Editorial

La marca de Caribe Afirmativo: profundizar la diversidad

15 de noviembre de 2020. Los logos institucionales son representaciones gráficas de una realidad que queremos posicionar y, para que cumplan su cometido, deben tener dos cualidades: primero, verse como un signo entre la gente, pues transporta en su interlocución a una realidad que queremos representar gráficamente, por ejemplo, la luz transporta a la claridad y promueve sentimientos de seguridad; y segundo, tiene la posibilidad de generar en esas personas una recordación, que se extiende en el tiempo a partir de lo que experimentan o entiende de él, convirtiéndose en un símbolo que se acoge en la vida cotidiana como, por ejemplo, la paloma es símbolo de la paz y no hay una acción de esta agenda que no se relacione con ella.

Hay diferentes tipos de logos y en todos los casos, para cumplir con su rol social y trasladarse del signo al símbolo, deben: a) asumirse como un objeto gráfico que se traduce a un significado que se aprende y por su uso se convierte en colectivo; b) generar rasgos de iconidad, es decir, una imagen que al observarse se relaciona con una realidad que corresponda a lo que representa; y c) finalmente, garantizar que sea representación de una acción de materialización de la identidad que da cuenta de la existencia de una realidad que le es propia a los sujetos. Estas tres cualidades, en suma, hacen del logotipo, una identidad colectiva.

El mundo en el que vivimos ha cultivado la identidad colectiva a partir de expresiones visuales que se convierten en referentes de aquellas cosas que nos convocan, desde lo más trascendental como las acciones espirituales y afectivas, la cruz para los cristianos o el corazón para el amor, hasta lo más cotidiano y pasajero, como lo que consumimos y dónde lo conseguimos, las marcas de refrescos o de atuendos que usamos. Para nuestra generación, inmersa en la imagen, los logos han transitado a marcas (por su poder de influencia) y se han convertido en referentes que otorgan, en términos visuales, significado a las realidades, por eso en Caribe Afirmativo hemos asumido como signo visual el pez y durante más de 10 años hemos tratado de posicionar su significado de diversidad como marca o impronta del propósito de nuestro trabajo.

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