Casas de Paz

Hannia, lideresa trans del proceso Casa de Paz en El Carmen de Bolívar, es la nueva coordinadora de este espacio

Caribe Afirmativo celebra el nombramiento de una nueva coordinadora del proceso Casa de Paz en El Carmen de Bolívar que responde, en gran medida, al reconocimiento del colectivo LGBT de ese municipio como sujeto de reparación colectiva.

22 de septiembre de 2020. Caribe Afirmativo se complace en recibir en su equipo de trabajo a Hannia Liz Márquez Restrepo, quien será la nueva coordinadora de la Casa de Paz de El Carmen de Bolívar. Ella llega en un momento crucial para el proceso de reconocimiento de las personas LGBTI que fueron víctimas del conflicto armado, puesto que la Unidad de Víctimas ha reconocido al colectivo LGBT de ese municipio como sujeto de reparación colectivo. Esta mujer trans, quien desde hace nueve años trabaja en la defensa y promoción de los derechos de las personas LGBTI en Bolívar, tendrá como responsabilidad seguir de cerca el proceso de reparación colectiva de las personas LGBTI del municipio.

Es importante señalar que su liderazgo nace a partir de los mismos procesos de reconocimiento y empoderamiento que tuvieron lugar a través del proyecto Casas de Paz, por lo cual esta mujer trans, oriunda del municipio del Carmen de Bolívar, conoce las dinámicas sociales del territorio y se encuentra completamente preparada para seguir haciendo incidencia a través de su liderazgo.

Como coordinadora, además de acompañar el proceso de reparación colectiva, esta carmera, a través de su cargo, deberá asimismo contribuir a la difusión y sensibilización de las rutas para el acceso a derechos de las personas LGBTI de sus territorios; construir escenarios desde el arte para la reconstrucción de la memoria; articular el movimiento LGBTI con otros movimientos sociales, en especial el de mujeres, el campesino, el afro y el de derechos humanos; generar de puentes de comunicación y articulación con otros procesos LGBTI de Montes de María; y, finalmente, seguir brindando los servicios habituales de Casas de Paz, tales como atención psicosocial, asesoría jurídica y formación desde un enfoque de derechos humanos.

Sobre la nueva coordinadora

Hannia descubrió, desde muy joven, que le gustaba servir a los demás, y que el trabajo por una sociedad más justa y equitativa era algo, en lo cual, quería resaltar, “cuando era pequeña acompañaba a mis padres a las reuniones de una asociación campesina de la cual eran líderes; en ese entonces ellos me enseñaron el valor de la responsabilidad, el compromiso y el papel fundamental que tiene un líder o lideresa en espacios de participación”, expresa.

Impulsada por su espíritu de servicio inició estudios de Enfermería Auxiliar, los cuales culminó satisfactoriamente, aun cuando fue, en un sinnúmero de ocasiones, discriminada por profesores, compañeros y compañeras de la carrera, “siempre llevé la cabeza en alto durante mis estudios; el acoso que experimenté por parte de otras personas me hizo fuerte. Aunque es lamentable que te juzguen por tu apariencia y no por lo que eres. Igual siempre fui yo: espontánea y sincera con lo que sentía y pensaba, creo que esas fueron algunas características de mi personalidad que me permitieron sobresalir ante cualquier dificultad”, destaca.

Asimismo, y al indagar sobre su liderazgo como mujer trans, comenta que el conocer y empoderarse sobre sus derechos la llevaron a ser menos tímida y tener la capacidad de hablar en cualquier escenario y ante cualquier público, sin miedo a los prejuicios o señalamientos. “Conocer nuestros derechos, es el primer paso para defenderlos. Además, con ellos se fomenta una vida digna y sin injusticias para toda la ciudadanía”, indica.

Sin embargo, Hannia comenta que hay mucho más por aprender y eso es una tarea diaria. “Me considero una persona autodidacta, así he adquirido conocimientos básicos sobre las medidas de protección y autoprotección, teniendo en cuenta su importancia en un territorio que ha sido golpeado fuertemente por el conflicto armado, además que aún tiene presencia de grupos armados ilegales, que en múltiples ocasiones han agredido a personas LGBTI, especialmente, a las mujeres y hombres trans”, señala.

En este aspecto, enfatiza que el estigma y la discriminación en contra de las personas trans es real y está profundamente instaurado en el país. A su vez, la violencia se solapa con otros ejes de opresión como el sexismo, el racismo, la xenofobia y, por supuesto, la transfobia.

“Un grupo objeto de la marginación es la comunidad trans, por eso ésta necesita que la apoyen y respalden en sus preocupaciones políticas, sociales y económicas, y en el cumplimiento efectivo de sus derechos humanos. Porque los derechos trans son derechos humanos”, puntualiza la nueva Coordinadora de las Casas de Paz de Caribe Afirmativo, quien desde este mes liderará las iniciativas, procesos y proyectos que se desarrollen, por parte de la organización, en El Carmen de Bolívar.