Un llamado a la actual mesa de negociación para garantizar la participación de víctimas y organizaciones LGBTIQ+ en el proceso.
27 de febrero de 2023. Estaba en el andén lavando una cicla, me entré a traer el balde de agua y este tipo entró y cerró la puerta. Yo le dije: “Ey, caballero, mi papá no está. No hay nadie en la casa”, y me contestó: “Yo venía por usted. Tiene que volverse mujer a la fuerza, le tienen que gustar los hombres y esto le pasa por meterse con la hija de este” (…) Me dijo: “No, a usted le tienen que gustar los hombres y esto es pa que no se vuelva a meter con una persona así”. Quedé en embarazo y, a los tres meses, hubo una dificultad. Aborté… Nunca dije nada, nunca comenté con mi familia. No quería que se dieran cuenta de eso, que me tuvieran lástima. Bueno, se me vino el bebé y al mes yo entré en un estrés posparto y en una depresión… Eso fue una cosa horrible. (Volumen de Mujeres y Personas LGBTIQ+, p. 313). Las anteriores son las palabras que Randi, hombre trans víctima de alias ‘Machete’, del ELN, le compartió a la Comisión de la Verdad y que, hoy, reposan en el Informe Final.
El pasado 13 de febrero, las delegaciones del gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se reunieron en México para iniciar la segunda ronda de diálogos de paz. Tal como lo anunciaron Otty Patiño y Pablo Beltrán, jefes de ambas delegaciones, este ciclo es clave porque definirá uno de los puntos más importantes del proceso: la participación de la sociedad civil en la mesa. Las palabras exactas de Beltrán, representante del ELN, fueron: “Este segundo ciclo de conversaciones acordará la agenda definitiva de negociaciones porque diseñará la más amplia participación de la sociedad en el proceso de paz” (13 de febrero de 2023. Discurso de instalación del segundo ciclo). Asimismo, Patiño, líder del gobierno en la negociación, precisó lo siguiente.
Según lo acordado, debemos entrelazar dos grandes temas: a. La participación de la sociedad en las transformaciones para la paz; ello implica poner en el centro de la Mesa —no a la mesa misma, ni a sus componentes— a un actor que hoy no está visible aquí, pero que debe ser el protagonista y beneficiario de este proceso de paz: las comunidades (…) Para que esta metodología funcione, es fundamental el empoderamiento de las comunidades, que consiste en que ellas también, en sus capacidades locales de ser gobierno, puedan ser coautoras en la construcción de un nuevo Estado. Otty Patiño, 13 de febrero de 2023. Discurso de instalación del segundo ciclo.
Este es un eje que generará controversias porque, según diferentes fuentes, las delegaciones aún no llegan a acuerdos sobre la manera en que la sociedad civil participará, sin embargo, es el momento de recordar que, en los acercamientos de paz que hubo entre los años 2017 y 2018 entre el ELN y el gobierno de Juan Manuel Santos, hubo avances en esta materia que conviene traer a colación, especialmente aquellos relacionados con la participación de organizaciones LGBTIQ+.
Entre octubre y noviembre de 2017, la recién creada mesa de negociación entre el gobierno y el ELN llamaron a diferentes organizaciones de la sociedad civil, entre ellas a Caribe Afirmativo, para que participara en las audiencias preparatorias del diálogo en Tocancipá (Cundinamarca). En esta jornada se tuvo la oportunidad de escuchar a las delegaciones de paz sobre los avances que habían logrado para consolidar la paz; igualmente, se entregaron a la mesa algunas ideas clave para que la metodología del proceso tuviera un enfoque de género y diversidad sexual que incluyera las voces de las personas LGBTIQ+.
En el espacio de intervenciones públicas, Caribe Afirmativo le expuso a la delegación del ELN varios casos que llegaron a su conocimiento sobre personas LGBTIQ+ que habían sido víctimas de violencias por integrantes de dicho grupo, y se estableció un diálogo bilateral del que surgió la intención de la delegación por profundizar en identificar estos hechos para promover el reconocimiento de verdad y responsabilidad al interior de sus filas en los casos de violencia contra personas LGBTIQ+ víctimas.
Respecto a ambos puntos, hoy Caribe Afirmativo hace un llamado a que las actuales delegaciones de la mesa de negociación retomen los pasados avances en materia de participación de organizaciones LGBTIQ+ en cuanto a la necesidad de una metodología transversalizada por el enfoque de género y diversidad sexual en los diálogos, y al reconocimiento de las violencias cometidas por el ELN contra personas LGBTIQ+ en el conflicto armado; esto último en sintonía con los hallazgos de la Comisión de la Verdad en su Informe Final, en el que visibiliza algunos relatos de víctimas LGBTIQ+ por el ELN como el de Randi, y con una de sus recomendaciones: profundizar en la investigación sobre violencias cometidas por actores armados como el ELN contra víctimas LGBTIQ+. Algunas de las propuestas que se extienden son las siguientes:
- Revisar en clave de género y diversidad sexual cómo se están construyendo los acuerdos para blindarlos de cualquier práctica heteropatriarcal, prejuiciosa y excluyente, y garantizar un enfoque de género y diversidad sexual.
- Que las y los miembros de la mesa garanticen el reconocimiento pleno en todo el proceso de los derechos de las personas LGBTIQ+ y no den espacio a retrocesos.
- Creación de una Comisión Técnica de Seguimiento al enfoque de género y diversidad sexual a lo largo del proceso que funcione como ente consultivo en la transversalización de este enfoque junto a organizaciones y activistas que trabajan con personas LGBTIQ+. Es imperativo que las personas LGBTIQ+, sobre todo las víctimas del conflicto, se sientan incluidas en todo el proceso de negociación, recibiendo retroalimentación y contando con mecanismos eficaces de seguimiento a las mismas. De igual manera, se considera necesaria la creación de una Comisión Técnica de Seguimiento al enfoque étnico, así como la articulación de las mismas. {
- Como acción afirmativa de las partes de la mesa, la visibilización de las víctimas LGBTIQ+ debe ser un compromiso claro y concreto. La creación de memorias y documentaciones sobre formas de victimización debe ir a la par del reconocimiento de su lugar como actoras de paz.
- La creación de confianza, reconciliación y nuevas formas de relación social que trae un escenario de postconflicto y las estrategias de resolución de conflictos, implica también remover formas de discriminación, exclusión y marginación basadas en el género y la sexualidad. Una forma de apostarle a la reestructuración de lazos, es la formación por parte del ELN en temas de género y diversidad sexual.
- Que la interlocución con las personas LGBTIQ+ sea territorial, interseccional y amplia para una participación efectiva. En este punto es necesario señalar la importancia de promover la participación directa de mujeres lesbianas, bisexuales, personas trans y jóvenes LGBTIQ+, en cuyas manos reposa la construcción de un nuevo país.
- Finalmente, es necesario persistir en que este proceso de paz ofrezca acompañamiento jurídico y psicosocial a víctimas LGBTIQ+ y familiares para un proceso efectivo de reparación.
¡La participación de las personas LGBTIQ+ debe ser un hecho real, permanente y no solo ocasional!