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La violencia policial contra las mujeres LBT ¡existe!

6 de octubre de 2020. Los últimos acontecimientos ocurridos en Colombia en los que se evidencian el uso de la fuerza de manera desmesurada y excesiva contra la población civil por parte del cuerpo policial han activado las alarmas en toda la ciudadanía. Algunos sectores políticos, defensores de derechos humanos y agentes internacionales le exigen al Gobierno implementar acciones para mitigar y erradicar las actuaciones violentas por parte de la Policía Nacional. Sin embargo, estos parecen olvidar que en Colombia la brutalidad policial contra las mujeres Lesbianas, Bisexuales y especialmente las mujeres Trans (LBT) es el pan de cada día y, estas acciones se agudizan cuando son mujeres trans que ejercen el trabajo sexual.

Las mujeres LBT son consideradas como transgresoras del modelo que les impone cómo ser, sentir y expresarse acorde con su sexo biológico. Muchas veces sus cuerpos difieren de los estándares binarios impuestos entorno a lo masculino y femenino, siendo vistas como infractoras de la moralidad y lo “natural”.

Este tipo de ideas y prejuicios imaginarios permean a muchos de los miembros del cuerpo policial colombiano, los cuales tienden, mediante la violencia, a “darles su merecido” por ser “diferentes”, intentando minimizarlas y eliminarlas. Las formas más recurrentes de brutalidad policial contra las mujeres LBT van desde las agresiones verbales, físicas, sexuales, hasta la detención arbitraria mediante procedimientos irregulares.

Caribe Afirmativo logró registrar que en el 2017 se presentaron al menos 66 hechos de violencia policial contra personas LGBT en 17 departamentos del país, de los cuales la mayoría de las víctimas fueron mujeres trans, lesbianas y bisexuales[1]. Solamente en el Caribe Colombiano, entre el periodo 2007-2019, se registraron 114 casos de violencia policial de los cuales 49 fueron contra personas trans y 6 contra mujeres lesbianas[2]. Teniendo en cuenta que estas cifras son incompletas ya que existen sub-registros porque muchas de las víctimas no suelen denunciar los hechos ante las autoridades competentes por miedo a las posibles retaliaciones, ya que sus victimarios hacen parte de esta Institución.

Se debe mencionar que las mujeres LBT sienten que en los espacios públicos corren más riesgo de violencia en razón de su expresión e identidad de género por parte de la policía, ya que estos son los escenarios donde normalmente son víctimas de ataques, discriminación y tratos crueles por parte de los uniformados.

Las agresiones por parte del cuerpo policial contra las mujeres lesbianas suelen presentarse cuando hay expresiones de afecto tales como besos o abrazos. En el caso de las mujeres trans estas actuaciones son motivadas por prejuicios que buscan no solo humillarlas sino eliminarlas del entorno público.[3]

Una mujer trans en Barranquilla víctima de violencia policial expresó:

“En esas dos agresiones físicas he recibido golpes por parte de la policía y siempre es la misma escena me retiran del espacio público sin ningún argumento sin ninguna justificación, me prohíben estar en una zona, en un sector y de una manera agresiva, violenta e intimidante me retiran del espacio público, y yo como conozco los derechos en temas de abusos, y esas veces ha habido agresiones físicas. (Entrevista a mujer trans, abril de 2018, Barranquilla, Atlántico)[4]

De igual forma, se encuentra que las victimas tienden a “normalizar” el hecho de que la policía llegue a intimidarlas o agredirlas, saben que cada vez que salen a la calle o se sientan en un parque, algo puede suceder. Se debe trabajar para eliminar la naturalización de estos hechos porque vivir con miedo no debe ser una opción.

Los casos de violencia policial contra las mujeres LBT parecen ser invisibilizados e ignorados por la sociedad colombiana: no se habla de ellos, no se exponen y mucho menos se toman en cuenta al momento de protestar en contra de las agresiones policiales o pedir la reestructuración de la institución y los procedimientos policivos, olvidando el enfoque de género que deben permear estos cambios.

Para nadie es un secreto que los funcionarios que deberían velar por la seguridad de todas las personas que habitan en el territorio nacional violentan y estas acciones son más recurrentes contra las personas con orientación sexual, identidad de género y expresiones de género diversas. Cuando omitimos o callamos ante las masivas violaciones de derechos humanos por parte del cuerpo policial estamos siendo cómplices y contribuyendo a la perpetuación e invisibilización de estos hechos; porque aquello que no se nombra no existe y la violencia policial contra las mujeres LBT ¡EXISTE!

No solo basta con reconocer que estas situaciones son reales, sino que además deben realizarse acciones concretas dentro de la institución policial, tales como educación basada en género a las autoridades competentes lo que permitirían que las mujeres LBT no tengan miedo a denunciar y al hacerlo cuenten con una atención real y efectiva que les dé garantías concretas de no ser revictimizadas ni amenazadas por intentar proteger sus derechos. De igual forma, es necesario que el enfoque diferencial se encuentre presente en todos los procedimientos y actuaciones policiales, así mismo es necesario que se sancionen y se establezcan parámetros en cuanto al uso de la fuerza por parte de los policías.

[1] Caribe afirmativo y Colombia diversa. (2018). La discriminación, una guerra que no termina. informe de derechos humanos a personas LGBT 2017.

[2] Caribe Afirmativo. (2020) Contra la Pared, informe sobre la situación de los derechos humanos LGBT en el Caribe colombiano,

[3] Caribe Afirmativo. (2018). Enterezas Mejorando la respuesta a casos de violencias contra mujeres lesbianas, bisexuales y trans.

[4] Caribe Afirmativo. (2018). Enterezas Mejorando la respuesta a casos de violencias contra mujeres lesbianas, bisexuales y trans.