Hoy, 26 de abril, conmemoramos el Día de la Visibilidad Lésbica para reivindicar la igualdad de derechos para las mujeres lesbianas y seguir exigiendo la erradicación de la discriminación y la violencia contra ellas en razón de su orientación sexual.
En Colombia, se han logrado múltiples avances en materia de reconocimiento de derechos de mujeres lesbianas (y personas LGBTI en general), especialmente a partir de la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Sin embargo, en la realidad –y particularmente en el contexto del Caribe colombiano- muchas mujeres lesbianas se ven obligadas a enfrentar discriminación y violencia en su vida cotidiana.
Para algunas, la mejor opción es mantener en secreto su orientación sexual. De esa manera, pueden evitar desde recibir burlas y comentarios despectivos, o ser llamadas “machorras, areperas”, hasta ser víctimas de violencia física o sexual. Una lesbiana está obligada a lidiar con esa realidad: ser visible la puede llevar a una situación de riesgo mayor, y cuando la expresión de género tiende a ser más “masculina” el riesgo puede aumentar. Por ello, muchas se sienten obligadas a guardar silencio al interior de sus familias, en sus lugares de trabajo, en colegios y universidades, o en espacios públicos.
Entre las formas de violencia y discriminación a las que se expone las mujeres lesbianas al visibilizar su entorno se encuentran, entre otros:
- La violencia sexual correctiva en los hogares o en espacios públicos, porque lo que pasa es que son lesbianas “porque no las han follado bien” o “porque les falta un buen macho”.
- El acoso sexual en espacios de trabajo.
- Los insultos y burlas al dar muestras de afecto a sus parejas en espacios públicos.
- El sometimiento a “exorcismos” que pueden resultar violentos, con el fin de sacar “espíritus malignos” o erradicar la impureza.
- El sometimiento a tratamientos psicológicos o psiquiátricos para acabar con la orientación sexual de la persona, como si se tratase de una enfermedad.
- El no ser consideradas aptas para el cuidado de sus hijos e hijas.
En muchas oportunidades estas violencias se mantienen en silencio, porque quienes las sufren sienten miedo o vergüenza, desconocen las rutas de atención, desconfían de las instituciones del Estado o no quieren ser revictimizadas. Pero además de eso, no son denunciadas porque han sido naturalizadas en los distintos entornos: en la familia, en el colegio, en la oficina, etc. La familia, la sociedad, los compañeros de trabajo o estudios, etc. han naturalizado estas violencias y las han considerado “normales”, “justificadas” o “merecidas. Es por esa situación que, así como muchas mujeres lesbianas han sido invisibilizadas, sus violencias también lo han sido.
Por todo esto, un día como hoy, Caribe Afirmativo hace un llamado a respetar la diversidad sexual, a respetar la orientación sexual y la expresión de género de las mujeres lesbianas en Colombia y en el resto del mundo. Asimismo, seguirá trabajando contra la naturalización de las violencias hacia las mujeres lesbianas, y promoverá el fortalecimiento de las rutas de atención para la garantía de sus derechos. Invitamos a celebrar el amor libre y visible, y continuaremos uniendo esfuerzos para que cada día más lesbianas puedan visibilizarse sin que esto ponga en riesgo su integridad o su vida.