Foto: Colprensa
Esto demuestra que, a través de esta cartera, se generarían avances significativos para los paises.
14 de diciembre de 2022. El día de ayer, 13 de diciembre, fue aprobado en el Congreso de la Republica la creación del Ministerio de la Igualdad y de la Equidad. En el primer debate, la propuesta se aprobó con 139 votos y 8 en contra. En el Senado, se aprobó con 61 votos positivos y 6 negativos. Este Ministerio nace con un objetivo: reducir las desigualdades políticas, económicas, sociales, educativas y similares que vive Colombia, así como, la prevención de todas las formas de violencias contra personas sujetas de protección constitucional[1].
Según declaraciones de la vicepresidenta Francia Márquez y el Congresista Gustavo Bolívar, este ministerio tiene unos objetivos principales relacionados con reducir la brecha entre hombres y mujeres mediante varias acciones, entre estas, un ingreso vital de medio salario mínimo a las madres cabeza de familia, igualdad salarial entre hombres y mujeres, reconocer el tiempo de trabajo en el hogar y que sea válido para la pensión, a través de la creación de un Sistema Nacional de Cuidado. Por último, que en la reforma agraria y en la economía popular, la mujer sea titular de propiedad.
El ministro del Interior, Alfonso Prada, quien ha liderado la discusión ante el Congreso, manifestó que la necesidad de este ministerio nace de una meta superior, siendo esta el “tener un país sin racismo, sin exclusiones, que respete las diferencias, en el que todos y todas quepamos y en el cual la pobreza no sea lo común, sino que lo común sea la dignidad humana. Deseamos que la Igualdad sea la ruta para que los colombianos podamos vivir en paz”.
En pocas palabras, lo que se ha planteado es que el Ministerio de la Igualdad se encargue de diseñar, formular, adoptar, dirigir, coordinar, articular, ejecutar fortalecer y evaluar las políticas, planes, programas, estrategias y proyectos, incorporando y adoptando los enfoques de derechos, de género, diferencial, étnico-racial e interseccional, siendo su población objetivo:
- Mujeres en todas sus diversidades
- Población LGBTIQ+
- Pueblos afrodescendientes, negros, raizales, palenqueros, indígenas y Rrom
- Campesinos y campesinas
- Jóvenes
- Miembros de hogares en situación de pobreza y pobreza extrema
- Personas con discapacidad
- Habitantes de calle
- Población en territorios excluidos Mujeres cabeza de familia
- Adultos Mayores
Las personas LGBTIQ+ en el Ministerio de la Igualdad.
La discusión álgida que recae sobre este entorno esta divida en varios puntos: 1) la verdadera aplicación del principio de igualdad y no discriminación, una obligación de carácter internacional; 2) la destinación de un gasto burocrático y presupuestas; 3) la estructura del propio ministerio. En torno a estas discusiones, surge una inquietud ¿Cuál es el papel de las personas LGBTIQ+ de cara al Ministerio?
Las expectativas por parte de los liderazgos LGBTIQ+ es alta. Se estima que, por fin, se implemente efectivamente la política pública nacional, debido a que sus avances han sido muy pocos. Pero, más allá del compromiso del Decreto 762 de 2018, está resolver problemáticas estructurales que viven personas LGBTIQ+ en Colombia, como los altos índices de violencias que se reflejan en una tasa de homicidios y/o feminicidios que cada va en aumento, la regularización a plenitud del trabajo sexual y/o prostitución, así como del modelaje webcam.
Asuntos asociados a DESC que se han convertido en un punto fundamental, teniendo en cuenta que afectan inmediatamente derechos como una vida digna, como lo es una educación sexual integral e incluyente, permitiendo que las instituciones educativas sean seguras para personas LGBTIQ+, entre otros. Ahora bien, el Ministerio de la Igualdad debe dar el debate álgido sobre la desigualdad estructural que implica eliminar la perspectiva centrada en posiciones exclusivamente economicas por el cual se caracteriza la desigualdad solo midiendo ingresos, entiendo que la desigualdad se ha cimentado en un sistema que genera brechas por la racialización, división inequitativa del trabajo y de género, mediante los roles y estereotipos.
La idea del ministerio de Igualdad
El Ministerio de la Igualdad y equidad no es una iniciativa pensada solo en Colombia. En el mundo hay más de 40 Ministerios de la Igualdad, lo cual demuestra que, a través de esta cartera, se generan avances significativos para el país. En el continente americano, Canadá tiene Ministerio de las Mujeres y de la Igualdad de Género. Lo mismo ocurre en Latinoamérica, donde existen algunos notables, por ejemplo: en Argentina, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; en Chile, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y en Perú, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Otros países del continente también cuentan con una entidad muy similar, como lo son Costa Rica, Venezuela, República Dominicana, Paraguay.
En Asía, China cuenta con Ministerio de Igualdad de Género y Familia, a cargo Kim Hyunsook; en África también hay ejemplos llamativos, como ocurre en Ruanda con su Ministerio de Género y de la Familia.
Como ya habíamos mencionado, en el continente europeo 22 países tiene esta figura de Ministerio de la Igualdad de Género y la familia. Entre esos países, se encuentran Suiza, Noruega, Liechenstein, Islandia, Alemania, Luxemburgo, Finlandia y España. Francia cuenta con una cartera similar, pero esta trabaja por la igualdad entre hombres y mujeres, de la diversidad y la igualdad de oportunidades.
España es uno de los referentes en materia de esta figura, pues su ministerio tiene a cargo la propuesta y ejecución de acciones y políticas dirigidas a hacer real y efectiva a la igualdad entre hombres y mujeres, eliminar formar de violencias y discriminación por sexo, origen racial o étnico, religión o ideología, orientación sexual, identidad de género, edad, discapacidad o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Con este caso, es evidente que los ministerios no solo se reducen a temas de igualdad, sino que arropan otras formas de discriminación, adoptando acciones afirmativas necesarios que no son formas de privilegios, sino garantías reales para ecuanimidad social.
[1] Para profundizar, revisar la Gaceta 1649 de 2022: INFORME DE CONCILIACIÓN PROYECTO DE LEY NÚMERO 222 DE 2022 SENADO, 261 DE 2022 CÁMARA.