12 de junio de 2020. La crisis mundial que se vive en este momento debido al COVID-19 ha generado nuevas estrategias que han permitido fortalecer el proceso de incidencia de las Casas de Paz, con una apuesta que apunta a las actuales condiciones y necesidades que emergen en los territorios a raíz de esta pandemia, la cual ha exacerbado las problemáticas que padecen las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en el país.
La falta de empleos dignos, las barreras del acceso a la salud y problemas intrafamiliares son algunos de los más relevantes. La falta de empleos dignos hacen que esta población mayoritariamente viva del trabajo informal y del rebusque, lo cual se ve afectado por las medidas y restricciones de cuidado como “Quédate en Casa”, generado que no puedan conseguir recursos para satisfacer sus necesidades básicas; convirtiéndoles en una población muy propensa ante la crisis alimentaria que se vive en el país a causa del COVID-19.
Esto nos lleva a pensarnos en acciones que permitan aportar y/o mitigar esos efectos. Es así como a pesar del cierre de las Casas de Paz el proceso sigue avanzando en diferentes apuestas que van desde actividades a través de los grupos de WhatsApp, programas en vivo, plataformas para cine foro virtual hasta acciones de ayuda humanitaria. Es así como desde las Casas de Paz de Montelíbano y El Carmen de Bolívar se da inicio a una propuesta de ollas comunitarias que se estará replicando en las otras Casas de Paz, que buscan a través del trabajo colaborativo entre ciudadanos, organizaciones aliadas, entidades públicas, comerciantes y líderes y lideresas construir espacios que den respuestas a las necesidades de la comunidad.
Las ollas comunitarias cuentan con unos protocolos de bioseguridad, donde todas las personas beneficiadas deben llevar tapaboca y al llegar al lugar se hacen el lavado de manos. El grupo encargado de preparar los alimentos debe usar de manera permanente el tapabocas y lavar todos los alimentos recolectados antes de empezar a manipularlos. Las personas beneficiarias se citan por pequeños grupos y quienes comen en el lugar lo hacen guardando la distancia.
Ollas comunitarias en Montelíbano
La Casa de Paz de Montelíbano fue la primera en hacer parte de estos espacios de apoyo colaborativo donde a través de la unión de varias organizaciones como Montelíbano Afirmativa, Policía de Montelíbano, alcaldía Municipal, Juntas de Acción Comunal, concejales del municipio y la contribución de comerciantes y de la misma ciudadanía se hicieron recolectas de alimentos para compartir entre todos a través de sancochos, frijoladas, marranadas entre otras formas de olla comunitaria.
En Montelíbano se han realizado 4 ollas comunitarias que han permitido beneficiar a más de 300 personas.
La primera olla tuvo como objetivo beneficiar a las personas que trabajan en el rio sacando arena y a sus familias impactando a 110 personas.
La segunda olla fue una “marranada” que benefició a 22 personas con diversidad funcional.
La tercera olla contribuyó con alimentos para 125 personas.
La cuarta olla comunitaria benefició a 100 personas.
El Carmen de Bolívar
El Carmen de Bolívar ha realizado 2 ollas comunitarias a través de un trabajo articulado con la Defensa Civil, la oficina de Riesgos Municipal, la Corporación Todos Somos Iguales de los Montes de María y la Policía Nacional; por medio de un trabajo cooperativo donde ciudadanas/os del proceso de Casas de paz, líderes, lideresas y comerciantes apoyaron el proceso con alimentos y el proceso de preparación de los mismos.
Esta iniciativa comunitaria se estará realizando periódicamente en los 5 territorios de las Casas de paz, llocalizadas en Maicao, Ciénaga, Soledad, El Carmen de Bolívar y Montelíbano.
Es importante dejar en evidencia que estas apuestas nacen de un trabajo articulado y es una iniciativa de las personas LGBT, para beneficiar a la comunida, en general, indistintamente de género, etnia, religión, con el objetivo de crear espacios de reconciliación.
¡Porque la reconciliación es entre todos y todas!