20 de junio de 2020. El fin que perseguimos los seres humanos en nuestra vida personal y comunitaria es conquistar escenarios de “vida buena”, este mismo interés esta de manera explicita o implícita en las personas que deciden iniciar un tránsito migratorio; sin embargo, a veces los sujetos al abandonar sus espacios ciudadanos y buscar otros horizontes, para construir su proyecto de vida buena, son expuestos a prácticas de humillación por las personas en los procesos de acogida, que les lleva a vivir acciones negativas donde los derechos son “transacciones” y los espacios son delimitados por la falta de garantías éticas y normativas, que les conduce a experimentar sensaciones de exclusión y borramiento.
Lee el artículo completo dando clic aquí.