Activísmo

Futbolistas mujeres del Santa Fe deben tener igualdad de derechos

7 de abril del 2020. Ante la pandemia del Covid-19 en Colombia, y las medidas decretadas por la Presidencia, múltiples clubes de futbol nacionales han decidido suspender actividades deportivas, laborales y administrativas. Como lo señaló el periódico El Tiempo en su edición del 17 de marzo, “equipos como Millonarios, Independiente Medellín, Once Caldas, Envigado, América de Cali, Junior, Tolima, Pasto y Alianza Petrolera han tomado la determinación de no seguir entrenando, con el fin de preservar la salud de sus integrantes y colaborar con las autoridades que hacen un llamado de tomar correctivos sobre la emergencia”.

En ese mismo momento, el club deportivo Independiente Santa Fe se sumó a la decisión de los clubes mencionados y decidió no seguir entrenando, agregando que cualquier tipo de comunicación sería informada desde sus redes sociales. Tal y como lo mencionaron, el día 6 de abril del año en curso comunicaron en sus redes sociales que habían tomado unas decisiones y que habían llegado a acuerdos con su personal, tanto jugadores y jugadoras como planta administrativa, a través de un comunicado de cinco puntos. Los puntos 1 y 5 son una demostración de la discriminación laboral que viven las mujeres en Colombia.

Estos puntos corresponden al tipo de acuerdos establecidos con el plantel profesional masculino y femenino de fútbol, donde a los hombres se les mantendrán sus contratos de trabajo, pagándoseles de manera parcial para adaptarse a la pandemia, y con las mujeres, que se desempeñan en el mismo terreno de juego y en el mismo deporte, “acordaron” la suspensión de sus contratos de trabajo y un “auxilio” económico por el mínimo vital “mientras se supera esta penosa situación”. No se sabe si con la “penosa situación” se hace referencia únicamente a la pandemia del Covid-19 que enfrentamos ahora como sociedad, a los cientos de años de discriminación y violencia contra las mujeres, que se sigue ejerciendo en sus espacios laborales. Lo que si es claro es que resulta un tratamiento diferenciado injustificado y discriminatorio.

Esto no es nuevo, como nos contó Jennifer Pérez[i], feminista y exdeportista cartagenera:  “Me han contado muchas amigas que juegan futbol a nivel nacional en clubes que a ellas ante esto del COVID19  las tenían solo entrenando, no les estaban pagando (no les habían firmado contrato), a las que tenían contrato  les estaban pagando la mitad de su sueldo por estar en etapa de entrenamiento, cuando la situación de pandemia llevo a  que se decretara cuarentena obligatoria, a muchos clubes, incluyendo el Santa Fe que si lo dijo públicamente, les suspendieron el contrato”.

Esta situación ha llevado que incluso figuras como la de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se pronunciara en su cuenta de Twitter: “Es absolutamente injustificable que hagan un acuerdo para mantener las condiciones salariales de los jugadores y en cambio suspendan los contratos de las jugadoras de los equipos femeninos! @SantaFe a recapacitar y cambiar esa inaceptable discriminación! #LasLeonasSeRespetan”.

En medio de una situación tan dolorosa como la que estamos enfrentado con la pandemia del Covid-19, un club de fútbol decide desproteger únicamente a las mujeres futbolistas que lo representan en las canchas en cada uno de los encuentros deportivos, porque en momentos de crisis la discriminación no cesa.

Ante esta situación, Caribe Afirmativo se une a las voces de todas las personas, colectivas e instituciones que están exigiendo igualdad material para hombres y mujeres, y que se respeten los contratos y el derecho al trabajo de todas las mujeres de este país. Actuaciones como las del club deportivo Independiente Santa Fe deben ser investigadas por las autoridades, y se requiere que se establezcan medidas para garantizar respuestas rápidas y oportunas para enfrentar, aún en medio de la pandemia, estos graves casos de discriminación, que amenazan con agravar la situación para muchas personas en Colombia.

[i] Entrevista realizada el día 7 de abril de 2020 por María Vélez. El nombre se ha cambiado a solicitud de la entrevistada.