25 de abril de 2022. Desde Caribe Afirmativo lamentamos el fallecimiento de Michelle Suarez, primera senadora trans de Uruguay.
Gracias al activismo y la incidencia política de Michelle, quien en vida se dedicó a construir un legado para las próximas generaciones en materia de inclusión y garantías de derechos, Uruguay cuenta con una ley de matrimonio igualitario desde 2013, la cual fue de su autoría. Esta apuesta sostenida por los derechos de la población LGBT+ fue su bandera durante su tránsito en el poder legislativo de este país, logrando múltiples transformaciones en las instituciones y las leyes en mira de una apertura democrática que garantizara la participación plena de las ciudadanías que construyen sus identidades por fuera del proyecto de nación heteropatriarcal.
Desde antes de llegar al Congreso, Michelle militaba en las filas del partido comunista desde donde ejercía un activismo como parte de su compromiso con la eliminación de imaginarios transfóbicos en la búsqueda de materializar una sociedad libre de discriminación y estigma hacía las personas LGBT+. Incluso, durante su etapa universitaria sentó un precedente en todo el país al graduarse con su nombre identitario en su título universitario a través de un petitorio que presentó a la Universidad de la República donde recibió el título de abogada. Así, la apuesta política de Michelle permitió que fuera la primera mujer trans en graduarse como abogada en todo el territorio nacional.
Estas victorias en materia de reconocimiento de derechos han permitido que su legado trascienda las fronteras y multiplique estas acciones afirmativas en toda América Latina, por ejemplo, a través de sus múltiples participaciones en el Encuentro de Liderazgos Políticos LGBT de América Latina y el Caribe, logró posicionar las realidades y los retos que atraviesan día a día las personas trans con el fin de movilizar las agendas sociales, políticas y económicas en beneficio de una población que histéricamente ha sido segregada y marginalizada por parte de una sociedad estructuralmente transfóbica.
Su paso en el Congreso y en la organización ‘Ovejas Negras’, marcó un cambio trascendental e histórico para la participación política de las personas con orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género diversas en todo Uruguay. Hoy su cuerpo nos deja, pero su alma y espíritu de cambio seguirán vivos en las movilizaciones sociales y los ejercicios de incidencia por una sociedad libre de las violencias machista y sexistas y las desigualdades estructurales que apremian al hombre blanco y afectan de forma desproporcionada a quienes son disidentes del sistema sexo-género hegemónico.
Hoy, su legado nos invita a seguir luchando por una sociedad donde se pueda amar libremente.