17 de septiembre de 2021. La movilidad humana, entendida como el tránsito que involucra el paso de una frontera internacional, por migración o refugio, donde buscan mejores condiciones de vida y un espacio reivindicativo de libertades individuales, pareciera ser la constante expresada en muchos de los testimonios de personas gais, lesbianas, bisexuales y trans (LGBTI+) venezolanas. Las vivencias y barreras de las personas LGBT+ del país vecino en los distintos territorios de Colombia demuestran las principales afectaciones y vulneraciones a los derechos humanos de personas migrantes y refugiadas, esto es: i) los derechos económicos, sociales y culturales como el derecho a la salud y al trabajo; ii) el derecho a la igualdad y no discriminación; y, finalmente, iii) la regularización y el derecho a la identidad de género.
En este sentido, en el proceso de construcción del informe “Desafiar la incertidumbre. Fragmentos de vida y trayectorias de personas venezolanas LGBTI+ en situación de movilidad humana en Colombia”, que se presenta de manera oficial a medios de comunicación del país, se documentaron las vivencias de 235 personas venezolanas LGBT+ en situación de movilidad humana, residentes en Colombia, que han hecho parte de los procesos de trabajo comunitario de Caribe Afirmativo en Barranquilla (Atlántico), Cartagena (Bolívar), Riohacha (La Guajira), Cúcuta (Norte de Santander), Medellín (Antioquia) e Ipiales (Nariño).
Identidad asumida | Frecuencia |
Hombres gays | 131 |
Mujeres lesbianas | 41 |
Mujeres trans | 23 |
Hombres trans | 8 |
Género fluido | 3 |
Con otra clasificación | 29 |
Total | 235 |
Total, de personas LGBT+ venezolanas en situación de movilidad participantes.
Dichos casos revelan la recurrencia de acciones como la discriminación por expresión e identidad de género diversa por parte de familias, baños públicos, centros comerciales, residencias o plazas; a su vez, la criminalización de las personas en distintos lugares de trabajo, formales o informales; las amenazas, extorsiones y hostigamientos en espacios públicos, frontera o lugares de residencia, entre otras. En muchos casos una misma persona puede haber vivido varias de estas violencias de manera simultánea.
“En las historias de vida de estas 235 personas se encuentra un común denominador en la narración de experiencias de desplazamiento y migración, y es una trashumancia que en muchas ocasiones comenzó a temprana edad con la expulsión de sus hogares de origen, debido al maltrato físico, moral y psicológico, por parte sus padres y/o hermanos. Es importante señalar que el 75 % de las personas entrevistadas manifiestan haber sido víctimas de alguna violencia por su orientación sexual, identidad de género y expresión de género, y su condición de migrante”, afirma Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo.
Tipos de violencia | Escenarios | Actores | Grupos más afectados |
Discriminación por expresión e identidad de genero | Familias, Baños públicos, centros comerciales, residencias, plazas. | Familiares, transeúntes, funcionarios públicos. | Personas que expresan su género e identidad por fuera de una lógica binaria. |
Criminalización de la persona y sus prácticas | Lugares de trabajo informal.
Espacios de trabajo sexual |
Fuerza Pública y medios de comunicación. | Mujeres y hombres trans, hombres gais |
Amenazas, extorsiones y hostigamientos. | Espacios públicos, espacios de trabajo informal, frontera, lugares de residencia. | Policía, actores armados ilegales, vecinos,
Inquilinos |
Mujeres trans, lesbianas y hombres gay afeminados. |
Barreras acceso a la justicia: revictimización, negación. | Instituciones de justicia y dependencias del estado | Funcionariado público, funcionarios de migración | Quienes trabajan en la calle y en actividades de comercio sexual. |
Atención en salud | IPS, Centros Médicos. | Personal de salud.
Personal de secretarias o entidades de Salud local |
Personas viviendo con VIH y Mujeres trans |
Violencia Física: Golpes, lesiones personales | Espacios de trabajo sexual, residencias y espacios de trabajo informal. | Clientes, inquilinos, transeúntes | Personas dedicadas al trabajo sexual, mujeres trans y trabajadores de la economía informal. |
Violencia sexual | Espacios laborales, residencias. | Jefes y compañeros de trabajo, inquilinos. | Mujeres lesbianas, bisexuales y trans |
Explotación laboral | Espacios de comercio y venta de servicios, fabricas. | Jefes y propietarios | En general a todas las personas por ser venezolanas. |
Restricciones en el uso y disfrute de los espacios públicos | Plazas, parques | Policía y transeúntes | Mujeres trans
Vendedores-as informales |
Base datos Caribe Afirmativo – 2021.
La mayoría de las personas manifiestan que en Colombia pasaron del mercado formal a la informalidad. El 15% manifiesta que tiene alguna profesión u oficio y esperan obtener un trabajo más cualificado en su área. Incluso, “antes de la crisis” (como lo definen), comentan que tenían sus necesidades básicas satisfechas y unas condiciones de vida dignas, pero llegó un deterioro progresivo hasta el punto de no conseguir medicinas, ni alimentos, y ello fue un detonante para emprender la salida de Venezuela.
