre su atención al presente caso, nos genera una alta expectativa sobre lo que se pueda lograr en procura de los derechos de las víctimas. Es claro que el agravio ocasionado a las madres de Soacha difícilmente pueda ser puesto en palabras, precisamente por eso que es de suma importancia que en el marco de la justicia transicional se logren los derechos a la justicia, la verdad, la reparación y garantías de no repetición recordando que la centralidad de las víctimas es el principio orientador dentro de las actuaciones de la JEP.
Desde Caribe Afirmativo expresamos nuestra más profunda solidaridad a las familias que han sufrido el conflicto armado, para siempre nuestra lucha les acompaña en nuestro esfuerzo por contribuir también a provocar justicia al interior de las salas de justicias guardando alta expectativa sobre los progresos de la Jurisdicción Especial para la Paz. Es necesario, bajo la imperiosa búsqueda de una paz estable y duradera, entender esta jurisdicción especial no como un sistema de beneficios, sino por el contrario, como una oportunidad para superar prejuicios y dejar atrás los vestigios de la violencia y el conflicto armado. Así, siendo conscientes de que cada vez más se hace necesario procurar por una pedagogía para la paz, Caribe Afirmativo recuerda su compromiso en las Casas de Paz por seguir formando una ciudanía sobre los progresos que hoy por hoy se quieren lograr dentro del Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición al que hace parte la JEP.
Caribe Afirmativo