27 de agosto de 2021. Las personas LGBT en Afganistán nunca han estado seguras pues las leyes en este territorio prohíben la homosexualidad. Viven en un país que históricamente se ha negado a reconocerlos y hoy está a las puertas de negarles también su existencia.
Desde la llegada de la milicia Talibán al poder en Afganistán, el pasado 15 de agosto, el miedo y la incertidumbre empezaron a recorrer las calles del país, dada la brutal historia de represión por parte de este grupo hacia los cuerpos que escapan de su proyecto de nación. No obstante, esto no significa que antes las personas LGBT en este territorio no sentían pavor, sino que ahora temen que sus vidas les sean arrebatadas por atreverse a visibilizar sus identidades, ya que para el régimen talibán la homosexualidad se castiga con la muerte, pues en el marco de sus leyes una persona LGBT debe ser sentenciada a la lapidación, a diferencia del antiguo gobierno donde eran juzgadas y mandadas a la cárcel.
Para dimensionar la fiereza de esta situación y sus consecuencias para los cuerpos de las personas diversas que viven en el país, Caribe Afirmativo entrevistó a un hombre gay de Afganistán, quién aceptó contar su relato como un acto de resistencia ante el régimen que hoy se impone en las calles de Afganistán. Por motivos de seguridad, será nombrado a lo largo de este texto como “Aqar”. Él es activista, promotor de los derechos de las mujeres y las personas LGBT para su acceso a la educación, participó en la construcción de un centro de alfabetización para la educación de personas bajos recursos, y además trabajó con una ONG para aumentar la asignación presupuestaria para la alfabetización inclusiva en el país.
Ahora que el ejercito Talibán ocupa Kabul, Aqar teme por su vida. Le ha tocado desplazarse en los últimos días entre varias viviendas de amigos cercanos para poder permanecer a salvo hasta que pueda escapar del país, como lo hicieron varias de las personas LGBT allegadas a él en semanas pasadas.
Marlon: ¿Cómo es tu vida diaria?
Aqar: Todo se ha vuelto bastante inseguro e impredecible ahora que los talibanes se han apropiado de todo, hasta de los negocios. Los talibanes están reabriendo las oficinas del gobierno gradualmente, ya empezaron a imponer sus políticas y leyes, la gente siente miedo porque todo es impredecible.
Tenemos miedo porque ellos van caminando por la calle apuntándote con sus armas, todo es impredecible. Vemos muy pocas mujeres ahora en los mercados, mi mamá tiene miedo porque mi papá está por fuera de Kabul. Casi no la puedo ver porque mis hermanos no me dejan por la seguridad de todos ellos.
He estado buscando ayuda con organizaciones internacionales para dejar el país, porque ellos están matando activistas LGBT como yo, pero ahora están revisando los aeropuertos y haciendo más difícil que nosotros nos podamos ir de aquí. En ocasiones temo por mi vida y me toca estar cambiado de lugar constantemente para que no me encuentren, mis amigos me ayudan a esconderme en sus casas.
Marlon: ¿Conoces historias de violaciones de DDHH a personas LGBT?
Aqar: Sí, hace unos meses los talibanes, en Wardak, violaron a unos hombres en su casa por negarse a cedérsela como resguardo por una noche. Creo que ellos sabían que eran pareja y por eso los violaron y luego los mataron. Se dice que los denunciaron sus familiares.
En otra ocasión, un amigo fue descubierto por sus tíos y le golpearon la cabeza con un martillo. Son historias muy tristes porque eran personas llenas de amor y alegría que estaban dispuestas a ayudar a la gente con sus necesidades. Todo es muy injusto porque somos humanos y tenemos derechos, pero ellos no entienden eso.
Marlon: ¿Cómo ha sido tu experiencia y la de tus compañerxs siendo una persona LGBTI en Afganistán?
Aqar: Desde el antiguo gobierno la comunidad LGBT ha sido objeto de discriminación y persecución, y esto no se debe a un solo factor como la religión; existen otros como el machismo, estigmas y la homofobia alrededor de nosotros.
Esto ha afectado nuestra forma de vivir, incluso desde la privacidad con nuestras familias. Si nos declaramos abiertamente no podríamos ser contratados en ningún trabajo, los médicos tendrían prohibido atendernos y tampoco nos dejarían recibir educación. El gobierno nunca nos ha garantizado nuestra dignidad, nuestros derechos y ninguna acción que nos proteja. Entonces, ahora que los talibanes se tomaron el poder nos ha tocado escondernos en casa de nuestros amigos porque si nos encuentran nos pueden asesinar.
