6 de septiembre de 2020. En la semana que termina tuvo un alto impacto mediático la decisión de un juez de la ciudad de Cartagena que, invocando argumentos religiosos, negó el derecho al matrimonio a una pareja de mujeres. Dicha situación, además de ser constituirse claramente en un prevaricato, pues es un fallo manifiestamente contrario a derecho, también abrió una discusión que, si bien es de gran audiencia en redes sociales, cada vez carece de mayor sustento: aquella de que los derechos de las personas LGBTI van contra la moral cristiana o que la moral cristiana es homofóbica, como si la fe fuera irreflexiva frente a las demandas de dignidad de quien la practica o la vida de las personas por su orientación sexual, identidad o expresión de género diversa está condenada a ser arreligiosa.
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