27 de abril de 2021. La situación de vulnerabilidad y riesgo que viven las mujeres trans en el Caribe colombiano es alarmante. Anoche conocimos de la tragedia que vivió una mujer trans de El Carmen de Bolívar conocida como La Quinceañera o La Quince, una mujer con alta visibilidad en el municipio que hace parte de los procesos de Casa de Paz de Caribe Afirmativo. Su situación de vulnerabilidad, como la de la mayoría de mujeres trans de este país es profunda, se dedica al reciclaje y había logrado construir una humilde casa gracias a su resistencia y trabajo.
La noche del 26 de abril, prendieron fuego a su casa que estaba ubicada a orillas del Río Alférez, en donde La Quince, no tenía condiciones mínimas vitales, pues ni siquiera contaba con fluido eléctrico. Sus mascotas, cuatro cachorros con los que vivía murieron incinerados. Se sabe que, días previos a este hecho atroz, ella había sido amenazada -por sujetos identificables-.
Frente a esta situación, el análisis de la modalidad de violencia no puede ser ajeno a la situación de vulnerabilidad que atraviesa la víctima como mujer trans visible del municipio. Tampoco puede ser separado de la situación de emergencia que atraviesan varias personas en el municipio tras las fuertes lluvias y posteriores inundaciones, sobre todo, en zonas de alto riesgo y en la periferia. De igual forma, el análisis de este caso no puede obviar el hecho de la existencia de las amenazas previas en su contra que se constituye como un hecho indicador de prejuicio, aunado a la visibilidad, liderazgo y el contexto violento y hostil que enfrentan las personas LGBT de Sucre y Bolívar, territorios en donde se han conocido casos de violencia en los últimos meses. No es la primera vez que esto ocurre en la Región, pues cercano al caso de La Quince, está el caso de Luis Fernando Cuello, el cual repite el mismo patrón pues a este líder LGBT le incineraron su casa existiendo amenazas previas en agosto de 2020, también en plena pandemia.
La emergencia sanitaria por COVID-19 hace de este panorama para las mujeres trans mucho más complejo y difícil de superar. La violencia estructural de la que han venido siendo objeto estas mujeres a lo largo de sus vidas no es más que una muestra de ese continuum de violencias a la que se enfrentan en razón de su visibilidad por su identidad y expresión de género. En este caso de La Quinceañera, es necesario que se establezca la relación de la amenaza con la destrucción de su vivienda y que se tenga en cuenta que la amenaza a su integridad viene siendo manifestada desde hace algún tiempo.
Esta mujer trans no sólo requiere atención prioritaria por parte de las instituciones para que le brinden seguridad y asistencia humanitaria, sino que requiere de un ejercicio investigativo serio de su caso. Ese ejercicio de análisis del caso de violencia requiere contemplar la violencia por prejuicio, sea jerarquizante o excluyente, como una perspectiva de análisis, indagando en los motivos discriminatorios y prejuiciosos relacionados con su identidad de género (art. 58.3 del Código Penal) que parecen configurarse en la presente situación y por supuesto, su posición de lideresa social LGBT dentro del municipio. Su vida aún corre peligro y es necesario que la Fiscalía General de la Nación dibuje el patrón de criminalidad que está siendo aplicado hacia las mujeres trans de la subregión de Montes de María y estudiar la relación de este tipo de violencia destructiva que ha ocurrido a otras personas LGBT del territorio.
No es un caso aislado.