5 de octubre de 2020. Si bien hablar de dos mujeres trans ministras en un planeta que agrupa a casi ocho mil millones de habitantes, parece algo ínfimo. En materia de participación política esto se cataloga como un gran avance. En los últimos años, han sido nombradas dos mujeres trans: Audrey Tang en Taiwán y Petra De Sutter en Bélgica, la primera como ministra informática, la segunda como ministra de empresas públicas y servicio civil.
Estos nombramientos, más allá de la victoria profesional que pudiera significar para estas mujeres, tienen también un efecto simbólico importantísimo para los derechos políticos y civiles de las personas trans en las sociedades del mundo y es la deconstrucción de los estereotipos negativos que, por mucho tiempo, han cargado en sus espaldas las mujeres trans sobre lo que deberían y no deberían hacer.
En este sentido, organizaciones internacionales tales como la ONU, la OIT, la OEA, entre otras, han luchado incesantemente por aumentar la participación de las personas trans en los diferentes escenarios de la sociedad, incluyendo aquellos políticos y de representación democrática. Sin embargo, aún es muy lejana la meta de la inclusión plena, cuando en Estados Unidos y algunos países de Europa, por ejemplo, -referentes de la comunidad internacional sobre las libertadas individuales y políticas- han venido presentando un fortalecimiento de los grupos antiderechos y antigénero.
Así las cosas, Caribe Afirmativo ha venido articulando y aunando esfuerzos con otras organizaciones -tanto nacionales como internacionales- en interés de mejorar las condiciones de participación política y civil de las personas trans en cargos públicos.
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Sobre las ministras
Audrey Tang es la ministra más joven de su país y en poco tiempo alcanzó gran popularidad debido a su audacia con los dispositivos electrónicos en sus aportes a la contención de la pandemia. Nombrada ministra de Tecnología en el 2016, esta mujer de 35 años logró revolucionar el ministerio de las tecnologías, catalogándose como un referente internacional en la materia.
Por su parte, Petra De Sutter, es una belga con gran trayectoria política que ha trabajado por la inclusión de los derechos trans y de las personas LGBTI en los países de la Unión Europea y quien hoy ostenta el título de ser la primera mujer trans en ser ministra en el continente europeo.
¿Y en Colombia?
En Colombia, el problema está en que, históricamente, se ha patologizado, encasillado y segregado a las personas trans por el hecho de tener una identidad de género no hegemónica, obviando su potencial personal para hacer grandes cosas, como sí lo han hecho Audrey o Petra. En otras palabras, si no te dan la oportunidad de participar, de trabajar, de mostrar lo que puedes lograr, viviremos en un círculo vicioso en el cual las personas trans serán relegadas a un rincón de la sociedad, donde solo se les es permitido realizar actividades que socialmente se aceptaron para ellas -trabajadoras sexuales, estilistas, bailarinas, artistas-, pero y ¿qué pasa con los derechos políticos y civiles de estas personas? ¿Deben supeditarse al consenso social porque Colombia es un país tradicional y no está preparado para ver a las personas trans -especialmente a las mujeres- en escenarios diferentes a los culturales? ¿Qué será necesario para que en nuestro país para que las personas trans puedan acceder a altos cargos públicos?
¡Igualdad!