Otra de las realidades que atraviesan “las personas venezolanas LGBTI+ es que hoy en día viven en ocasiones de una economía del rebusque. Su situación de irregularidad[1] conlleva a que la gran mayoría de ellos y ellas, como única opción de supervivencia, terminen por aceptar trabajos flexibles y mal remunerados, recurriendo a emprendimientos personales y/o actividades informales, terminando en algunos casos en redes de trata de personas y actividades ilegales”, destaca Castañeda.
Según el Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado (2019), citado por Caribe Afirmativo en el informe, aproximadamente el 75% de la población venezolana migrante recurre a la informalidad en el trabajo para tener un sustento diario, aunado a que debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19) muchas personas LGBTI+ migrantes, dependientes de la informalidad para sobrevivir, perdieron sus trabajos ante las medidas de confinamiento. En la actualidad, estas personas se encuentran viviendo en condiciones de extrema pobreza, sin tener una manera de cubrir muchas de sus necesidades básicas, incluso siendo desalojadas de sus viviendas. En muchos casos, han tenido que salir a las calles para buscar una manera de subsistir, desobedeciendo, por ejemplo, las medidas que habían de confinamiento y exponiéndose a mayores riesgos de ser víctimas de violencia por parte de la Fuerza Pública.
Desde un ámbito psicosocial, el estrés, la desesperanza y la ansiedad son factores psicológicos frecuentes en las personas participantes. Ello responde al sobresfuerzo que a veces tienen que hacer para lograr equilibrar sus expectativas con las posibilidades y oportunidades del entorno. Las personas entrevistadas identifican como eventos estresantes los siguientes: separación de sus parejas, de sus familiares, el estado de oportunidades laborales y la sensación de inseguridad y riesgos ante actos de prejuicios y violencia de género.
Por otro lado, el marco normativo nacional e internacional aplicable a las realidades de personas en situación de movilidad humana permite identificar realidades de los diferentes casos, desde una perspectiva transversal con enfoque de género, diversidad sexual y movilidad humana. Si bien Colombia ha acogido y aprobado múltiples normas nacionales e internacionales, aún existen grandes obstáculos a los que se enfrentan a diario las personas LGBT+ migrantes como el no reconocimiento de su personalidad jurídica. Es decir, el derecho a que el Estado acepte y reconozca que son personas con derechos y obligaciones.
A esto se suma que a pesar de que existe un amplio marco jurídico de protección de derechos de la ciudadanía migrante LGBTI+, este es poco conocido por la ciudadanía venezolana, existiendo un imaginario de que las personas en situación de movilidad humana no son sujetos de derechos en Colombia. Ello a pesar de la protección internacional y los distintos instrumentos que les protegen por “el simple hecho” de ser personas. Sin embargo, existen grandes obstáculos a los que se enfrentan a diario las personas LGBTI+ migrantes con múltiples barreras para la materialización de sus derechos.
Por todo ello, “es imprescindible que la política migratoria adoptada por el Gobierno Nacional vaya de la mano de un enfoque diferencial e interseccional LGBTI+ y de género. Lo anterior, de la mano de la necesidad de que todas las políticas públicas cuenten con un enfoque LGBT+ y migratorio, sobre todo para deconstruir poco a poco los imaginarios xenofóbicos, homofóbicos y transfóbicos arraigados en las personas”, indica el Director de Caribe Afirmativo.
De igual forma es apropiado que se realicen campañas de difusión masiva de derechos humanos dirigida a la población migrante y refugiada LGBT+, para que puedan conocer sus derechos y los mecanismos institucionales dispuestos para su cumplimiento en cada uno de los territorios. Además, hay que volver a dialogar con el vecino país, con el fin de facilitar los trámites migratorios y la apostilla y consecución de documentos.
Finalmente, el informe “Desafiar la incertidumbre. Fragmentos de vida y trayectorias de personas venezolanas LGBTI+ en situación de movilidad humana en Colombia” muestra, a través de la exposición y análisis de los casos la heterogeneidad y complejidad de la migración venezolana que se hace necesario diseñar e implementar una política pública con enfoque de género que trascienda medidas temporales y que, de manera integral y articulada, aborde los elementos estructurales para la protección de los derechos de la población migrante venezolana en el país, teniendo en cuenta sus diversidades. “Las estrategias para la atención de la migración venezolana deben constituir una oferta económica y social para romper con ciclos de precarización y prevenir que las personas migrantes se conviertan en víctimas de estigmatización, marginalización y criminalización”, concluye Castañeda.
[1] Todas las personas entrevistadas la acción migratoria se dio por vía terrestre. El 60%, debido a problemas con su documentación, se movilizó través de trochas. Manifiestan que por estas rutas informales sienten que pueden ser menos violentados por la guardia venezolana o personal de migración. Como experiencias difíciles, algunas personas narran que le fueron robadas sus pertenecías o recibieron acoso y burlas por parte de los guardias de seguridad fronteriza.