El antiguo gobierno que se hacía llamar democrático no promovía nuestros derechos, ahora la situación se empeorará con los talibanes. Incluso en nuestras familias también somos objeto de persecución, ellos no nos quieren en sus casas porque nos repudian o tienen miedo de ser asesinadas por darnos refugio.
Marlon: ¿Consideras que habrá un cambio considerable en la situación de las personas LGBTI, ahora que los talibanes han tomado el poder?
Aqar: La situación ha empeorado desde los últimos meses, ha habido muchos casos de abuso sexual y trata de personas cometidos por la sociedad en general y por los talibanes. En el pasado, el Ejército también ha forzado a muchos hombres a tener relaciones sexuales con ellos porque no les permiten tener mujeres cuando trabajan. Muchas veces la policía y el ejército se va a zonas pobres alrededor de todo el país a comprar personas para tenerlas a su servicio.
Marlon: ¿Ha habido o hay redes y espacios de encuentro de personas LGBTI? y además ¿Hay organizaciones que trabajen por derechos LGBTI en Afganistán?
Aqar: No, no hay lugares seguros, incluso en nuestras propias casas. Los médicos, los profesores, tu familia, todos te persiguen, imagínate lo difícil que es vivir así. Hace años tuve un amigo que publicaba cosas abiertamente gais en redes y luego fue apedreado en su calle, y nadie de su familia hizo nada por él, excepto su abuela, que logró ayudarlo después. Los médicos se negaron a atenderlo por su orientación sexual, y ya no sé qué pasó con él porque ya no está en las redes sociales. Entonces, no sé si sigue vivo o si está muerto o cómo está su estado de salud, sólo sé que fue excluido por la sociedad por ser gay. Espero que haya logrado esconderse ahora que los talibanes tomaron el poder y esté a salvo.
En mi país el gobierno nunca ha dejado ingresar organizaciones que trabajen en pro de los derechos de las personas LGBT porque va en contra de la sharía y la constitución. Todas las organizaciones que llegan al territorio se enfocan en pobreza, educación y ayudar a las personas a tener trabajo, pero ninguna puede hacer algo por nosotros por el gobierno. Ellos utilizan el islam como fundamentos para estas creencias, pero yo estoy seguro de que ahí no dice nada que prohíba nuestras orientaciones sexuales.
Marlon: ¿Qué agendas y desafíos tienes ahora como activista en Afganistán?
Aqar: Hace unos meses atrás, junto a unos amigos, ayudamos a instalar unos centros de educación clandestinos con unos profesores dirigidos a la población LGBT, ya que estos no pueden acceder a la educación por leyes del gobierno. Fue difícil mantenerlo por el riesgo que teníamos de ser descubiertos y todo fue posible a la voluntad de mis compañeros. No sé del paradero de muchos de ellos desde que los talibanes empezaron a ganar territorio.
Ahora mismo tenemos miedo porque ya no podemos hablar de los derechos de las mujeres ni de la población LGBT, como solíamos hacer antes, y tampoco podemos hablar cosas en contra de los talibanes, ni usar ropa u objetos que estén relacionados con occidente. Tenemos miedo por nuestras vidas, hemos recibido amenazas de muerte. Si alcanzas a oír en el fondo están haciendo disparos al aire. Esta es una situación de todos estos últimos días.
Ser nosotros es natural porque viene desde nuestros propios seres.
Es momento de que las organizaciones internacionales y los Estados, en virtud de la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados, los Principios de Yogyakarta y la Declaración sobre orientación sexual e identidad de género de las Naciones Unidas, hagan algo por Aqar y todas las personas LGBT que deben huir de Afganistán por la persecución que están recibiendo por su orientación sexual y/o identidad de género. Estas personas están siendo objeto de asesinatos, violencia sexual, agresiones físicas, tortura y detenciones arbitrarias; además, le niegan su acceso a derechos como la salud, la educación, al trabajo y la vida, por lo que pueden calificar como refugiados.
Así como el relato de Aqar hay otras personas en Afganistán que día a día la sociedad en la que viven les ha impedido amar y vivir, y hoy necesitan ayuda del Sistema Internacional. Su voz representa a muchas otras voces que fueron silenciadas por las armas de un grupo que se niega a aceptar la diferencia y busca excluirles de su proyecto de nación.