28 de enero de 2021. El pasado 20 de enero se posicionó Joe Biden como presidente de Estados Unidos por el partido Demócrata. A tan solo pocos días de su ejercicio político ha hecho importantes cambios en materia legislativa y en la selección de funcionarios públicos que dirigirán las diferentes dependencias estatales. Estas nuevas reformas son positivas para la población LGBT.
Por ejemplo, el 25 de enero Biden anuló la prohibición de Donald Trump que impedía que personas trans sirvan a las fuerzas armadas. Según un comunicado de la Casa Blanca “todos los estadounidenses que están cualificados para servir a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos deberán servir”. Para el presidente la identidad de género no debería vetar el servicio militar, ya que la fortaleza de EE. UU. se halla en su diversidad, porque una “fuerza incluyente es una fuerza más efectiva”.
Por otro lado, ha nombrado a personas LGBT para altos cargos en su gabinete. En primer lugar, esta Pete Buttigieg como secretario de transporte, que sería la primera persona abiertamente homosexual en ocupar un alto cargo ejecutivo en Estados Unidos.
Buttiegieg tiene 38 años, y fue una revelación a nivel electoral pasando de ser el alcalde de South Bend, una pequeña localidad de Indiana a ser una sensación mediática a nivel nacional. Popularmente es conocido como el “alcalde Pete” y entre su perfil destacan su excelente currículo como estudiante universitario y expediente como veterano de la Guerra de Afganistán, lo que lo llevo a presentarse como abiertamente gay apenas inició campaña política, porque durante su etapa militar mantuvo su orientación sexual en secreto.
Su designación además de ser un triunfo para las organizaciones y colectivos LGBT de su país, porque representa un hito pese a tantos años de lucha y búsqueda de representación, también da un aire juvenil al gobierno Biden, ya que esta nueva administración se caracteriza por tener liderazgos con amplia experiencia y trayectoria política en Washington.
A esta lista de funcionarios LGBT se suma Rachel Levine como subsecretaría de salud. Ella es una médica transgénero, graduada de Harvard y de la Escuela Médica Tulane. Es presidenta de la Asociación de Salud Estatales y de Territorios y profesora de pediatría y psicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania.
De convertirse en la subsecretaría de Sanidad, Levine sería la primera funcionaría federal abiertamente transgénero en el país en ocupar un cargo de alto rango. Para Biden, Rachel Levine traerá “un liderazgo firme y experiencia esencial para ayudar a la gente durante la pandemia, independientemente de donde vivan, la raza, la religión, la orientación sexual, la identidad de género o la discapacidad y atender las necesidades de salud pública en este momento tan decisivo para el país”, señaló Biden en un comunicado de prensa.
Rachel Levine ha ejercido como secretaría de sanidad en Pensilvania, dónde ha dado respuesta desde este estado frente a la pandemia, pese a los numerosos ataques tránsfobos que ha recibido. Además, tiene una trayectoria académica e investigativa, pues ha escrito sobre la crisis de los opiáceos en EE. UU.; la marihuana con fines médicos; medicina para adolescentes, para la población LGBT y sobre desórdenes alimenticios.
De ser seleccionada por la Cámara Alta del país, Levine trabajará con el latino Xavier Becerra, y tendrá que supervisar oficinas y programas del departamento de Sanidad y Servicios Humanos, incluyendo diez sucursales regionales y el despacho del Cirujano General.
Joe Biden está marcando una diferencia en comparación con el gobierno de Donald Trump en lo que respecta a la inclusión de personas LGBT en altos rangos ejecutivos, como también en cambios trascendentales a nivel legislativo. Para las personas LGBT de Estados Unidos el nombramiento de Rachel Levine y Pete Buttigieg significan un triunfo valioso en materia de representación política lo que los convierte en un hito histórico, que responde a las décadas de lucha que lleva el movimiento LGBT para la consolidación de sus derechos en este país.