23 de octubre de 2020. Desde el pasado 30 de agosto finalizó en Colombia el aislamiento social obligatorio, que obligaba a las personas a permanecer en casa y no salir al menos que fuera por extrema necesidad y por asuntos laborales, lo que afectó fuertemente a las personas en proceso de movilidad humana ya que según fuentes de naciones unidas al menos el 70% de la población venezolana en Colombia se dedica al trabajo informal, lo que claramente describe una afectación directa a esta población ya vulnerada en diferentes escenarios, que deja una alarmante cifra de 109.000 personas venezolanas retornadas a su país de origen.
Desde el 1 de septiembre la economía ya fracturada de Colombia se puso a toda marcha para recuperar los daños causados por el COVID-19, desde entonces las ciudades principales del país iniciaron lo que llaman proceso de adaptación a la nueva normalidad, lo que genera mayor preocupación ya que esta reactivación económica parece ser una atractiva oportunidad para las personas venezolanas que retornaron a su país por motivos de la pandemia.
Según Juan Carlos Viloria, vicepresidente de la fundación “venezolanos en Barranquilla” para los próximos días el Atlántico se podría convertir nuevamente en zona de recepción de personas venezolanas que vienen en busca de mejorar su situación económica, lo preocupante es el escaso cuidado que tienen al momento de movilizarse, esta ausencia de cuidado sanitario deja ver una vez más, la vulnerabilidad a la que se enfrenta una persona de origen venezolano, esto puede suceder en Colombia o cualquier otro país de la región.
El director de migración Colombia Juan Francisco Espinosa Palacios aseguró que “Son un poco más de 109.000 los migrantes que han regresado a Venezuela durante la pandemia pero se ha desacelerado esos movimientos por la reactivación económica aquí en Colombia” aclaró también que “quienes quieran volver a Colombia cuando esto suceda, deberán tener una prueba PCR negativa con un plazo máximo de 96 horas previas al abordaje, diligenciar sus datos en un desarrollo tecnológico de Migración Colombia y desde luego cumplir las medidas de bioseguridad”.
Para una persona de origen venezolano el acceso a la salud se ha convertido en una demanda que ha aumentado abruptamente durante la pandemia, en vista de que cuentan con una documentación que contiene irregularidades (cédula venezolana, pasaporte no sellado, carnet fronterizo) que hacen que su estatus en el país sea incógnito, por otro lado el cruce de frontera se realiza a través de las trochas, lugares que representan un alto riesgo a la integridad física y emocional, ya que han sido escenarios de violencias hacia personas LGBTI oriundas de Venezuela.
Los entes gubernamentales de cada departamento que sea reconocido como receptor de población migrante, deben ir tomando precauciones y planes de contingencia para evitar que se creen aglomeraciones o asentamientos en lugares de alta precariedad, evitando una propagación del COVID-19 y protegiendo a las personas venezolanas que transitan hacia las ciudades principales del país, una de estas medidas se puede representar en acompañamiento y seguimiento por parte de los funcionarios, garantizar el acceso a salud y contar con un espacio seguro que tenga un enfoque diferencial y trato igualitario para las personas con orientación sexual diversa, así como también tratar de reducir los ataques xenófobos que han ido en aumento desde el inicio de la pandemia.
Desde Caribe Afirmativo hacemos seguimientos a las personas LGBTI en proceso de movilidad humana que hayan sido vulneradas o violentadas, adicional creamos rutas de atención como parte de una guía que ayuda a que las personas venezolanas LGBTI puedan dirigirse a entes seguros que brinden respuesta ante situaciones complejas y de atención humanitaria, así como también adelantamos procesos de incidencia para generar políticas públicas que puedan dar respuesta al fenómeno migratorio que una vez más se hace presente pero ahora bajo el lente de una pandemia mortal.
Una de las razones por la que personas LGBTI se movilizan hasta Colombia; es para acceder al sistema de salud, en Venezuela el funcionamiento de los centros de atención está en poca operatividad y no se cuenta con las garantías mínimas para el acceso a medicamentos o insumos necesarios para atender de manera digna a la población, lo que obliga a muchas personas con enfermedades de alta complejidad a trasladarse al país para acceder a sus medicamentos, esta situación se hace más común en la frontera del Norte de Santander y departamentos receptores de venezolanos cómo es el caso de Atlántico, magdalena, Cesar, La Guajira y Bolívar.