Políticas de igualdad para garantizar la diversidad, es la motivación de líderes, lideresas y organizaciones LGBT del Caribe colombiano para movilizarse en las jornadas del Orgullo LGBT en 2019
Hace 50 años inició el proceso de movilización de las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans en el mundo para exigir respeto y reconocimiento a sus derechos: un 28 de junio, personas LGBT decidieron, no solo hacer frente a esa detención arbitraria, de la cual eran víctimas cada semana, sino en empezar a exigir a los Estados y a la sociedad reconocimiento y respeto de sus derechos; así se conmemoró por primera vez la ‘revuelta de Stonewall’, así se conoce al acto de violencia policial contra un grupo de personas LGBT que se habían reunido en Stonewall Inn, un mítico bar de Nueva York, en Estados Unidos. Esta agresión, que ocurrió en 1969, marcó los inicios del activismo lésbico, gay, bisexual y trans. A partir de esta agresión, las personas LGBT comenzaron a movilizarse para exigir sus derechos como ciudadanos. Una serie de protestas dio inicio a la marcha del ‘Orgullo LGBT’ y ciudades como San Francisco, Los Ángeles, París, Madrid, Berlín, y, posteriormente, Buenos Aires, Ciudad de México, Sao Paulo y Bogotá, fueron generando procesos en pro de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas, y se empezó a realizar la marcha del Orgullo LGBT en gran parte del mundo.
En Colombia, a principios de los años 80 en la ciudad de Bogotá, se hicieron las primeras manifestaciones de movilización con pequeños grupos de participantes, que con expresiones aún tímidas en las afueras de la Plaza de Toros exigían visibilidad y derechos; luego fue Medellín, más tarde Cali y así sucesivamente las ciudades colombianas fueron propagando este proceso de movilización social que hoy representa a más de 100 mil marchantes que en el país se unen a millones en el mundo que reconocen que la erradicación de la homofobia, lesbofobia, transfobia y los prejuicios hacia las personas por su orientación sexual, identidad o expresión de género, es aún tarea pendiente para garantizar la ciudadanía plena.
En la región Caribe, este ejercicio de movilización comenzó en Santa Marta en 2004 y Cartagena en 2009, después siguió Barranquilla en 2011; Montería y Valledupar se unieron en 2012; los municipios de Maicao, Magangué y El Carmen de Bolívar llevan ya tres años en ésta práctica; finalmente, esperamos que Soledad, Riohacha, Montelibano y Corozal realicen su segunda movilización.
La ciudadanía LGBT del Caribe, organizada, reconoce este espacio de movilización como escenario de expresión cultural y/o ejercicio político de derechos en el marco de las tensiones que generan los vientos que proponen retrocesos y negación de derechos a éste grupo poblacional. La movilización en la Región y la visibilidad de las diversidades sexuales y de género se presenta a la ciudadanía como una forma de reivindicar y reconstruir memoria a través del relato y las experiencias sociales y culturales de personas que, desde sus inicios en el activismo, le han apostado al cambio social de imaginarios excluyentes y prejuiciosos a través de la cultura y actos importantes de movilización social.
Este año la consigna de “Políticas públicas para la igualdad” se propone en doble vía: de un lado, el reconocimiento que entes territoriales como Maicao, Santa Marta, Magdalena, Bolívar, Galapa y San Andrés, que cuentan con políticas públicas LGBT, han entendido la labor de los Estados de construir herramientas de política efectiva que respondan a las necesidades concretas en materia de derechos humanos de personas LGBT y consolide en un plan de trabajo, de manera progresiva, el desestimar la violencia y garantizar una vida digna; sin embargo, por otro lado, ante la próxima elección de gobiernos locales, la solicitud expresa de que propongan en sus Programas de Gobierno acciones sólidas que permitan la construcción, en ciudades donde se naturaliza el prejuicio hacia la orientación sexual, identidad o expresión de género, de líneas de base que conduzcan a políticas públicas efectivas que superen el déficit de derecho de las personas LGBT.
Marchar en el 2019 en el Caribe, además de consolidar la agenda de movilización y de exigibilidad de derechos que año tras año viene realizando las personas LGBT en la región, es una oportunidad para que familias, amigos y ciudadanía se unan a nosotros y exijamos que los nuevos gobiernos propongan nuevas acciones que consoliden en la región el respeto a los derechos humanos y las garantías para las ciudadanías diversas y plurales.
CARIBE AFIRMATIVO