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Mujeres LBT de Cartagena le dicen no a la violencia basada en género y por prejuicio

 “Cuando eres mujer, lesbiana y pobre en esta ciudad son muy pocos los lugares en los que puedes disfrutar sin que alguien te perturbe con un comentario o mirada amenazante. En esta ciudad no es lo mismo ser una de nosotras, una mujer lesbiana cartagenera, que ser una mujer lesbiana extranjera que viene a disfrutar con su dinero y su pareja del lugar, a ellas no les hacen o dicen nada, esto es Cartagena”.

Relato de una mujer lesbiana participante del performance.

Las situaciones de violencia que viven las mujeres lesbianas, bisexuales y trans (en adelante mujeres LBT) en la ciudad de Cartagena se observan desde distintos escenarios de la cotidianidad, tal y como se describe en el informe del proyecto Enterezas, publicado por Caribe Afirmativo y la Fundación Triángulo. En este, las mujeres LBT del Caribe colombiano coincidieron en que la familia, el espacio público, las clínicas, hospitales y las instituciones educativas, a través de las cuales se accede a la justicia, son algunos de los escenarios desde donde se les niegan sus derechos e incluso se legitima la violencia contra ellas.

“Secando violencias” surge como una toma simbólica realizada el 24 de agosto de 2019 en el camellón de los mártires de la ciudad, un sitio que, tal y como dicen sus voces, “representa en su mayoría a hombres”. Fue en ese lugar en que estas decidieron hacer pública su iniciativa, que consistió en un performance donde se recogieron frases y dibujos con aspectos de sus cotidianidades, reflexiones y maneras de decirle no a la violencia. Este performance consta de un tendedero, es decir, una cuerda y carteles colocados en ella, como una forma de representarla ropa que se saca al sol, es decir, mostrar un conjunto de violencias que se manifiestan en el plano de la cotidianidad y que suelen ser pasadas por alto.

Para la construcción del performance las mujeres debieron realizar encuentros previos para unificar ideas, reflexionar sobre los escenarios de violencias, construir las carteleras y, finalmente, realizar la muestra en la semana del Sexto Festival Internacional de Derechos Humanos.  Hacer “secando violencias” recogió un sin número de miedos para estas mujeres que hicieron parte de la construcción del performance, algunas habían decidido que este sería el momento para hacer pública su orientación sexual, puesto que, el lugar escogido es un sitio muy concurrido en la ciudad, otras hablaban de la respuesta que podían recibir por parte de quienes se acercarían y preguntarían por lo que se encontraban haciendo.

“El 24 de agosto inicio como un día lluvioso, de esos que se toman Cartagena cuando finaliza el año, pero abandonar la toma nunca fue una acción para nosotras que desde hacía semanas lo habían decidido,  así que Secar Violencias fue  una metáfora que reto inclusive a la lluvia que estaba ese sábado. Nos encontrábamos mojadas, serenaba un poco fuerte, estábamos preparadas para que no se dañaran nuestras carteleras. Creíamos que las personas no llegarían”

“Estar ahí fue un deseo que teníamos desde enterezas uno, sentíamos que debíamos hacer mucho más que reconocer las violencias por eso lo hemos asumido de a poquito, por eso nos encontramos, vemos y propuesimos, muchas no sabiamos pintar y  a pesar de la lluvia, lo hicimos, porque queremos que se den cuenta de que existimos y nuestras vidas no son sencillas”

Relato de mujer lesbiana parte de proceso

En medio de la jornada se logró tener un acercamiento con la sociedad Cartagenera, fue un lugar estratégico desde el momento en que eran estas personas quienes manifestaban el interés de hacer parte del performance incluyendo sus opiniones, manifestando su apoyo en mensajes que se iban incluyendo dentro del tendedero.

Esta propuesta nació en el marco de la segunda fase del proyecto Enterezas, en el que la Corporación Caribe Afirmativo y la Fundación Triángulo de España trabajan por la desnaturalización de la violencia a mujeres LBT desde la construcción de planes de incidencia en los territorios de los ocho departamentos del Caribe colombiano. Bolívar, y en especial su capital Cartagena, decidieron comenzar a aportar a la movilización de estas iniciativas a partir de la acción social de “Secando violencias”.