Este año la temática principal son las Migraciones y el Desplazamiento, por ello desde Caribe Afirmativo recordamos los casos de personas LGBTI indígenas que se han visto obligadas a desplazarse a otros territorios por la discriminación que viven en sus lugares de origen
Cada 9 de agosto la Organización de las Naciones Unidas –ONU- conmemora el día internacional de los pueblos indígenas, en el cual se pretende resaltar los aportes, la riqueza y la diversidad cultural de las comunidades indígenas a lo largo del planeta, con el fin de promover su respeto y conservación mediante las garantías de una vida digna.
Esta fecha tiene su origen en el 1995, año en el que la ONU se pronunció a través de la resolución 40/214 para que se “celebre cada año el día internacional de las poblaciones indígenas el 9 de agosto” y pide al Secretario General que financie la observancia del día con recursos ya consignados en el presupuesto, y alienta a los gobiernos a observar el día en cada país. Así, desde el 2004 a nivel mundial se adoptó este como uno de los días para reflexionar en torno a las necesidades y problemáticas que padecen los pueblos indígenas en sus territorios.
A propósito de la temática central del 2018 sobre las Migraciones y el desplazamiento de los pueblos indígenas, en Colombia existen más de 80 pueblos indígenas, aproximadamente el 4% de la población nacional total, los cuales han sido ampliamente afectados por el conflicto armado que los obligó a desplazarse a ciudades capitales y empezar sus vidas desde cero, de ahí que muchos estén retornando solo ahora a sus territorios de origen gracias al acuerdo de paz firmado con las FARC. Sin embargo, persisten las inequidades sociales, las faltas de garantías de acceso y goce a derechos como el trabajo, la educación, la salud, la vivienda digna y, sobre todo, a la alimentación.
Las condiciones precarias anteriormente descritas han convertido la lucha de los pueblos indígenas del país en una lucha por el territorio, y es en ello en que lo han centrado; esto ha complejizado y ralentizado otras preguntas al interior de los mismos grupos indígenas, como el rol de las mujeres y el reconocimiento de la diversidad sexual y de género.
Caribe Afirmativo tuvo la oportunidad de adelantar un trabajo conjunto con la comunidad indígena Wayuu de las ciudades de Uribia y Riohacha en La Guajira, en la identificación de historias de vida de personas indígenas LGBTI y en el acompañamiento de casos de vulneración de derechos. En este, se tuvo conocimiento de una realidad dual que, por un lado, rechaza a las personas que no entran en la norma heterosexual y cisgénero condenándolas a –en muchos casos- “terapias de conversión”, agresiones físicas y verbales y/o al destierro de sus rancherías; y por el otro lado, acoge a ciertas personas LGBTI en espacios de poder público como en Secretarías municipales o como autoridades tradicionales. De ahí que se halla identificado que la clase socioeconómica es un factor que modifica la percepción del resto de la comunidad hacia la persona LGBTI: si es LGBTI en condiciones de pobreza, lo más probable es que sea ampliamente discriminado; pero si es LGBTI de clase media-alta o con alguna jerarquía, se espera que sea mayormente respetado.
En este 9 de agosto, Caribe Afirmativo quiere recordar la deuda histórica que tiene el estado colombiano con las personas pertenecientes a las comunidades indígenas que son LGBTI, quienes viven violencias a diario dentro y fuera de sus comunidades, y a quienes se les agudiza la violencia para acceder a sus derechos económicos, sociales y culturales; de ahí la importancia por implementar en todas las políticas nacionales indígenas y LGBTI la perspectiva interseccional. Así mismo, recalcar el compromiso que tenemos con el fortalecimiento de una pronta articulación de las agendas indígenas y de la diversidad sexual y de género en el país.