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Naufragio en el mar Jónico: nueva tragedia migratoria que abofetea la dignidad humana

Hasta el momento de publicación de este artículo, se contabilizaban 74 personas fallecidas y 104 rescatados, sin embargo, la cifra de desaparecidos es mucho mayor: se estima que en la frágil embarcación viajaban entre 400 y 750 personas.

Junio 15 de 2023. Este 14 de junio, el mundo recibió una terrible noticia que desnuda las situaciones de precariedad que enfrentan las personas en situación de movilidad humana: el naufragio de un barco pesquero repleto de personas refugiadas africanas y asiáticas en aguas del mar Jónico, frente a las costas de Grecia (Europa). 

Hasta el momento de publicación de este artículo, se contabilizaban 74 personas fallecidas y 104 rescatados, sin embargo, la cifra de desaparecidos es mucho mayor: se estima que en la frágil embarcación viajaban entre 400 y 750 personas, incluyendo mujeres y niños. Al pasar las horas, disminuyen las probabilidades de encontrar más supervivientes. Se trata de la peor tragedia en aguas mediterráneas en lo que va de año.

A medida que se conocen nuevos detalles del suceso, queda al descubierto graves fallas. La embarcación, de 30 metros de eslora, partió del puerto de Tobruk (Libia) con rumbo hacia Italia con refugiadas provenientes principalmente de Pakistán, Egipto, Siria y Palestina. Según fuentes periodísticas, las mujeres y niños viajaban en el interior de la nave, mientras que los hombres estaban en la superficie.

Nikos Alexíu, portavoz de la Guardia Costera griega, declaró ante los medios que el barco había sido localizado por autoridades de ese país dos días antes del hundimiento en aguas internacionales, ofrecieron ayudar a los viajeros con teléfonos satelitales y embarcaciones privadas, pero estos lo rechazaron y decidieron continuar su ruta hacia Italia. El día anterior al naufragio, a las 18:00 GMT (hora local de Grecia) un barco de bandera maltesa se acercó y les proporcionó comida y agua. Siete horas después, ocurrió la tragedia.

Testigos aseguran que el motor de la nave se detuvo repentinamente, hubo un movimiento de personas de un lado al otro y esto hizo que el barco se volcara y hundiera en cuestión de minutos. Los hombres que viajaban en la superficie fueron los que tuvieron mayores opciones de sobrevivir, mientras que la nave se hundió con todas las demás personas refugiadas, en su gran mayoría mujeres y alrededor de 100 niños, a 87 kilómetros al sur de Grecia, en una de las áreas más profundas del mar Jónico. Alexíu estima que probablemente nunca se sabrá la cantidad e identidad completa de todas las fallecidas.

Las autoridades griegas interrogaron a tres de las sobrevivientes, a quienes se les acusa de formar parte de una red de tráfico de personas y responsables de este viaje.

Una tragedia que pudo ser evitada

Ante esta dramática historia que enluta la humanidad, se encienden las alarmas sobre la falta de políticas migratorias de cooperación internacional que se centren en garantizar la vida e integridad de las personas que huyen de sus territorios huyendo de guerras, conflictos armados internos, persecución, precariedad económica, entre otros.

La ausencia de este tipo de medida, viene dada por la inacción de los gobiernos nacionales y el avance de medidas antimigratorias basadas en nacionalismos los cuales deshumanizan a las personas refugiadas que transitan o buscan asentarse en otros países. En este proceso, se convierten en fortines políticos y objetivos fáciles de violencias por parte de sectores sociales antiderecho que, además, avanzan fuertemente con agendas contra las personas LGBTIQ+ y mujeres. 

Así las cosas, la violencia hacia las personas migrantes viene acompañada de una escalada de violencia hacia otro tipo de poblaciones históricamente discriminadas, ya que, el fin último es la exclusión social y aniquilación de expresiones y corporalidades que transgredan los sistemas de opresión operantes en las sociedades. Esto explica en parte como las medidas anti migratorias y transexcluyentes han avanzado a la par en algunos estados de Estados Unidos de América; como es el caso de Florida. 

Es por esto que consideramos que:

  • Los países deben implementar estrategias para el recibimiento de los migrantes, respetando el principio de no devolución. Los migrantes que cruzan aguas peligrosas, como el mar Mediterráneo, así como la inhóspita Selva de Darién y la ruta que conduce hacia Estados Unidos, viajan a su propio riesgo. Es urgente desarrollar mecanismos que aseguren la vida y la integridad de los migrantes durante su trayecto hasta su destino. No basta con ofrecerles ayuda humanitaria, sino garantizarles rutas regulares y seguras, así como una política migratoria global que apunte hacia la regularización e integración en los territorios de acogida. Estas políticas también deben incluir el enfoque de género y etario, para generar medidas de protección especiales a mujeres, niños, población LGBTIQ+, grupos raciales vulnerables, personas con capacidades diversas, entre otras.
  • Desarrollar e implementar políticas de fronteras internacionales basadas en la garantía de los Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho de las personas Refugiadas. A propósito de este naufragio, fuentes afirman que los migrantes de esta embarcación sintieron desconfianza de la Guardia Costera griega por temor a ser deportados, y prefirieron seguir en su ruta por aguas peligrosas. Esto revela la percepción negativa que muchos migrantes tienen ante la autoridad de los países. Se deben tomar medidas para revertir cualquier medida antimigratoria, así como sensibilizar a los funcionarios en cuanto a la atención humanitaria de las personas en situación de movilidad.
  • Proteger a las personas que pertenecen a sectores sociales históricamente excluidas y que son sujetos de protección internacional, como es el caso de las personas LGBTIQ+. Estas personas se ven expuestas a mayores riesgos de violencia por las condiciones en que realizan su proceso de desplazamiento. Entre esos riesgos se encuentra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes. Erradicarlos debe ser una responsabilidad compartida de los gobiernos junto con órganos multilaterales, acompañado del fortalecimiento de la legislación y el enfoque en la protección de los derechos humanos. También es esencial concienciar a la sociedad en su conjunto, para que podamos identificar las señales de alerta y denunciar cualquier sospecha de trata.

Desde Caribe Afirmativo, lamentamos profundamente estos hechos y enviamos nuestras más sentidas condolencias a los cientos de familias que están atravesando esta difícil situación y a las que hoy perdieron a sus seres queridos en este naufragio. También nos unimos al llamado colectivo de organizaciones y organismos que hoy hacemos una exhortación mundial para proteger a las personas migrantes y reconocer su dignidad humana, garantizándoles procesos migratorios dignos, integrales y seguros.