En el marco de la Semana de la Conmemoración de la Memoria Trans, este manifiesto transfeminista expresa las demandas del movimiento trans para la garantía de vivir vidas dignas y plenas.
18 de noviembre de 2023. En la actualidad aún pensamos que ya no hay bullying, acoso o asesinatos de personas trans, pero seguimos viviendo día a día la discriminación y la violencia. Nuestra población es la población más vulnerada: somos las mujeres trans, las trabajadoras sexuales, las putas, seres humanos al igual que todos, pero odiadas, marginadas y segregadas por la sociedad, utilizadas por el Estado, perseguidas por la fuerza pública, asesinadas por grupos armados, vendidas como si fuéramos ganado cuando somos víctimas por trata de personas, donde vivimos encerradas con una comida al día, sin documentos, sin dinero, pero obligadas a trabajar si no somos asesinadas.
A estas alturas de la vida ya debería existir protección legal, una ley que nos cobije, que nos ayude a que nuestra vida sea un poco más fácil y más llevadera, sin tener que mendigarle al Estado lo que por derecho nos corresponde. Estamos hartas de tener que vivir en situaciones precarias, donde muchas veces no tenemos para comer e incluso dormir en los andenes de las calles, arriesgándonos a ser asesinadas, abusadas sexualmente, o golpeadas por la fuerza pública. ¿Cuántas mujeres trans de la tercera edad están en habitabilidad de calle sin tener donde refugiarse de la lluvia, el frío y el peligro?
Maldito Estado, mil veces maldito. ¿Acaso no somos humanas? ¿Qué delito hemos cometido para que nos marginalicen de esta manera? Estado machista y patriarcal, donde sólo ven lo normativo, donde solo existe la norma de hombres y mujeres, cuando hay muchas formas de SER Y EXISTIR. ¡TÚ! Sí, tú, patriarcado, lucharé y seguiré luchando hasta que ser puta, travesti, marica, se haga costumbre, hasta que no tengamos que escondernos o salir solo de noche porque ese es nuestro lugar, hasta que NO tengamos que trabajar a puertas cerradas porque la sociedad no gusta de ver maricas en la calle, hasta que podamos dar nuestras muestras de cariño en público sin estar en riesgo de ser agredidas y discriminadas.
Seremos y somos más: maricas transfeministas, guerreando en las calles en una batalla campal donde muchas caen de lado y lado, donde no importa morir si queremos que haya libertad y esperanza para las que vienen detrás de nosotras. Maricas y putas transfeministas, luchadoras inalcanzables, pisando fuerte en esta selva de cemento donde la más débil cobra fuerza y se levanta, renaciendo de las cenizas como ave fénix. ¡No más! No queremos más muertas por esta sociedad machista hipócrita, patriarcal, misógina y de doble moral. Queremos estar vivas, queremos oportunidades laborales, queremos estudiar, queremos respeto -no aceptación-. No necesitamos que nos acepten: exigimos que nos respeten.