12 de abril de 2022. En la comunidad indígena Jaikerazabi, un pueblo Embera katío de Mutatá, los miembros de estos tomaron una decisión transcendental en la transformación de imaginarios: Nil Bailarín es la primera mujer trans gobernadora elegida entre sus 510 habitantes, con una de las votaciones más altas en la historia de los comicios indígenas. Nil Bailarín es hija de un suplente del Cabildo Mayor de Mutatá, por lo cual, estuvo desde temprana edad participando en las reuniones y asambleas comunitarias de su pueblo donde aprendió sobre la participación y el diálogo, lo cual motivaría posteriormente a emprender el liderazgo y luchar por los derechos de los indígenas LGBTIQ.
Inició a temprana edad su trabajo como lideresa LGBTIQ+, camino que nunca fue fácil. En sus primeros años, cuando comenzó su construcción identitaria recibió burlas de sus cercanos, sometiéndola a la indiferencia y el repudio de lo “extraño”. Los insultos fueron diarios y el desprecio sobre su expresión de género llevó a que crearan rumores de un posible atentado para que temiera sobre su identidad, también, fue expulsada de su núcleo familiar al descubrir su vinculación afectiva con otro hombre y su deseo para compartir vida con este, cuando su pareja amoroso falleció tuvo que regresar y enfrentarse a una triste realidad: ser corregida y eliminar su diversidad, como ya había pasado con otras 5 mujeres transgeneristas en su comunidad, quienes habían sufrido violencia sistemáticas y coercitivas, entre ellas, rapamiento de sus cabelleras en plena reunión comunitaria como castigo y eliminación de lo femenino.
Esta última situación la motivó a reunirse con indígenas diversos para hablar sobre sus derechos. En ese recorrido de su activismo e incidencia política trabajó de la mano con la Organización Indígena de Antioquia (OIA) y una entidad internacional encontraron formación sobre sus derechos y la comprensión de la diversidad sexual y de género, y generar estrategia de replicación en su pueblo, mediante el arte y la promoción de la música tradicional lograron incidir desde la exploración de otros géneros y construcciones.
Por la insistencia, resistencia y resiliencias logró transformar los imaginarios, los indígenas derrumbaron su rechazo, aceptaron a los “disidentes” sexuales hasta acostumbrarse a convivir con ellas y ellos. Las capacidades de Nil convirtieron rápido en una lideresa que promovía los derechos de las personas LGBTIQ+, pero también de las mujeres, los niños y los mayores. Sin pensarlo, terminó liderando la minga indígena de Mutatá durante el inicio del Paro Nacional del 2021.
Aunque el camino de Nil no ha sido fácil, su contribución a su comunidad y a lucha del movimiento LGBTIQ+ ha sido importante y valiosa, puesto que ha realizado lo impensable: abrir una puerta para hablar de diversidad sexual y de género desde las cosmovisiones de pueblos indígenas.