La visibilidad trans como estrategia política es poner la vida, el cuerpo y las expresiones como acto de resistencia, para desacomodar a la sociedad de la naturalización de la exclusión y dejar constancia de que están, ocupan y exigen cambios.
En el marco del Día de la Visibilidad Trans, cinco personas con experiencia de vida trans que hacen parte de Caribe Afirmativo en nuestras casas de Barranquilla, Bogotá, Medellín, Cartagena y Valledupar, comparten con el movimiento social sus experiencias de vida y, con base a estas, lo que ellas consideran que debe ser la apuesta política de su visibilidad. En ese sentido, como primer acto de correspondencia, cedo este espacio para aprender de su resistencia.
“Crecí en un hogar donde predominaba la moral cristiana, con una expectativa muy marcada de cómo debía ser y funcionar mi vida. Cuando llegué a Caribe Afirmativo, fue un lugar en donde comuniqué que me sentía incómoda y avergonzada por estas expectativas impuestas. Mi transición de ser una persona no binaria o una persona con experiencia de vida trans, surgió de como exterioricé mi autoexpresión y entendí que solo tenía que sentirme cómoda conmigo misma y con nadie más. Así, pasé a referirme a mí misma como ella o elle y, en ese orden, fue un asunto que hice público, pues informaba acerca de mis pronombres en cada espacio que frecuentaba a diario y corregía, amablemente, a quienes se equivocaban con respecto a ello.
A medida que pasaba el tiempo, me sentía de una forma muy curiosa porque no sabía si estaba siguiendo modas, me estaba dejando influenciar por amigos, o realmente yo era una persona no binaria. Sin embargo, de algo si estaba segura, y era que cada vez que me miraba al espejo me gustaba lo que veía, me sentía más cómoda conmigo misma y con todo el cambio que había tenido desde que decidí reconocerme de esta forma.
Para serles sincera, no conocía el término ‘no binario’ antes de entrar a Caribe Afirmativo pero, desde que estuve en un taller que dictaron en la casa de Cartagena, me di cuenta de su significado y, automáticamente, dije internamente: ‘Eso soy yo’, ya que nunca había escuchado una especie de categoría que realmente me describiera de tal forma, tan profunda y particular. Desde allí, simplemente soy Noah Castro”.
Respecto a la experiencia de vida trans en la cotidianidad y en el espacio público, Haydivi Gaviria, desde la Casa Caribe Afirmativo en Barranquilla, expone lo siguiente:
“Es importante entender que el ser trans es una manifestación más de la diversidad de la naturaleza humana. Las personas trans formamos una parte esencial de las comunidades y culturas. Sin embargo, muchas personas trans sufrimos hostilidad, discriminación y un sinfín de violaciones de nuestros derechos.
Las calles y las noches han sido testigo de todas las atrocidades de la violencia y la discriminación. En el día es algo más traumático, ya que la sociedad hipócrita, el Estado con su doble moral y sus fuerzas, con persecuciones y ataques, nos obliga a muchas a salir de nuestros territorios, ya que el ser una persona trans es cavar y firmar nuestra propia tumba. Ser trans en la ciudad donde se supone que son abiertos a muchos temas, es diferente a la experiencia de nuestras compañeras trans de la ruralidad, que sufren violencias diferentes y hasta son carne de cañón de muchos grupos armados que, si no se hace lo que ellos dicen, nos matan o nos toca desplazarnos a grandes ciudades a seguir sufriendo la violencia, discriminación, transfobia.
Las maricas negras, indígenas no son ajenas a esta discriminación, y hasta a vejámenes peores. Salir de nuestros hogares por violencia para seguir en las calles con más violencias; nuestros cuerpos, por décadas, han sido instrumentalizados; han sido usados por muchas personas como conejillos de indias para sus experimentos. Nos utilizan y nos desechan. Es hora de terminar con esta barbarie. Aún somos muchas las vivas visibles, poderosas y sin miedo para seguir tumbando el patriarcado y la heteronorma. No hay una sola forma de ser y existir; hay muchas. A las maricas, travestis, putas, peluqueras, trabajadoras sexuales aún nos quedan fuerzas para seguir luchando hasta que ser travesti, puta y marica sea una costumbre”.
En relación con lo expuesto, Kassandra, desde la Casa Caribe Afirmativo de Valledupar, desde su experiencia, compartió su postura, en el marco de la conmemoración de esta fecha:
“Es momento de que la sociedad reconozca que las mujeres trans también tenemos derecho a vivir libremente y que nos reconozcan tal como somos. Es por eso que invito a todas las mujeres trans a que se reconozcan tal como son y luchemos por un país donde podamos ser libres, sin ser víctimas de la transfobia. En esta lucha, la visibilidad trans ha sido durante mucho tiempo una fecha que nos convoca a ser visibles y exigir ser aceptadas, valoradas, respetadas y reconocidas como personas. Esta lucha, desde Caribe Afirmativo, la enunciamos a diario y constantemente, con el fin de trabajar hasta lograr ser aceptadas en todos los espacios y que nuestras vidas, cuerpos y expresiones se respeten en la sociedad. Nos levantamos para ser visibles y luchar hasta que no haya más discriminación y transfobia hacia las personas con experiencias de vida trans”.
