En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Juventud, jóvenes LGBTIQ+ de diferentes sectores del país expusieron los avances y retos del movimiento en Colombia.
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud con el propósito de direccionar la mirada de la comunidad internacional hacia los problemas de la juventud y, de esta manera, ayudar a desarrollar el potencial de las y los jóvenes como un eje importante de la sociedad actual. Esto, en aras de involucrar a las personas que hacen parte de esta población a ser participativos en la promoción de paz y lucha contra ciertos problemas sociales, posicionando a los y las jóvenes como socias importantes en los esfuerzos globales.
En esa misma línea, la conmemoración de este día representa un acto significativo para los y las jóvenes LGBTIQ+ debido a que, pese a que han sido objetivo de acciones de rechazo y exclusión social durante décadas, prevalece su resistencia y voluntad de lucha, reivindicación y liderazgos en búsqueda del restablecimiento y garantías de derechos. Sobre esto, Omar Acendra, un joven LGBTIQ+ de Ciénaga, Magdalena, asegura que se ha percibido en la última década un robustecimiento en las acciones por parte de la juventud LGBTIQ+ que buscan ganar reconocimiento como sujetos y sujetas de derechos en todos los sectores sociales.
“Los y las jóvenes hemos heredado luchas históricas. Ahora, nosotros, nosotras y nosotres sentimos que este movimiento se fortalece con los logros que hemos obtenido las personas LGBTIQ+ durante los últimos años en Colombia, entre los cuales destaca el hecho de seguir ganando espacios de movilización e incidencia en temas públicos”, expuso Acendra, enfatizando en que el movimiento de jóvenes LGBTIQ+ se está caracterizando por pensar a futuro y “construir desde ahora”.
Además, jóvenes LGBTIQ+ de diferentes sectores del país reconocen como logros importantes –productos de sus luchas– los avances en el panorama político y jurídico nacional, enfatizando en que el inicio de la materialización en cuanto a representatividad política es “un logro significativo”. También exaltan avances jurídicos, como la ratificación legal de que una persona con orientación sexual e identidad de género diversa puede cambiar su nombre, género y sexo en sus documentos de identidad, con el fin de ratificar su identidad y autoreconocimiento.
En cuanto a retos, los y las jóvenes que hacen parte del movimiento LGBTIQ+ en el país, resaltan la necesidad de materialización de la Ley Integral Trans, describiéndola como transversal dentro del movimiento y enfatizando en que, a través de esta, será posible darles mayor visibilidad y reconocimiento a las personas con experiencias de vida trans. Asimismo, expresan que es urgente la consolidación de políticas públicas que garanticen la seguridad de las personas LGBTIQ+ en los espacios públicos y privados, así como el acceso a la justicia e investigación integral de los diferentes tipos de violencias ejercidas hacia personas LGBTIQ+.
Por último, entre los retos que plantean los y las jóvenes LGBTIQ+, mencionan la necesidad de fortalecer los enfoques diferenciales para personas LGBTIQ+ en ministerios, entidades descentralizadas y Oficinas Misionales que garanticen herramientas que reconozcan a las personas LGBTIQ+ como sujetas de derechos. En esta misma línea, consideran un reto importante el asumir como política de Estado y un plan permanente de transformación de la cultura ciudadana desde procesos educativos, culturales, económicos, políticos y sociales, implementando acciones que dignifiquen a las personas #LGBTIQ+ en todos los sectores del país.