Del mismo modo, Daniela, desde la Casa Caribe Afirmativo de Medellín, habló desde su resistencia respecto a la importancia de esta fecha que hoy convoca a las personas con experiencias de vida trans:
“Lo que significa para mí la Visibilidad Trans es que no solamente es un espacio para el reconocimiento y visibilidad, sino también que es un espacio para juntarnos y entender que nos tenemos que desafiar por la consecución de nuestros derechos. También, que nos retamos a transformar imaginarios a través del arte y diferentes formas y espacios posibles para que la sociedad entienda que somos mujeres y que somos personas con experiencias de vida trans que le apostamos a la transformación de condiciones, hasta lograr condiciones dignas.
En esta fecha, entendemos y somos conscientes de que hemos construido la posibilidad de habitar otros espacios, que permitan fortalecer el movimiento social LGBTIQ+, que permitan entender que nosotras le apostamos a una sociedad distinta y que lo hacemos desde la incidencia política, desde lo comunitario y desde todos los espacios que nos permiten avanzar en la transformación de imaginarios. Además, estamos trabajando juntas por ser autoras de la construcción de una sociedad nueva, donde todas y todos estemos en condiciones dignas y de equidad en el país”.
A manera de cierre, Alexa, desde Bogotá, hace una reflexión sobre cómo hacer que este día y, en general, la agenda trans, llame la atención de todo el movimiento LGBTIQ+:
“Comprender la trascendencia e importancia del Día Internacional de la Visibilidad Trans, sobre las agendas de diversidad sexual y de género y, en especial, sobre las fechas conmemorativas enmarcadas y reclamadas por el movimiento LGBTIQ+, implica remontarnos al año 2009, en el estado de Michigan, en Estados Unidos, donde, gracias a las iniciativas de activistas con experiencias de vida trans, pero, en especial, a Rachel Crandall, surge la necesidad de celebrar y visibilizar las cuerpas de personas trans y sus experiencias de vida. Esta reacción surge debido a la falta de fechas conmemorativas en las agendas de diversidad sexual y de género que, hasta en ese entonces, solo conmemoraba el Día Internacional de la Memoria Trans, que conmemora a las personas trans víctimas del odio o transfobia.
En ese sentido, es importante reconocer aquellos hitos que, a lo largo de la historia del movimiento social, han permitido volcar la mirada hacia las personas con experiencias de vida trans, sus necesidades y contextos. Sin duda alguna, hablar de este día implica reconocer la fractura histórica que ha surgido a lo largo de los años entre el activismo LGB y el transactivismo. Este, a su vez, reclama diferentes reivindicaciones y reparaciones entendidas desde nuestras experiencias, como lo son la regulación del trabajo sexual, el reconocimiento de cuerpos con capacidad de gestar —como las transmasculinidades y personas no binarias asignadas femenino al nacer—, la regulación de procesos migratorios de personas trans en movilidad humana y refugiada y, sin duda alguna, implica hablar de una Ley Integral Trans desde las diferentes regiones y naciones de América Latina.
En ese orden de ideas, hoy, 31 de marzo, celebramos aquellas corporalidades, construcciones identitarias y existencias que se salen de toda norma establecida en el género; que transgreden toda corporalidad o lógica cis-sexista, que transgreden toda forma de habitar el género a través de unas imposiciones masculinas y femeninas. Es importante reconocer que habitar el mundo siendo visiblemente trans implica unas transgresiones y unas formas de habitar el mundo para las personas con experiencias de vida trans. Por eso es importante situarnos desde un papel ambivalente”.
Gracias a Haydivi, Daniela, Alexandra, Noah y Kassandra por ayudarnos a desaprender y a entender que la visibilidad significa permitir y ofrecer garantías para que otras brillen. En sus palabras, también hemos recordado a otras que han pasado por aquí, como lo fue Madonna, con sus enseñanzas de hospitalidad con las personas LGBTIQ+ migrantes y refugiadas; también Tania y su apuesta por la visibilidad de las mujeres trans negras del caribe; Carolina y su lucha por la dignificación del trabajo sexual; Sofia y el ejercicio de la comunicación asertiva desde la perspectiva trans. También, las colectividades trans que han llenado de dinamismo a Caribe Afirmativo, como el colectivo de teatro ‘Transformarte’, en Cartagena, en el año 2011; ‘Las Musas’, en Medellín, en 2021; ‘Las Faisanas’, en Barranquilla, en el año 2022, y un montón de juntanzas en nuestras casas que, alrededor de nuestro trabajo comunitario y de nuestras aliadas, comprometen a Caribe Afirmativo con la visibilidad y la furia trans, en cabeza de ellas, en espacios propuestos por ellas y para el reconocimiento de ellas como sujetas políticas.
Wilson Castañeda Castro
Director Caribe Afirmativo